UCAM Murcia - Unicaja: Momento de resetear (85-80)
El Unicaja cae en Murcia (85-80) en un partido en el que perpetró un mal primer tiempo pero en el que acabó compitiendo y teniendo opciones no concretadas de ganar el duelo
Desde las declaraciones previas de Sito Alonso, más las propias características del UCAM Murcia, el Unicaja ya sabía lo que le esperaba en el capital pimentonera. Cayó una derrota (85-80) que se podía haber evitado con una mejor actitud de salida. Se fue recomponiendo con el paso del encuentro el equipo de Ibon Navarro y no anduvo lejos de ganar. Falló la muñeca, quizás eran también el coco y los pulmones. Se paga el peaje de haber tocado el cielo, pero el final del partido fue esperanzador. No hubo acierto, pero sí deseo. Es el camino para resetear y volver.
Un primer tiempo en el que el Unicaja fue irreconocible. A duras penas en el 20% en triples, sólo dos asistencias, por siete pérdidas, precipitación mal entendida. “Llegamos tarde en defensa y nos precipitamos en ataque”, le decía Ibon Navarro a sus jugadores en un tiempo muerto en el que mostraba su enfado por cómo se desarrollaba el partido. A impulsos sueltos de Perry o Brizuela, siempre los exteriores y sólo cinco puntos de interiores (un triple de Osetkowski y un tiro libre del americano y otro de Sima), el Unicaja se dejaba medio partido en Murcia. Tampoco defensivamente el equipo estaba fino, el UCAM iba por delante. Empezó McFadden, es verdad que con alguna canasta indefendible, pero se le había dejado entrar en combustión. También Trice hacía daño con su explosividad. Pese a todo, se estaba en partido (44-33) por más que las sensaciones habían sido malas.
Tras el paso por el vestuario, el Unicaja se aplicó mejor en defensa y ello le permitió ver el partido de otra forma, con la posibilidad de acercarse. Se encontraba a Sima en el poste bajo y, sin ser su especialidade, percutía para meter alguna canasta. Barreiro estaba activo en las dos canastas y Perry había metido su enésimo dos más uno. Tras unos minutos de intercambio de canastas que no conducía muy lejos, hubo un momento importante que podía haber puesto más nervioso al UCAM. Con 59-51, el alero gallego falló dos tiros libres. También se erró el ataque siguiente con la misma renta. Y los locales seguían con dinamita. El Unicaja volvía a dar algún detalle de cansancio mental y físico. No es habitual comerse dos puertas atrás. Ni fallar cuatro de seis tiros libres entre Barreiro y Thomas... Era una situación difícil al final del tercer cuarto (67-56). En los últimos partidos cuesta más anotar. El scouting de los rivales va creciendo, ganar al campeón de Copa da un plus y el estado propio se ha descuadrado.
Tuvo opciones, no obstante, el Unicaja de ganar el partido en el último cuarto, pero no optimizó las que se fabricó mejorando sus prestaciones defensivas y la intensidad. Metió dos triples Alberto Díaz y se colocó ahí, pero se fallaron demasiados tiros libres. Se colocó a seis puntos el Unicaja y tuvo varias posesiones para bajar. Osetkowski falló dos triples en la misma jugada para bajar a tres. Apretó con varias canastas seguidas, pero el UCAM encontró asideros en la figuras de Trice, con un triple desde nueve metros al final de la posesión muy dañino, y dos más de McFadden con su peculiar pero efectiva suspensión. De estar mentalmente a tres a -11 (80-69) a falta de cuatro minutos. Pero el Unicaja no se rendía. 7-0 en un parpadeo liderado por Alberto Díaz y con un triple de Kendrick Perry (80-76) aún con casi tres minutos por jugar. Pero esos balones divididos, más tiros libres fallados, esos rebotes de ataque que se concedieron, esos dos triples de Alberto Díaz para colocarse a una a falta de más de 30 segundos... No, no era el día del Unicaja. Las derrotas de Joventut y Gran Canaria dejan al equipo de Ibon Navarro en el quinto puesto de la ACB. Lo más importante es que los malagueños comenzaron no siendo fieles a sí mismos y sí lo acabaron siendo, compitiendo hasta el último minuto. Es el camino para resetear.
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