Unicaja - Barcelona: Emociones fuertes como cierre (21:00)
El Unicaja clausura un 2023 mágico con una traca final inmejorable: recibiendo al Barça de Brizuela y todo el poderío azulgrana
En busca de la duodécima victoria seguida en ACB, que destrozaría el mejor registro histórico del club
Ibon Navarro y el favoritismo del Unicaja
Vuelve Brizuela a un Carpena sin heridas
Qué año baloncestístico ha vivido Málaga. Y qué pena que se marche. El Carpena echa el telón a este 2023 de ensueño con la visita del Barcelona (21:00 horas). Un Unicaja-Barcelona del que se encuentran incentivos debajo de las piedras, por el momento bello que vive el equipo malagueño, que lograría, en caso de triunfo, la duodécima victoria seguida en ACB, superando una marca que parecía inalcanzable, del Unicaja campeón de Liga. A esa altura se encuentra el actual conjunto de Ibon Navarro, aunque dé vértigo la comparación. Noche para disfrutar sea cual sea el desenlace, y abrocharse el cinturón para lo que viene. De emociones fuertes porque vuelve Darío Brizuela a Málaga. "Uno de los nuestros", como decía López Nieto en su adiós. El Carpena suele ser justo en sus juicios y seguro que habrá un recibimiento a la altura, jugador de calado y una pieza que puso la semilla, junto a su gran amigo Alberto Díaz, para inyectar ese gen ganador y competitivo que hoy es este Unicaja. A partir del salto inicial, ya será otra historia.
La tendencia actual puede llevar a pensar en el favoritismo esta noche del Unicaja. Es una reacción natural, pero hay que echarla al suelo. "Como trates de sacar pecho, te lo hunden", decía Ibon Navarro en la previa y con razón. Pero no quita que el momento que vive su equipo es formidable. Baloncesto donde siempre hay una página más en su evolución. Da miedo el visualizarle un techo porque acostumbra a romper esquemas, pero debería avecinarse un 2024, si se sigue la línea, de similar disfrute. Ya hay bases sólidas y contundentes, con poca cabida al experimento, pero se ve al equipo en constante progresión. Y es la mejor señal. El partido de Murcia de hace cinco días fue poesía, y la Copa se avecina. No es casualidad que el primer pico de forma intenso se vaya acercando. A cruzar dedos para que la salud siga respetando, salvo esa ausencia de Jonathan Barreiro, que hasta ahora no se echa en falta. Con un buen regreso de Lima, pero lo normal sería ver ese efecto champán, tras tantos meses fuera, y con Osetkowski entre algodones por una gripe, pero en un principio contará. Se firmaría hasta junio una situación similar.
Aunque el Unicaja de muestras de ser inaccesible, delante hay una estructura que aspira a ganar la Euroliga. El Barça agitó el árbol en verano, y sacó el dinero de la hucha, para conformar un proyecto que está en una fase de iniciación. Con un Roger Grimau al que se mira con lupa al instante prácticamente de firmar. Es una casa convulsa, salidas de Mirotic y Jasikevicius que fueron desagradables, pero el excapitán azulgrana ha dado un soplo de aire fresco a la sección, con Juan Carlos Navarro de mandamás. Proyecto de españolizar la plantilla, parecido a lo realizado por el Real Madrid hace más de una década, tomado como paradigma, y un baloncesto dinámico y divertido, pero que conlleva un tiempo de interiorizar. Además de Brizuela, llegaron Joel Parra, también por medio de una cláusula astronómica, el NBA Jabari Parker y una bomba mediática como Willy Hernangómez. Pese a alguna laguna, el Barça está segundo de Euroliga (11-5), pero no consigue alcanzar su puesto natural en ACB, tercero, a dos victorias del Unicaja (8-5). Partido de cierta trascendencia pensando en un play off, la competición te obliga a mirar a largo plazo. Cita para el placer entre dos equipos que comparten identidad. Y con esto se cerrarán doce meses de deleite. Hace días que no quedan entradas, mientras el Unicaja insistía a los abonados que cedieran su entrada en caso de no acudir. Lógico. A disfrutarlo.
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