¡Es la Eurocup!
Unicaja Baloncesto
Arranca la segunda competición europea, cada vez más codiciada por ser ya la única vía de acceso a la Euroliga
El Unicaja sueña con reeditar el título de 2017 pero la dificultad es máxima
El Rytas Vilnius-Lokomotiv Kuban, buen partido, abre esta tarde a las 18:00 horas la Eurocup. La segunda competición europea, que jugará el Unicaja por segundo año consecutivo, multiplica su interés y, de facto, se convierte en la segunda división de la Euroliga porque es la única vía deportiva de acceso a la mejor competición del continente. Ser un mercado interesante extremadamente interesante, tipo Londres o París, o tener mucho dinero, caso del Zenit, son los otros salvoconductos. Ninguno de las dos excepciones coinciden con la situación del equipo malagueño, que jugó 16 de las 18 anteriores ediciones de la Euroliga. Aunque haya presupuestos más altos o equipos más poderosos, en la mente del aficionado del Unicaja, el equipo sigue perteneciendo a la aristocracia. Y volver a ella o no es la bisagra que separa una temporada buena o mala.
Hay dos plazas, para los dos finalistas, para ingresar en la Euroliga. Hay un asterisco. Si Valencia o Alba Berlín, los finalistas del año pasado, quedan entre los ocho primeros de la Euroliga, entonces ese equipo permanecerá arriba y sólo quedaría una plaza para el equipo campeón. El camino empieza y el formato es el mismo. 24 equipos repartidos en cuatro grupo de seis. Los cuatro mejores de cada uno avanzan al Top 16, con cuatro grupos de cuatro. Los dos primeros de cada uno, a cuartos de final. Y de ahí, duelos al mejor de tres encuentros hasta la final. La fórmula competitiva gusta a la Euroliga, que tutela a la hermana pequeña y le da realce. “La Eurocup es una competición tremendamente excitante con una enorme calidad en la pista. Año tras año, ha demostrado ganar atractivo entre los fans y desde las oficinas se están promocionando similares estándares de calidad a los de la Euroliga. Esta temporada, con el retorno de las ligas de Grecia e Israel, será incluso más fuerte. Con el añadido de un segundo puesto para meterse en la Euroliga, la competición será más feroz que nunca”, dice el gran jefe Bertomeu, que consiguió su propósito de crear una estructura piramidal.
Ha crecido la clase media de la competición en las últimas temporadas. Alemania, Italia y Francia meten más equipos y vuelven griegos e israelíes, aunque los capos siguen siendo rusos, turcos y españoles. Son los tres países que han dominado la competición en las últimas temporadas. Los rusos son los que más dinero invierten. El Lokomotiv Kuban, por ejemplo, tiene 18,6 millones de presupuesto. El Unics Kazan, 14,2 millones. El Unicaja les mira a cierta distancia, en torno a los 11. Eso sí, con una fiscalidad más favorable para ellos. El Galatasaray y el Darussafaka también campeonaron y aquí están de nuevo. Y emerge esta temporada la mítica Virtus de Bolonia, equipo de referencia en el cambio de siglo (campeón en 1998 y 2001), que bajó a los infiernos por problemas económicos y ha irrumpido en el mercado con el fichaje de Teodosic, jugador más icónico de la competición. Con Djordjevic de entrenador, ganó el año pasado la Champions de la FIBA. En un golpe importante a la que irrumpió como supuesta alternativa a la Euroliga, el ganador se muda a la segunda competición de ésta. El ex cajista Markovic completa el sello serbio de la aventura de la Virtus. Siempre se agradece el regreso de históricos.
En esta coyuntura, el Unicaja, cuartofinalista el año pasado, comienza una competición que debe valerle para recuperar ahora confianza y, pensando más en el futuro, competir en marzo y abril entre los ocho mejores por un título. Todo lo que no sea estar en cuartos será un palo duro. El año pasado no se gestionó bien una eliminatoria en la que se hizo lo más complicado, ganar el primer partido fuera. Se perdió en casa por 20 puntos cuando se tenía la resolución en la mano. Marcó ese partido la temporada. Aunque técnico y jugadores bifurcan la importancia entre Eurocup y ACB, el solomillo ahora está en la competición europea, es el premio más suculento.
