Unicaja-Le Mans: Inabordable incluso cansado (83-74)
El equipo malagueño saca adelante un partido en el que los franceses no se rindieron para acelerar hacia la siguiente fase de la BCL después de cuatro partidos en 10 días
El partido, en fotos
Así te lo contamos
“El Unicaja no es sólo el mejor equipo del grupo, sino de toda la BCL”, decía en la víspera del partido el entrenador del Le Mans, Elric Delord. No hay, es cierto, muchos equipos del calibre del malagueño en la Basketball Champions League. La competición es larga y complicada de ganar, allá en mayo ya se dictará sentencia. Pero en estas primeras instancias de la competición el equipo que adiestra Ibon Navarro es inabordable para los rivales, depende básicamente de sus niveles de energía, intensidad y acierto. Si están en un porcentaje alto las tres premisas, el Unicaja ganará en muchas ocasiones. Así que hay que tomarse estos partidos con seriedad para el crecimiento de la plantilla, para percutir en la idea y también para probar situaciones y circunstancias. Ibon Navarro intenta huir de los tiempos muerto para que sus jugadores resuelvan solos los crucigramas que plantean los rivales. Finalmente, tras alguna tribulación, victoria (83-74) más corta de lo que quizá debía haber sido.
En un mal primer cuarto, el Unicaja perdía por solo un punto (15-16) con sólo un 21% (4/19) en tiros de campo. Dominaba hasta por 9-16 el Le Mans, que había salido con ideas claras. Con un amasador de balón quizá excesivo, Mason, pero con algún jugador interesante, como Schwartz, Mawugbe o el joven exterior francés Leopold Delaunay, que causaron algunos problemas. El juego era espeso, los franceses conseguían que el Unicaja se sintiera incómodo. Volvió a salir de titular Mario Saint-Supéry, en una competición y un nivel de dificultad ideal para que vaya cogiendo horas de vuelo.
El Unicaja tiene 12 jugadores diferentes a los que puede asirse en cada partido. Puede tener en la recámara hasta el minuto 15 a Ejim para que eleve el nivel defensivo y al rival se le haga de noche. Puede encontrar a Will Thomas en el poste bajo para que saque alguna falta y gane puntos gratis de tiros libres. O puede aparecer Jonathan Barreiro para cargar el rebote de manera feroz y, a raíz de esa intensidad, ganar confianza y meter un triple tras bote desde siete metros o una canasta cerca del aro tras un posteo. El Unicaja ya gobernaba el duelo (26-23), aunque el Le Mans aún resistía con la lengua fuera.
Pero esa vuelta de tuerca con el regreso de Perry, la salida de Ejim y minutos de calidad de Osetkowski ya era excesiva para los franceses. El partido estaba igualado (29-26) a falta de tres minutos para el descanso, pero Perry pisó el acelerador y metió el turbo. Así, en un parpadeo, 40-27 y el partido cuesta abajo con 20 minutos por jugar.
No obstante, no salió el Unicaja, de nuevo, fino en ataque. Costaba encontrar el aro rival y el Le Mans había cogido resuello para prolongar la emoción en el partido. Rotaba Ibon para reducir las cargas, pero también buscando un quinteto fiable con el que escaparse. Tuvo varias bolas para subir otra vez de los 10 puntos después de que el Le Mans recortara pero el partido enloqueció un tanto y de ahí salió ganador un equipo francés voluntarioso. Tuvo que recurrir (49-43) a un tiempo muerto el técnico vasco. Acto seguido, triples de Kravish y Osetkowski (los que se habían metido en los 28 minutso anteriores) y robo del californiano con asistencia a Perry. En menos de un minuto, 8-0 de parcial (57-43) y de nuevo tranquilidad en el Carpena.
En el cuarto final, dos triples de Carter, inédito hasta entonces, y otro de Djedovic para romper definitivamente el duelo (68-52). 7.286 espectadores decidieron acercarse al Carpena en un partido con poco glamour. Pero cantaban el himno del equipo mediado el último periodo. Las piernas pesaban tras ganar en Vitoria en el cuarto partido en 10 días, pero hay gasolina, materia y profundidad para ganar en estas circunstancias y acelerar hacia el Top 16 con seguridad.
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