Unicaja-Galatasaray: Esas noches europeas (81-76)

El Unicaja consigue doblegar a un Galatasaray que vendió muy cara su derrota con un ambientazo en el Carpena

Los malagueños estarán en cuartos si vencen en Estambul

Las fotos del partido

Las fotos del Unicaja-Galatasaray
Yankuba Sima penetra. / Javier Albiñana

Atmósfera de partido grande europeo en el Carpena y trabajadísima victoria del Unicaja ante el Galatasaray (81-76) de un valor capital para dejar el pase a cuartos de final de la Basketball Champions League a una victoria en Estambul. No fue el rodillo avasallador el equipo malagueño, pero sí un bloque pétreo que tiene fe, cree en lo que hace aunque se desvíe del camino (el rival también juega). Es necesario jugar este tipo de partidos para el crecimiento integral del Unicaja. Y, si son con victorias, lógicamente mejor. La primera vuelta la cierra de manera inmaculada (3-0) y los cuartos de final ya se tocan, se huelen.

Fue un partido pastoso. Es el Galatasaray un equipo con tendencia al caos y la anarquía, pero con jugadores de nivel, de los mejores de la BCL aunque hasta ahora no haya conseguido cristalizar en un bloque. Su situación es engañosa. Le planteó el partido más incómodo al Unicaja de la campaña europea (la derrota del Sassari aparte) y le recordó, está bien comprobarlo, que no será un paseo estar en la Final Four, que tiene valor esta competición. La tremenda temporada que está completando el equipo de Ibon Navarro no puede causar que sepa a poco ganar al que, por plantilla a principio de la temporada, era un candidato clarísimo a estar en la Final Four.

No fue un partido, no obstante, óptimo del Unicaja, tuvo varios momentos de colapso ofensivo. El Galatasaray se refugió en defensas zonales enmascaradas. No es un equipo defensivamente atosigante, su rotación no es muy amplia. Pero supo hacer cosquillas. El partido estaba empatado a falta de 22 segundos. En ese momento apareció el MVP de la Copa, Tyson Carter, que hasta ese momento llevaba un 1/7 en triples. Pero metió el matador. Mérito para Darío Brizuela, avasallador y que levantó al equipo en el tercer cuarto, tenía un tiro pero Carter estaba solo y le dejó el estoque. El vasco acabaría sentenciando con cuatro tiros libres después de una antideportiva y otra falta.

0-6 de salida con dos triples, después de que el equipo malagueño comenzara por un error en la mesa con un quinteto con Sima en vez de Perry. Kravish jugaba mermado por un virus que impidió estar a Osetkowski, pero el de Illinois proveía de puntos en el arranque. El Unicaja metía velocidad de crucero con varias jugadas de mérito y con 23-12 parecía en disposición de quebrar ante la fragilidad teórica de los turcos. No fue así. Es un equipo racheado ante el que no es sencillo jugar porque acaba metiendo. Atrás no es un prodigio precisamente, pero sí obliga al contrario a meter. Volvió el Galatasaray (30-31) y el Unicaja respondió (38-31). Tuvo tres ataques ahí el equipo de Ibon Navarro para despegarse en el marcador antes del descanso, pero no los aprovechó. Mustafa, Russell, Caloiaro... Pistiolis encontraba recursos en distintas posiciones (42-40).

El Galatasaray pasó a la ofensiva. El Unicaja no tenía acierto, había tiros liberados que no entraban. Y no había la exuberancia física (10 no es lo mismo que 12, sin Djedovic y Osetkowski) que habitualmente sirve para demoler contrarios. Hubo un momento complicado, con 48-55 tras disparos de los pistoleros turcos que también aprovechaban los interiores para meterse por los huecos. Tremenda irrupción de Darío Brizuela, en su crecimiento como jugador, con minutos salvajes con triples y penetraciones que ponían boca abajo el Carpena (62-61).

En el cuarto definitivo, mucha tensión, al Unicaja le costaba encontrar el aro rival, pero la defensa es un salvoconducto clave. Carter hizo una magistral forzando los pasos de McGee. Por eso estaba en pista aunque no metía. Y el MVP de la Copa encestaba un triple que hacía levantar al Carpena. Y la Final Four está a tres victorias.

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