Aquellas 11 victorias seguidas en Euroliga...
Unicaja
El Unicaja conserva la cuarta mejor racha de triunfos de un equipo español en Euroliga, ahora igualado por el Madrid
Fue en la mágica temporada 2005/06 y durante siete temporadas fue la mejor secuencia de un equipo ACB en la mejor competición europea
La semana pasada se glosó a nivel nacional la gran racha de 11 victorias seguidas del Real Madrid en la Euroliga, cifras con poco parangón en la actual competición, no es normal tanta acumulación de triunfos. Es la cuarta mejor racha de un equipo español en la máxima competición europea. Y la comparte con el Unicaja, aquel equipo que emocionó con el título de Liga, el mejor visto en Málaga, en la temporada 2005/06. Y con el Barcelona, que lo hizo en la temporada 2009/10. Las tres mejores son del equipo azulgrana (13, en las temporadas 2012/13 y 2013/14) y del Real Madrid (temporada 2013/14). Es decir, de la temporada 2005/06 a la 2012/13 ningún equipo español firmó una secuencia mejor de victorias que el Unicaja.
El equipo adiestrado por Sergio Scariolo completó la mejor primera fase de la Euroliga en ese año. Un balance de 12-2. Marchaba 1-2 de arranque, con derrotas en Moscú y Madrid. Después ganó 11 encuentros consecutivos, desde noviembre a febrero realizó el mejor baloncesto del continente. Aquel Top 16 con una derrota en casa ante el Olympiacos fue doloroso. Porque aquel equipo ya tenía el nivel de Final Four, a la que se llegaría el año posterior con un bloque ya de menor nivel pero que conservaba la grandeza y el corazón y cuadró mejor.
El Unicaja ganó en casa a Montepaschi Siena (82-60), equipo de la aristocracia europea entonces y con dos presencias en Final Four en años previos. Marcelo Nicola, un imberbe Datome, los lituanos Kaukenas y Zukauskas, los americanos Stonerook y Woodward y los locales Pecile y Chiacig, a las órdenes del mítico Recalcati al que Scariolo admiraba de niño, conformaban el equipo toscano. También en el Carpena cayó el Panathinaikos (82-79), dirigido por Obradovic y que sería campeón al año siguiente. En su perímetro estaban Spanoulis (23 puntos ese día), Lakovic y Diamantidis. Por dentro, el tremendo Batiste, Alvertis, Tsartsaris, Tomasevic...
Igualmente, se venció en Belgrado (67-86) tras llegar empatado (59-59) al cuarto final. Una exhibición de Jorge Garbajosa (19 puntos y 29 de valoración), una de tantas, tras un accidentado viaje en el que hubo que pernoctar el día previo en Roma porque el aeropuerto serbio estaba cerrado. Sasha Djordjevic, a llamada de su amigo Sergio Scariolo, solucionó una papeleta complicada. Los baúles de ropa se extraviaron y no llegaban a la hora del partido. Djordjevic, que entonces representaba a Naia, una filial serbia de Nike, procuró camisetas y pantalones parecidos al original Hummel que se vestía entonces, con serigrafiado exprés incluido del abanico.
Siguieron dos victorias en casa ante Pau Orthez, seguramente el rival menos fuerte (81-73), pero un clásico de la Euroliga entonces, y el Real Madrid (71-64) de Boza Maljkovic y ex cajistas como Sonko (17 puntos), Bullock y Sinanovic. Otro gran día de Garbajosa (26 puntos).
Llegó el tramo de más mérito, ya en enero de 2006. Triunfo en el Abdi Ipekci de Estambul (73-81), ante el Ulker, la precuela del actual Fenerbahce. Un gran Cabezas (13 puntos, cuatro rebotes y cuatro asistencias) acompañó a un gigante Santiago (20 puntos y 13 rebotes para 31 de valoración) y Marcus Brown (19 tantos). En el Ulker ya brillaba el después cajista Marcus Haislip. Además, Turkcan, Kutluay, Stefanov, el también después cajista Gulyas y el americano Trepagnier.
Cayó en Málaga el CSKA de Moscú (77-72) de Ettore Messina, campeón en ese año 2006, en una terrible prórroga en la que se dejó a los rusos en tres puntos. El equipo da miedo aún hoy. Los americanos Holden, Langdon (era jugador cajista por contrato ese año y el buyout que pagó el CSKA permitió acceder a Brown y Santiago) y Vanterpool. A los mandos, el gran Papaloukas, por dentro Smodis abriendo el campo más David Andersen (doble doble aquel día). Y el núcleo ruso con Savrasenko, Kurbanov, Panov y Pashutin. Celestial partido de Marcus Brown ante su ex equipo, con 26 puntos, siete rebotes y tres asistencias, con un gran Berni también (12 puntos y gran defensa final).
