Visto y Oído
Broncano
En 2023, Unicaja y Lenovo Tenerife jugaron siete veces en tres competiciones (ACB, liga regular y play off, más la final de la Copa y la consolación de la BCL). Ganó cinco veces el equipo malagueño, un título incluido, y dos el cuadro de La Laguna. La anterior ocasión, en abril de 2022, el equipo dirigido por Txus Vidorreta había humillado (64-97) en el Carpena en un encuentro infame, en esa caída por el precipio que acabó con la peor clasificación en 30 años en la Liga. La metamorfosis que ha experimentado el Unicaja en este corto lapso es increíble. Ha recuperado el estatus en un tiempo récord. De no ir a la Copa de 2022 a levantar el trofeo en 2023 y presentarse en 2024 con condiciones para soñar.
La cuestión mental es básica en el deporte. El Unicaja está en ese proceso en el que también debe digerir quién es ahora y lidiar con las expectativas. El equipo juega de cine y con una solidez poco vista en la historia del club. Los jugadores han comprado la idea de Ibon y están en un momento sensacional. Pero eso en la Copa no vale de nada. Sí en una competición de largo recorrido, pero no en una tan corta que se decide en cuatro días. Hacía mucho que llegaba como cabeza de serie. Se juega en casa, aunque tras 21 años sin que el anfitrión gane tampoco es una ventaja constatada por el formato y la distribución de la grada. Y el rival tiene toda la experiencia del mundo. Es un bloque que junto ha ganado títulos y se conoce de memoria. Ha añadido a elementos imprevisibles que no necesitan de ese engranaje para producir, como Kyle Guy. Y al resto se le conoce bien, desde Marcelinho Huertas, un Benjamin Button cerca de los 41 años, a Shermadini.
Para relajarse hay que mirar el proceso y disfrutar del momento. El Unicaja ha acumulado muchas experiencias en este tiempo, desde la Final Four de la BCL a la final de la Supercopa, que no todo han sido rosas. Y de cada decepción ha salido más fuerte y con más vigor, “más fieles que nunca a nosotros”, que diría Ibon, sin desviarse del camino trazado. La gran presión esta vez es en el primer partido, es más ganable que aquel partido del Barça o la semifinal con el Madrid en Badalona. Ibon tiene que hacer un descarte para el partido, previsiblemente Lima o Sima. El segundo hizo un gran trabajo en el pasado play off contra Shermadini, aunque ha ido a tirones la última semana por unas molestias en el pecho. El grupo siempre ha prevalecido sobre el individuo en este año y medio.
La afición hará un recibimiento al equipo un par de horas antes del partido, mientras se juega el Barça-Manresa, del que saldría el hipotético rival en semifinales. Pero no hay que adelantar el futuro, es este viernes y es a las 21:00 horas en el Palacio de los Deportes. Seis partidos de Copa se jugaron en las tablas del Carpena y se ganaron dos y se perdieron cuatro. Los precedentes no son los mejores, pero este equipo está rompiendo límites y registros de manera constante. La única obsesión debe ser disfrutar, tanto dentro de la pista como fuera de ella, sin autoimponerse nada. El aquí y ahora, el carpe diem.
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