Los jugadores del Unicaja, uno a uno ante el Tencyconta Zaragoza
Tecnyconta Zaragoza - Unicaja Baloncesto
La alegría por la reaparición de Alberto Díaz se disipa con el lamentable final que costó la derrota
Dentro de lo doloroso de la derrota, algunas buenas noticias en el plantel de Luis Casimiro. Sobre todo, la vuelta de Alberto Díaz a la pista, algo muy esperado por todos. Defensivamente impactó en el partido el malagueño. El desenlace del partido, no obstante, baja la nota.
Lucas Muñoz
Presencia testimonial del canterano, que apenas jugó los tres últimos segundos del tercer cuarto, en una defensa de la última posesión del periodo.
Alberto Díaz
Una gran noticia su regreso. Jugó 18 minutos sin aparentes problemas físicos, estuvo hiperactivo defensivamente, repartió tres asistencias, robó cuatro balones... Le faltó tino en el tiro, algo lógico tras la inactividad. En cualquier caso, un notición su regreso.
Dani Díez
Salió como titular en el puesto de cuatro. Acabaría con 11 puntos y seis rebotes para 16 de valoración el madrileño, que ayudó en el rebote.
Dragan Milosavljevic
Tuvo el triple para ganar el partido, en posición algo forzada, pero no era un milagro meterla. No entró el lanzamiento del serbio, que hizo un partido completo, con nueve puntos, ocho rebotes y dos asistencias.
Giorgi Shermadini
El pívot no deslumbró, le costó recibir balones ante un equipo que protege su zona como principio fundamental. Aun así, el jugador con más impacto positivo en pista (+18) del equipo. Ocho puntos y tres rebotes.
Brian Roberts
Se echa en falta más lucidez en situaciones complicadas. Es un jugador sobrio, aseado, pero ese colmillo en los finales de partido no lo muestra. Y está para eso, para decidir.
Mathias Lessort
Empezó como un tiro, con seis puntos seguidos. Después se dispersó y no dio pie con bola.
Kyle Wiltjer
Minutos de calidad entre el tercer y último cuarto, con 11 puntos que permitieron disparar la distancia hasta los 12 puntos.
Carlos Suárez
No fue el mejor partido del capitán. Le quitaron un rebote de las manos en un tiro libre en campo propio, algo rarísimo. Un síntoma de que no fue su día, sin dejar de dar el mínimo que se le pide a un profesional.
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