Después, victoria en el PalaEstra de Siena (70-82), con Santiago al comando (20 puntos) y genialidades en el pase de Pepe Sánchez (ocho asistencias). Y, poco después, el gran partido quizá, un triunfo entonces impensable en la Sala OAKA. Atenas nevada y el Unicaja venciendo (93-95) en un encuentro memorable, con un maravilloso Pepe Sánchez (16 puntos, ensayando triples que después serían para la posteridad, siete rebotes y cinco asistencias), un fabuloso Berni (16 tantos sin fallos en tiros de campo), Santiago perforando (20 tantos) y otro tres jugadores en dobles figuras (14 de Garbajosa, 13 de Risacher y 10 de Brown). Estaban lesionados Cabezas, Herrmann y Nicevic, viajaron a Grecia Ermolinski y Cheburov y tuvieron presencia en pista Jesús Lázaro y Alfonso Sánchez. Ese triunfo en Atenas permitió amarrar el average y empatar 12-2 al final de la fase con el Panathinaikos (sólo perdió ante el Unicaja) y liderarla.
"Ha sido un muy buen partido de baloncesto entre dos grandes equipos que han luchado hasta el último segundo para dar un paso para ser primeros en un grupo que quizá es el mejor de toda la Euroliga. Estoy muy satisfecho porque venir con estas condiciones y ganar resulta muy gratificante. Debe ser un motivo de satisfacción y orgullo para estos jugadores, que espero que refuerce nuestra identidad en la Euroliga", afirmaba Sergio Scariolo. Y Obradovic también piropeaba en la sala de prensa del OAKA al Unicaja: "Con el partido que hemos hecho, lo normal hubiera sido ganar. Además, hemos tenido 10 posesiones más que ellos y con ese porcentaje ganaríamos el 90 por ciento de los encuentros. Pero el Unicaja estuvo espectacular".
Se remataría la gesta con un triunfo en la prórroga en casa (83-79) ante un Partizan que entonces era dominador clarísimo en su país y una lanzadera constante de jóvenes rumbo a la NBA y con un último triunfo en Pau (53-68) para redondear.
Además del título de Liga, ese equipo dejó un baloncesto enorme y registros difícilmente superables hoy, como esos 11 triunfos consecutivos ante lo más granado de Europa. En el Top 16 se cayó ante Barcelona y Olympiacos, pero ese nivel de baloncesto, como avisaba proféticamente Scariolo, anunciaba cotas más grandes. “Los títulos se ganan en determinados partidos clave, pero es más fácil jugar esos partidos clave habiendo jugado antes al nivel que exigen esos partidos”, afirmaba el técnico italiano en medio de esa racha de victorias.
En una entrevista en este periódico daba algunas claves de lo que vendría después. "Estamos asimilando un sistema de juego. Los grandes rasgos parecen que están completamente digeridos. Ahora falta ajustar esos pequeños detalles que debemos perfilar con el paso de los partidos. Tenemos un sistema de alguna manera atípico, en el que debemos aprovechar los espacios dentro y fuera. Claro que hay espacio para mejorar. Tenemos una utilización del cambio defensivo muy sofisticada que debe ir a más con el paso de los partidos, sin balón podemos y debemos jugar mejor, a veces pecamos de precipitación en ataque, no
optimizamos las faltas que tenemos a nuestra disposición...", señalaba el técnico italiano sobre lo que después mejoraría.
También hacía Scariolo una defensa del papel de cuatro abierto de Garbajosa que entonces se criticaba. "A la gente que ha criticado el juego de Garbajosa sólo puedo decirle que está anclada en el baloncesto de hace 10-15 años. Nuestra fuerza radica en un jugador que, más allá de toda su aportación en muchísimos aspectos del juego, deja la pintura libre del segundo pívot rival. Simplemente con ese detalle, Garbajosa ofrece algo impagable. En la Euroliga hay un equilibrio cada vez mayor. Una tendencia cada vez más clara a jugar con cuatro exteriores y un interior", decía el bresciano, ahora en Toronto, al tiempo que defendía al también criticado Santiago. "Que haya alguien que desde el desconocimiento critique duramente a un jugador que en un año había jugado tres partidos... A mí, sinceramente, no me ha sorprendido. Lo que pasa es que ha habido una precipitación en juzgarle después de cinco partidos que no entiendo".
Hoy parece impensable, pero una vez el Unicaja fue el mejor equipo de Europa, con números en la mano, durante varios meses.
También te puede interesar