Unicaja - Baxi Manresa: La felicidad permanente (91-77)

El Unicaja doblega a un bravo Manresa diezmado y ofrece un notable espectáculo para conseguir la octava victoria consecutiva en la ACBpara consolidar la segunda posición

Las fotos del partido

Así te contamos el duelo

Las fotos del Unicaja - BAXI Manresa
Osetkowski regresa a defender. / Carlos Guerrero Y Acb Photo

El Unicaja vive en una felicidad permanente. Acumula victorias, ocho seguidas en ACB, despliega un juego exuberante, por momentos incontenible para los rivales. Las cosas bien hechas tienen premio. También el karma devuelve algo (aún quedaría bastante por cobrar si existiera) de tanto que se penó antes, pero es impagable la sensación de ver a un Carpena encendido disfrutar de un partido cualquiera de temporada regular. En diciembre no se ganan títulos, pero lo que está consiguiendo el Unicaja rebasa conquistar o no un trofeo, se trata de disfrutar del proceso, de paladear el exquisito baloncesto que exhibe. También le ganó al Baxi Manresa (91-77), un equipo ejemplar, con un entrenador de culto, Pedro Martínez, que optimiza recursos y propulsa la carrera de incontables jugadores. En un duelo con dos equipos con un filosofía similar (dos de los cuatro equipos con más posesiones por duelo en la ACB), de cero especulación, verticalidad y ser agresivos, salió un duelo espectacular, con muchas canastas estéticas, mates, tapones... También con Djedovic emulando la jugada que horas antes se había hecho viral en Estados Unidos, lanzando el balón a un rival en el suelo fuera (en un contexto de más necesidad y menos vacile). También, en medio de una sinfonía arbitral, se vio cómo no validaron un mate de Carter que había rebasado la red completamente pero fue escupido. Cosas diferentes que se ven en el Carpena. 9.009 personas se acercan al Palacio en un sábado prenavideño para disfrutar y nadie sale defraudado.

Fue un encuentro divertido, pero también duro. El Manresa repelía bien lo que propone el Unicaja, que dominó durante todo el primer tiempo aunque con distancias cortas, el cuadro catalán no concedía facilidades y siempre tenía una respuesta. Se sucedían las canastas tras cestas del equipo rival en transición, ante algún enfado de cada entrenador. A veces se linda con la precipitación cuando se opta por este tipo de juego y se pierde algún balón o se concede algún tiro claro por el descontrol, pero se da por amortizado. Se pone el físico y la mente al límite y es lógico.

Dominaba por 49-46 al descanso el Unicaja, con el Manresa fallando muchos tiros libres después de empatar. Sublime partido de Osetkowski, que sacaba lustre con los números a la tremenda temporada que está realizando. El equipo lo encontraba en cada situación de necesidad. Ya había metido dos triples en el primer minuto de partido, pero mantuvo ese nivel excelso a posterior. Acabaría con 25 puntos y nueve rebotes (31 de valoración).

Pero el partido hubo que masticarlo. El Unicaja juega ahora con la confianza de que si resiste la acabará llegando su momento. Y sucedió a partir del tercer cuarto. El ritmo que puso el equipo malagueño, también con grandes minutos de Tyson Carter como base cuando tuvo que coger el timón por las faltas de Perry y la rotación de Alberto, ya fue más difícil de sostener por parte del Manresa, debilitado con bajas de tres jugadores con rango de titulares como Pérez, Jou y Vaulet. El Unicaja mejoró atrás y pudo correr aún más. Dominaba 70-60 al final del tercer cuarto y llegó a superar los 20 mediado el cuarto final. Hizo el intento de regresar el Manresa, pero ya no era posible, no había tiempo. El Unicaja controló la situación y la afición festejó con ganas otra victoria que consolida la segunda posición en la tabla. Pasado el primer tercio de Liga, sólo un gigantesco Real Madrid es mejor que el Unicaja. Y en el duelo directo vencieron los malagueños.

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