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UCAM Murcia-Unicaja en la Supercopa: Paseos por las nubes (21:30)

El Unicaja afronta ante el UCAM Murcia (21:30) la semifinal de la Supercopa con el reto de llegar a su tercera final y seguir compitiendo con la misma fiereza que la temporada anterior

Ambición intacta

Saint-Supér, Perry, Carter y Osetkowski, antes de viajar a Murcia. / Javier Albiñana

La Supercopa es la fiesta que abre el curso oficial de la ACB. El primer título de la temporada, el de menor valor. Pero quizá para un equipo como el Unicaja lo más significativo es su presencia. Ausente desde 2017, cuando con la resaca de la Eurocup se tuvo acceso a esta competición en la que se subasta un título en menos de 24 horas, supone la constatación de la recuperación del status gracias al título de Copa y el tercer puesto conseguido en la Liga Endesa. Compartir cartel con los dos transatlánticos, Madrid y Barça, más el UCAM Murcia anfitrión, da lustre y caché. Se viene de una de las mejores temporadas en la historia de la entidad, seguro un top 5, y quizá ese dulcísimo recuerdo da gasolina extra, con el huracán a favor de una afición enardecida, pero también coloca responsabilidad para mantener el nivel.

Repetir prácticamente la misma plantilla, con el cambio de Taylor por Brizuela, da tranquilidad por todo lo bueno que se vio la campaña anterior. Encontrar rostros familiares de los que ya se sabe cómo compiten y cómo se comprometen es una base importante para crecer. El Unicaja sale con ventaja respecto a otros bloques por ese mayor conocimiento mutuo y ese saber ganar (en torno al 75% de partidos el año pasado), aunque en teoría la diferencia se debería atenuar conforme transcurra la campaña. La pretemporada ha mostrado que las señas de identidad continúan y se han contado los encuentros por victorias. El valor es cercano al nulo, pero siempre viene bien reforzar la autoestima.

En horario tardío (21:30 horas), el Unicaja afronta al UCAM Murcia de Sito Alonso en la pista del equipo pimentonero. Ambos conjuntos se enfrentaron bastante el año pasado, se conocen bien, aunque ha cambiado a más de medio equipo el cuadro universitario. Sigue el entrenador y su estilo particular. Se ha reforzado bien, a decir de la gente del mundillo de los que mejor lo ha hecho en el verano. Pero la verdad sólo la dice la pista y fichar buenos jugadores no equivale a formar un buen equipo, es una asignatura en la que el Unicaja puede impartir un máster por lo que sucedió antes del mágico verano de 2022. Pero sí, suenan bien los Sant-Roos, Caupain, Hakanson, Sleva, Ennis, Diagne, Birgander y Kurucs, caras nuevas que se unen a los clásicos McFadden, Jelínek, Radovic o Sakho. El animoso público murciano espera un salto de un equipo asentado en la clase media de la competición pero que aspira a tener más picotazos en forma de presencia en play off o como en aquellas semifinales de Copa de hace dos temporadas. Es su ambición.

El Unicaja comparece con un juego interior algo disminuido por las lesiones, pero con esa dinámica e inercia que son muy favorables. Y como el deporte no deja de ser un estado mental en el que la confianza juega un papel esencial, desde el punto de vista mental la aproximación al torneo es excelente. Cada cual le da una importancia cambiante para la Supercopa. Para los técnicos de los grandes es un crédito no menor, sobre todo en casos como Roger Grimau o Chus Mateo, gente de la casa. Para Ibon y sus chicos es una oportunidad de coger más callo en escenarios exigentes y estar ahí preparados por si hay oportunidad de tocar plata. El Unicaja tiene cinco títulos, fabulosos, pero llenar las vitrinas, aunque sea de otros de menor consideración, siempre es reconfortante

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