Unicaja - Falco Szombathely: De cabeza al Round of 16 (88-65)

El Unicaja doblega con bastante suficiencia al Falco (88-65) en un Carpena con gran ambiente y asegura el primer puesto de grupo matemáticamente con el triunfo

Así te contamos el partido

Los aficionados del Falco causan problemas

Mario Saint-Supéry coloca un tapón.
Mario Saint-Supéry coloca un tapón. / Carlos Guerrero

El idílico momento deportivo y social que atraviesa el Unicaja lo ejemplificó bien la entrada que hubo en el Carpena para ver un partido ante el Falco Szombathely, un respetable equipo húngaro sin mucho nombre. La atracción es el Unicaja, juega el Unicaja y es lo que importa, da igual el rival. Había temporadas en Euroliga en la que no se llegaba casi nunca a 8.503 espectadores, los que estuvieron un 6 de diciembre en el Carpena. Vendrán curvas en una Basketball Champions League que va mejorando su nivel aunque su primera fase aún no es de una exigencia alta. El equipo malagueño liquidó al cuadro magiar (88-65) y, gracias a la victoria del Le Mans (78-86) ante el Peristeri, certificó de manera matemática su acceso al Round of 16 de la BCL con el 4-1 de balance que atesora. El tropezón en Francia se minimizó salvando el average y es lo que permite ahora viajar el 19 de de diciembre a Grecia sin jugarse nada y dosificar para dos seguidos partidos posteriores, ante Murcia y Barcelona, que serán de alta tensión.

Sigue fluyendo el baloncesto en el equipo malagueño, que se tomó en serio el partido. Difícil no hacerlo con la atmósfera que rodea a los encuentros ahora en el Carpena. Aficionados húngaros calentaron el inicio del duelo con gritos e intentando ver el partido de pie juntos cuando sus localidades estaban desperdigadas. Por un momento hubo amago de lío, pero se acabó calmando. Algo más de picante también por si faltaba motivación. Ibon Navarro decidió dejar fuera a Perry como descarte para cumplir con los cupos y Augusto Lima se vestía por primera vez en más de 11 meses y recibía una ovación del Carpena que seguro es un estímulo muy importante en su recuperación para volver a sentirse jugador en el lapso más breve posible.

El Unicaja cogió rápido la velocidad de crucero, dominando el rebote con muchísima autoridad (25-12 al descanso, con 10 de ataque y sin conceder ninguno a los húngaros en su cesto). Es una pata básica del juego que propone Ibon Navarro, asegurar lo que pasa en los tableros para poder correr y volar hacia la canasta rival. Fue poniendo tierra de por medio el Unicaja, con Djedovic como capitán general en la anotación. El bosnio veía aro con mucha facilidad y estaba inspirado. Un costa a costa midiendo con precisión el tiempo que quedaba para cerrar el cuarto le permitió anotar un tiro corto antes de que sonara la bocina (22-14). Había salido titular y había tenido minutos Mario Saint-Supéry, muy bien en el trabajo sin balón, con dos rebotes de ataque y un tapón tras una gran defensa. Por ahí ganará minutos con esos mínimos y ya le llegará el balón.

Osetkowski se llevaba una técnica por protestar y era la tercera. Está con la confianza por las nubes el californiano, pero también los árbitros le han tomado la matrícula y tiene que cuidarlo. Intentaba aguantar el Falco, pero el Unicaja mandaba. Carter y Alberto se turnaban en la dirección y el malagueño aportaba en todas las facetas. Se encontraba a Kravish en las continuaciones y el partido ya estaba cuesta abajo al descanso (45-27).

Tuvo un rapto de orgullo el Falco al salir del descanso y bajó a 10 la renta (47-37). Ibon pidió un tiempo muerto y sonó el despertador rápidamente y 13-2 de parcial para el tiempo muerto de los visitante. Y ya el encuentro se movería por encima de los 20 puntos de renta básicamente. No tenía mucha historia el duelo. Había ganas de celebrar una canasta de Saint-Supéry que parecía que no llegaba, pero sí lo hizo en forma de triple en los último segundos. Su partido fue muy serio en lo que tiene que ganarse la presencia en pista. Ibon probó una defensa zonal 3-2 también en los últimos minutos y cuadró las rotaciones para que nadie sobrepasase el límite, esta vez con 11 jugadores porque Augusto Lima aún no estaba para reaparecer, ya lo había advertido Ibon en la previa. Un par de semanas más y seguramente reaparezca en Atenas en un partido ya intrascendente por el buen trabajo previo realizado. A finales de enero empezará lo serio. Ojalá llegar en este estado.

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