Unicaja - UCAM Murcia: Un año maravilloso, un final cruel (70-79)

El equipo queda eliminado después de perder de nuevo en casa ante un rival que fue mejor durante más minutos durante la serie y ante el bloqueo cajista final

Los cinco partidos de la serie han sido ganados por el equipo visitante

Domas Sabonis estuvo en el partido

Los jugadores del Unicaja, tristes, al final del partido.
Los jugadores del Unicaja, tristes, al final del partido. / Javier Albiñana

Un final cruel, pero no se puede decir que inmerecido. El Unicaja dijo adiós a la temporada tras una serie espectacular, puro play off y baloncesto, en la que en el cómputo global el mejor fue el UCAM Murcia, que ganó los tres partidos en el Martín Carpena (70-79). Parece existir una suerte de bloqueo mental en el equipo malagueño en los partidos claves en Málaga, cuando se había ganado ese derecho con un extraordinaria temporada regular, a decidir todo en casa. Pasó en la BCL anterior, ocurrió en la Copa y aconteció esta vez de nuevo. Hay que admitirlo, el cuadro dirigido por Sito Alonso hizo una eliminatoria titánica y fue superior. Con bajas, con sus historias, pero fue mejor más tiempo que un Unicaja al que se le va una oportunidad seguramente irrepetible de jugar, 18 años después, una final de la ACB. Ha sido una temporada magnífica, como lo reconoció el público cantando el himno y coreando a los jugadores cuando acabó el encuentro. Con un título, con muchas victorias, siendo los mejores repetidamente, pero no en una serie de semifinales con un desenlace hiriente. A cada golpe del Unicaja, repelió el Murcia. A un inicio demoledor, a un 14-0 entre el tercer y el último cuarto. Siempre de pie el UCAM.

A lomos de Perry, el Unicaja salió con un parcial de 10-0, con dos triples y una penetración vertiginosa del de Florida, con Kalinoski bordando el baloncesto en las dos canastas, todo apoyado en una defensa que propiciaba los errores del UCAM, que parecía más pesado de piernas y sin capacidad de respuesta. Pero no, ahí estaba el cuadro murciano, que supo guarecerse (25-14 tras el primer cuarto), con Sito parando el partido con un challenge y un tiempo muerto. Jonathan Barreiro salía con un reguero de sangre después de un golpe de Kurucs, que los árbitros consideraron involuntario, en una penetración.

El Unicaja encalló en la zona en el segundo cuarto, había más dificultades. El UCAM metía más regularmente y ello impedía correr. Hubo un tramo de mayor control del rebote rival y hasta el minuto de 18 no metió una canasta en juego, un triple de Kalinoski. Antes, dos tiros libres de Carter. Después, una canasta de Sima. En ese interim, el Unicaja penó con la zona, que volvió a atragantarse, no atacó con la misma lucidez y aplomo que sí había hecho tanto en Murcia como en el arranque del partido. Caupain, Diagne y Ennis, del que cabía esperar un mayor nivel, aportaban puntos a un UCAM fiero y con orgullo, que no dejaba de morder. Dentro de lo malo, el equipo consiguió salvar el mando del duelo al descanso (32-31) pese a haber atravesado una ciénaga. Pero las sensaciones comenzaban a ser más negativas, esa sensación de agobio que no se había contemplado en Murcia sí existía ahora otra vez.

La defensa cajista no era mala, pero el UCAM se había vuelto a meter en la cabeza malagueña. Poco a poco, Sito y sus hombres cogían la batuta del partido. Con pausa, también con esos golpe de fortuna como un triple a tabla. Y ganando más balones divididos progresivamente. Mandaban los pimentoneros en el marcador hasta por seis puntos (49-55), con Perry recortando sobre la bocina del tercer cuarto con un triple esencial y Ejim igualando con un dos más uno (55-55). Enlazó un parcial de 14-0 el Unicaja (63-55) con unos minutos mágicos de Alberto, dos triples y un robo. Atacaba para subir de 10 cuando Ejim perdió el balón y la respuesta fue un triple de Hakanson. No gestionó ahí bien la ventaja el Unicaja y en un momento el UCAM había igualado con un Dylan Ennis brutal, matando desde la media distancia, al mejor nivel de la serie cuando hasta ahora no lo había estado. A falta de 2:30 mandaba el UCAM por 70-73 tras dos tiros libres de Caupain. Y ya no anotó más el Unicaja, que mentalmente acabó extenuado y sin respuesta al planteamiento del cuadro murciano. Son lecciones de, no hay que olvidar, un proyecto en crecimiento que hace dos años estaba en los sótanos de su historia. Una decepción, sin duda, pero una lección más para continuar creciendo.

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