Unicaja - Monbus Obradoiro: Siempre un recurso más (99-89)

El Unicaja doblega a un excelente Obradoiro que le puso las cosas complicadas

Séptima victoria seguida y a por el cuarto puesto

Las fotos del partido

Osetkowski realiza un mate. / Acb Photo / R. Pozo

El Monbus Obradoiro jugó un magnífico partido de baloncesto en el Martín Carpena y exigió una notable versión malagueña para sacar adelante un partido que tuvo que masticar hasta el minuto final (99-89), pero el altísimo nivel de confianza y la dinámica que lleva la escuadra que adiestra Ibon Navarro le hace superar problemas y adversidades en una sensacional comunión con su público. Cada partido es una fiesta en el Palacio y es, como refieren los dirigentes cajistas, la mejor noticia de esta temporada, la reconexión con la hinchada. Cada encuentro es un acontecimiento, se espera con ganas y se paladea. Y casi siempre, hay un 80% de opciones, se gana.

Moncho Fernández y sus soldados le plantearon un duelo de alta exigencia al Unicaja. Sin el nombre de otros, el Obradoiro es un club plenamente asentado en la ACB. Pelea, de hecho, por jugar por primera vez el play off por el título. Un equipo poderoso, que puede alinear quintetos repletos de jugadores de más de dos metros. Y practica un baloncesto que para los entendidos es de alta escuela. Ya en Santiago estuvo hasta el último segundo en partido. No desmereció lo que hizo en Málaga, donde ante 9.000 espectadores que creaban un gran ambiente tuvo personalidad para competir. Defensas zonales tras canasta, frenar las transiciones, daño en el bloqueo y continuación... Un partido preparado al que el Unicaja no rehuyó. Fue siempre por delante desde el segundo cuarto y parecía tenerlo en el bote (76-61) avanzado el tercero, pero el Monbus, a lomos de un base calibre Euroliga como Westermann, endosó un parcial de 1-14 para abrir completamente el encuentro en el cuarto final.

Fue un partido rico en matices. El Unicaja esgrimió al mejor Osetkowski ofensivamente en los últimos tiempos, a un Perry que gobierna los partidos con autoridad, a su gran fondo de banquillo. A un Barreiro al que parece que el lío con Sadiel Rojas le ha dado una dosis de autoestima para creer y aliñar con números una línea ascendente y una buena temporada. A un Djedovic que está a un excelente nivel. Hay opciones distintas para ganar, delante y detrás. El Obradoiro honra a la Liga Endesa y es de los equipos que la convierten en la mejor de Europa. Al descanso perdía por 49-41, pero el marcador era ligeramente engañoso, había que masticar. Los Scrubb eran un dolor de cabeza, Blazevic hacía daño a los pívots cajistas y Zurbriggen destilaba casta argentina y un tono anotador no frecuente para meter al equipo en la pelea por el partido. Con cuatro faltas Carter y Perry por encima del minutaje aconsejado, Ibon sacaba a Saint-Supéry en los últimos segundos del tercer cuarto (76-69).

El Obradoiro se metió de lleno, Westermann apretó de lo lindo. Pero el Unicaja siempre tiene un recurso más. Djedovic metió un triple y enlazó siete puntos en un momento delicado para celebrar su renovación. Kravish metió un par de tapones colosales. Hasta Perry, insultante momento el suyo, también. No peligró el triunfo, pero hubo que trabajarlo mucho. Y eso le da más valor. Son siete seguidos. Y el Unicaja llama al cuarto puesto de la ACB.

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