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El Unicaja afronta otra pretemporada
Tras una semana con dos derrotas, el equipo malagueño vive un periodo en el que reajustar piezas y unificar momentos de forma y estados físicos y mentales para subir el nivel
El diagnóstico de Ibon Navarro
Parecía ir volando el Unicaja después de la victoria ante el Lenovo Tenerife, con un recital de buen juego más el aire a favor de una buena pretemporada, pero algo se ha descuadrado en esta semana recién acabada con la derrotas ante el Casademont Zaragoza y el Valencia Básket. En el proceso de construcción del equipo hay altibajos. Y, aunque la plantilla es casi idéntica, las circunstancias cambian. Estados físicos y mentales, entorno, rivales... No se pueden calcar dos campañas.
La temporada pasada hubo que esperar a febrero para que hubiera dos derrotas consecutivas en la ACB. Fueron en Gran Canaria y ante el Baskonia. Una semana después el Unicaja estaba alzando la Copa en Badalona en una de las mayores gestas de la historia del club para conseguir el quinto título. Da idea de lo volátiles que son los estados de forma y los equilibrios en el deporte, lo rápido que se hace click y todo funciona o se sale del carril. En general hay que concienciarse colectivamente de que lo ocurrido la temporada pasada fue una anomalía, no es normal la construcción tan rápida de un proyecto casi desde cero que fue muy ganador desde el arranque, moviéndose todo el año en el 75% de victorias, ganando tres de cada cuatro partidos. Hay un factor sorpresa con los rivales, una excitación colectiva de que todo fluye al fin. Y esas situaciones son difícilmente replicables.
Lo bueno es que se ganó crédito para soportar dos derrotas seguidas y cinco si vinieran. Ibon Navarro conoce la nave que pilota. Su diagnóstico en la sala de prensa del Carpena tras el partido era claro, hay diferentes estados de forma y falta entrenarCarpena. Entre los jugadores que vinieron del Mundial, los que hicieron pretemporada completa y los que vuelven de lesión no hay uniformidad física y mental. El calendario concede una tregua, es lo positivo de participar en la Basketball Champions League, que empieza más tarde y también alterna semanas de juego y descanso. En los próximos 13 días sólo está la visita a Gran Canaria, un partido de alta dificultad también, pero hay días para resetear y volver a ensamblar aquello que no funcionó esta semana, que es lo que realmente ha ocurrido. En la Supercopa se fue muy competitivo y al Tenerife (0-3 de arranque para los canarios) se le pasó por encima.
Tampoco hay que perder la perspectiva de que se trata de llegar bien a los momentos decisivos de la temporada, no hay tampoco esa urgencia de la temporada pasada de demostrar que esto funciona desde el primer día. El billete para la Copa no peligra al ser Málaga organizadora. La BCL tiene sus trampas en cada fase pero hay un colchón hasta el round of 16, ya a finales de enero. El método de controlar cargas y apoyarse en los parámetros físicos para no sobrecargar se reveló exitoso para evitar lesiones y para llegar frescos a los momentos candentes. Habrá rotaciones por la cantidad de efectivos si no hay lesiones. Y está el reajuste con el regreso de los pívots, sólo hubo que ver cómo le costaron a Kravish sus primeros minutos. Es una inversión que hay que hacer y ahora es el momento.
Hay que gestionar también las expectativas, que haya más ojos pendientes y más parroquianos en el Carpena desde el inicio de la campaña. Son, de alguna manera, problemas de rico que se dan por bienvenidos si se mira a años atrás. Viene ahora otra pretemporada dentro de la temporada. El calendario no da tregua ahora. Vienen la visita a Gran Canaria, Joventut en casa y Baskonia en Vitoria. Es un escenario exigente, sin duda, pero los retos no son nunca sencillos.
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