Unicaja - Manresa: El aviso de 1996

Aquella temporada, el equipo malagueño perdió una eliminatoria de cuartos de final ante el conjunto catalán a tres partidos con el factor cancha a favor

Los respetos de Nihad Djedovic

Manresa, Manresa y Manresa

Mike Ansley, ante Pittis (Benetton) en la temporada 1995/96. / Unicaja B. Fotopress

El Unicaja ya afrontó tiempo atrás una eliminatoria de cuartos de final de la ACB al mejor de tres partidos contra el Manresa (entonces TDK). Fue en la temporada 1995/96, la posterior al histórico subcampeonato. Fue también una sensacional campaña regular, en la que se acabó tercero con un 26-12 de balance. Fue paradójicamente mejor que la anterior (25-13), aunque con un puesto peor (segundos entonces). Fue en ese momento la temporada regular con más victorias de la historia del club (liga de 20 equipos, con cuatro partidos más que ahora), esas 26. Y lo fue en un ejercicio muy meritorio porque se compitió también por primera vez en la historia en la Euroliga fruto de la final de ACB del año anterior y se hizo a un alto nivel, rozando la clasificación para los cuartos de final (entonces competían dos grupos de ocho equipos).

El Unicaja se medía a un TDK Manresa que era potente. De hecho, meses antes había ganado la Copa del Rey en Murcia en la final ante el Barcelona con un recordado triple de Chichi Creus en los instantes finales. Era Salva Maldonado el entrenador del equipo catalán, curiosamente ahora el ayudante de Pedro Martínez en el equipo manresano, que atesoraba un equipo reconocible, con un trío extranjero estelar (Tellis Frank, Linton Townes y Harper Williams) más un fuerte núcleo nacional, con el histórico Creus más el canterano cajista Jesús Lázaro, ahora entrenador del Femenino y el junior en Los Guindos, y otros nombres como Roger Esteller, Joan Peñarroya, Lisard González o Jordi Singla. En el primer partido, en Ciudad Jardín, el Unicaja vencía con comodidad (90-69), liderado por Nacho Rodríguez (20 puntos, siete asistencias y 32 de valoración), con 16 tantos de Curro Ávalos.

Todo iba por el carril y en el segundo partido, en un Nou Congost atestado, el Unicaja tuvo opciones para ganar, pero no lo hizo. El partido se marchó a la segunda prórroga y acabó cayendo para el equipo local (106-100), con Harper Williams (24 puntos y 10 rebotes) y el ahora técnico de élite Joan Peñarroya (20 puntos) mandando. En el Unicaja Serguei Babkov sumó 28 puntos, con 19 de Mike Ansley y Alfonso Reyes.

Y se llegó al partido definitivo, dos días después, en Málaga, con Ciudad Jardín lleno. Esperaba en semifinales el Caja San Fernando, que se había cargado al Real Madrid en dos partidos, un rival accesible para llegar a la final por segundo año consecutivo. Pero el Unicaja encalló ese día, a remolque desde el comienzo, y no fue capaz de levantar el encuentro (82-98). Quedó, no obstante, un partido para el recuerdo de Kenny Miller, que aquel día rubricó 34 puntos (15/16 en tiros de dos y 4/9 en tiros libres) y 17 rebotes para 45 de valoración, tope histórico en play off del club. Roger Esteller, años después jugador del Unicaja, fue el verdugo (25 puntos) en el equipo rival. El Caja San Fernando eliminó (3-2) a los manresanos y jugó la segunda final de un equipo andaluz en la historia tomando el relevo malagueño del año anterior.

Han pasado muchos años, circunstancias muy diferentes y sin apenas protagonistas comunes, pero es un aviso que está ahí para quien quiera cogerlo. Ese Unicaja también vivía en la cresta de la ola y ahí empezó a bajar el ciclo tremendo que disparó el interés por el baloncesto en Málaga y que dos años después acabaría con las salidas de Javier Imbroda y Nacho Rodríguez del club.

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