Hay también novedades desde el punto de vista mediático. Dazn irrumpe en el mercado del baloncesto con fuerza. Ofrecerá, en castellano, todos los partidos de la competición. Es una plataforma de pago, pero que apuesta mucho por la canasta. Echará hasta un Brescia-Nanterre 92, por ejemplo. Entiende la Euroliga que es la mejor manera de llegar más lejos, aunque siempre queda la duda entre la familia del baloncesto si no se vive en una burbuja y el interés en el resto de la sociedad, salvo casos como el reciente Mundial, es bajo. Reflexionaba sobre ello también Bertomeu, sobre la atracción del baloncesto entre los jóvenes. “No tenemos una fórmula secreta para eso ni creo que nadie la tenga. Desde mi punto de vista, es sólo un asunto del esfuerzo que pongas, de cómo puedas comprender lo que los fans quieren, poniéndote verdaderamente en su piel, experimentando lo que experimentan, escuchando y, desde luego, siendo lo suficientemente ágiles para adaptarse a la demanda, que muchas veces es la parte más dura. Estamos en una posición afortunada porque nuestros aficionados tienen un perfil más joven que el de otros deportes, tenemos niveles más altos de educación también. Pero es ahora nuestro deber encontrar los mejores caminos para hablarles, presentarles el contenido que engancha y atraerles al deporte”.
Vayamos al principio, a la primera fase de la competición. No parece el grupo más complicado, pero habrá que trabajarlo, obviamente. Al nivel del Unicaja parte el Galatasaray, como todo club futbolero de Turquía con una afición numerosa. Tiene americanos interesantes y con campo de desarrollo, como Auguste (experiencia en el Panathinaikos), Tai Webster, Ben Moore o Aaron Harrison. Está el clásico bloque turco de jugadores experimentados y algún proyecto como Tugsal y Aydin y debería pelear el liderato con el cuadro malagueño.
El primer rival es el Buducnost. Equipo que la pasada temporada jugó la Euroliga tras una gesta al vencer en la Liga Adriática al Estrella Roja y al Partizan. Es algo que, cerrada la vía de las ligas nacionales, no se volverá a repetir salvo marcha atrás futura. Tiene el respeto de todo equipo balcánico y, para la cábala, el Unicaja empezó la Eurocup 2017 jugando el primer partido en Podgorica. El histórico Subotic, compañero de Gallis y Giannakis en el mítico Aris de Salónica de los 80, dirige a un equipo con varios ex ACB como los americanos Bamforth y Wood o Nikolic, al que se veía como gran proyecto cuando estaba en Girona. También tiene a Fedor Zugic, jugador más joven en debutar en la historia de la Euroliga. Acaba de cumplir 16 años.
A un nivel parecido están Dolomiti Trento y Ewe Oldenburg. Los italianos han fichado a última hora u refuerzo de campanillas con Alessandro Gentile, el año pasado en el Movistar Estudiantes. Talento a raudales, aunque a sus 27 años se le imaginaba en un club de más nivel. Aaron Craft, jugador que alguna vez estuvo en el radar, Justin Knox y los jóvenes George King, Rashard Kelly y James Blackmon son los americanos. Italia suele ser buen vivero donde aterrizan yankees de proyección. El fichaje del Chacho por Milán y la ilusionante Virtus son síntomas de que el Pallacanestro se mueve. En los 70 y los 80 del siglo pasado eran los capos del baloncesto europeo. Se cayeron de ese escalón, pero quieren volver.
El Oldenburg alemán, mientras, tiene experiencia en la competición. Agentes, entrenadores y gente de baloncesto en general apuntan a Alemania como el futuro del baloncesto europeo. El Alba dio un paso grande el año pasado, antes se echaba en falta un punto de colmillo en las rondas finales. Pasada esa frontera, se puede crecer. Como en Italia, Alemania es otro lugar donde florecen interesantes americanos. Por último, el Asecco Gdynia, quizá el equipo más débil sobre el papel. En su día jugaba con asiduidad en la Euroliga, el Unicaja se enfrentó a él una vez.
Es, pues, la Eurocup a la que se enfrenta el Unicaja. Una competición creciente que tiene un premio doble y jugoso esta temporada. El Unicaja tiene la obligación de pelear la competición. Hay buen baloncesto, pero Málaga estuvo 16 años de los últimos 18 con los mejores del continente. Volver ahí será, salvo renuncia expresa, el reto siempre que se salga a competir. Y desde mañana comienza el equipo de Luis Casimiro.
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