Unicaja - Covirán Granada: Un cohete de color verde (92-70)
El Unicaja liquida al Granada en el derbi andaluz (92-70) en una nueva exhibición que permite acumular la décima victoria seguida en ACB y consolidar el segundo puesto
Las fotos del partido
Así fue el partido
Un sputnik de color verde surca la ACB. Responde al nombre de Unicaja, un equipo en estado de forma divino que demuele a los rivales de manera incansable. Quizá la única pega es que sea diciembre y no febrero o mayo. Si se pudiera meter en un congelador el estado de gracia actual para reabrirlo en los momentos más calientes de la temporada sería ideal, pero mientras tanto hay que disfrutar del proceso, de cómo juega al baloncesto la máquina de Ibon Navarro, que también trituró a un Granada que sumaba tres victorias en los últimos cuatro partidos y había tuteado al Barça. En Málaga no tuvo opciones ante el vendaval cajista (92-70). Gran ambiente, hermanamiento en las gradas y décimo triunfo consecutivo en la Liga Endesa, una barbaridad en una competición con un gran nivel esta temporada. Hay que pellizcarse a veces para comprobar si es real lo que se ve. Y sí, cierto.
El Unicaja, quién lo diría viendo lo que ocurrió después, entró espeso al partido. Tardó casi cuatro minutos en anotar su primera canasta y falló sus seis primeros tiros. Pero tiene el comodín de la defensa, que sirve para sostener el entramado y para ser desequilibrante después. El Covirán tampoco estaba cómodo y fallaba tiros forzados, a pesar de que dominaba por siete puntos. La salida de Perry aceleró al Unicaja y la decoración cambió. Mejores situaciones y más canastas fáciles. Cuando el equipo de Ibon se fabricó oportunidades para correr resultó imparable. Aunque también movió balones con mucho criterio en el ataque estático. El equipo acabó con un parcial de 16-2 el cuarto (18-9).
Y la tendencia continuaría. El Unicaja lograba desactivar a Lluís Costa, una de las revelaciones de la temporada en su primer tercio, y controlaba muy bien a su jugador más talentoso, Thomasson. Y por ahí empezaba a destrozar el partido. Aun con ese apagón del arranque del partido, el Unicaja llegaba a los 50 puntos al descanso. Grandes minutos después de Alberto Díaz en la defensa y la dirección. Momentos sublimes de Tyson Carter en la anotación, encontrando una autopista hacia el aro con ese talento superlativo para anotar. Gran Osetkowski, erigido en el interior de referencia del equipo, capaz de hacer muchas cosas distintas, tanto de cuatro como de cinco, donde a veces es demoledor. Y la diferencia tras 20 minutos de partido era de 20 puntos (50-30). Pero era sintomático cómo Carter defendía como un lobo la última jugada del periodo, casi robándole el balón a Thomasson y forzando un último tiro desde su campo. Si el mejor anotador tiene metido en la cabeza que debe defender así hay mucho territorio ganado.
La segunda parte comenzó con otra gran avalancha cajista, un parcial de 10-0 con Perry impresionante, robando y cabalgando. El colapso granadino, forzado por el Unicaja, dejaba el partido encarrilado a 17 minutos del final (60-30). Un par de antideportivas a Perry y Saint-Supéry, además de un par de triples de Cheatham y Thomasson, no obstante, devolvieron el parcial por parte granadina. (62-43), quedando con un hilillo de vida con 10 minutos por jugar (70-53). El Unicaja había bajado el pistón tras verse +30, pero había que rematar el duelo. Thomasson se había escapado de la jaula defensiva que Ibon había diseñado y que había resultado durante más de 20 minutos y eso había despertado al Granada.
Llegó a bajar a 14 puntos la diferencia el Granada, pero nunca peligró el duelo. Se reactivó el Unicaja, ayudó el pique con un Felicio que hizo daño pero que también repartió palos, como Cheatham. Osetkowski terminó de sacar de sus casillas al pívot brasileño. Will Thomas metió un par de triples para aplacar cualquier atisbo. Fue el corolario a otra exhibición del Unicaja para enlazar 10 victorias consecutivas en la ACB para fortificar el segundo puesto en la competición y acariciar el puesto de cabeza de serie. A disfrutar del proceso de un equipo que crece, merece mucho la pena.
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