Unicaja - UCAM Murcia: Un dolor de muelas (83-101)

Otro repaso del UCAM Murcia, que tiene el control de las semifinales y se coloca a sólo un triunfo de la final (0-2) después de un segundo tiempo de impotencia del equipo malagueño

Un mínimo porcentaje de veces se dio la vuelta a esta situación

Las fotos del partido

Unicaja-UCAM Murcia, en fotos
El Unicaja se lamenta. / Javier Albiñana

El Unicaja está a merced del UCAM Murcia (83-101 y 0-2) y el sueño de volver a jugar una final de la Liga Endesa 18 años después se desvanece, está al borde del abismo, a sólo una derrota. El conjunto pimentonero está bordando el baloncesto en una serie (play off en general) fabulosa y el equipo malagueño no encuentra respuestas a la brillante ejecución de la propuesta de Sito Alonso. Un equipo en estado de gracia, con la confianza por las nubes y que ha desquiciado al Unicaja como nadie más lo ha hecho esta temporada, rebasándole con un juego excelente en los dos lados del campo. Con una defensa zonal que ha sido la base de que la eliminatoria esté 0-2, que ha hecho dudar al cuadro de Ibon Navarro. Pero, sobre todo, con un ataque excelso ante el que la defensa cajista no tiene respuestas. Juega con aplomo y tranquilidad, compartiendo el balón, encontrando las esquinas para triples liberados, las puertas atrás, las continuaciones... En ciertos momentos por la ansiedad que está demostrando e l Unicaja, que ocasiona desajustes cuando algunos quieren abarcar más espacio del necesario. La tranquilidad rival exaspera al Unicaja, cuyo gesto corporal es de desesperación, de desquiciamiento. También al público del Carpena, apurando tiempos muertos o con gestos a la grada. Es parte del negocio y ahí se siente a gusto el UCAM.

No está todo perdido, hasta ahora el rival ha dominado totalmente la serie, con más de 75 minutos delante en el marcador. Ahora cambian los escenarios, las mentalidades, la presión y las exigencias. Pero hay que hacer un cambio radical, mental y de juego, y no hay tiempo. El físico no está siendo un problema para el UCAM aunque esté con la rotación muy mermada. Pero para eso hay que seguir percutiendo.

La segunda pieza siguió un guion bastante similar a la primera. El cuadro de Sito Alonso, por delante en esta eliminatoria en todos los aspectos, volvió a plantear la zona que ya le valió para tumbar al Valencia Básket. El UCAM llevó el peso del duelo. En el primer cuarto forzando pérdidas ante un Unicaja obtuso al principio, aunque progresivamente fue cogiendo el hilo. El problema no estaba tanto en ataque como en defensa, que el Murcia destrozaba con paciencia, también ayudado por robos que traían puntos. Poco a poco fue igualando el partido el equipo cajista. Después de nueve puntos de diferencia (9-18) se estabilizó en torno a los cinco puntos de diferencia. Hacía mucho daño Yanis Morin, el temporero que ha traído para reforzar por las bajas en el interior. Salía el francés magullado tras un golpe con Osetkowski. Se ganó una técnica por encararse con la afición cajista cuando se retiraba para ser cosido. Fueron los momentos en los que el Unicaja disfrutó de la única ventaja del partido. Habían sido minutos con Tyson Carter como base y se había conseguido meter el balón en la zona, para crear alguna superioridad. 43-39 fue la máxima renta. Pero el UCAM comprimía antes del descanso (45-44).

Tras el descanso, el Unicaja recibió la mayor lección de baloncesto de la temporada, una verdadera tunda. Se fue consumiendo progresivamente mientras el UCAM no dejaba de hacer sangre, con un baloncesto champagne ante el que no había respuestas. Se hundió completamente el equipo malagueño, incapaz de encontrar respuestas ante el despliegue murciano en los dos lados de la pista. Progresivamente iba creciendo la diferencia. Sleva daba otra lección, Kurucs acribillaba desde la esquina, Ennis, Hakanson, Diagne intimidando... El Unicaja empequeñecía con la distancia por encima de los 15 puntos. Un arrebato de Alberto, con un triple y una penetración, bajó la distancia a los 10 puntos, pero el tiempo muerto de Sito Alonso, como siempre hasta ahora en la eliminatoria, controló la situación y volvió su equipo a mandar a placer. Fue un burreo al que no estaba acostumbrado el Unicaja desde hace dos años. La afición respondió, pese al tremendo repaso, con una gran ovación al equipo, por si era el último día, cantando el himno y el “campeones de Europa”. Es el agradecimiento a un equipo que ha hecho disfrutar muchísimo pero que ahora padece un dolor de muelas terrible llamado UCAM Murcia. Al grito de “Sí, se puede”, le despidió. Por fe no será.

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