Unicaja, sin complacencia pero sin dudas

Las tres derrotas seguidas ocupan en Los Guindos pero se sigue la línea trazada y se confía en que otra semana de trabajo eleve al equipo

1x1: Algún brote verde no suficiente

Las dudas de Ibon con la expulsión de Ejim

Kravish levanta a Perry del suelo.
Kravish levanta a Perry del suelo. / Acb Photo

El Unicaja ha ensartado tres derrotas consecutivas en ACB, algo que no ocurría desde el final de la temporada 2021/22, cuando tras conseguir la permanencia virtual el equipo acabó con seis derrotas la campaña en un desfilar triste. Pese a ello, se mantuvo la confianza en Ibon Navarro en una decisión estratégica en aquel mes de mayo. Fue una de las mejores de la historia del club, visto el resultado de la temporada pasada.

Existe la lógica preocupación por esas tres derrotas, pero no hay alarmas encendidas aún. No es caer en la complacencia, porque se trabaja para revertir la situación y la presión irá en aumento si no se gana, pero el camino está trazado. Se asume que se está invirtiendo en el regreso y puesta a punto de jugadores a los que se necesitará a lo largo de la temporada. ¿Se podría comprimir la rotación y hacer que jugadores que están mejor jugaran más de 30 minutos y que los que están lejos de su mejor nivel no jugaran? Sí, pero no es la idea que hizo a este equipo grande. Y en ella se persiste. Reparto de esfuerzos a máxima intensidad, búsqueda para mantener un ritmo alto de partido desde una defensa de alto nivel y correr y ser agresivos en ataque. Cuesta encontrar en algunos momentos esas señas de identidad en estos tres partidos, pero se tiene plena confianza en pasar este bache y que el equipo salga reforzado. La tendencia a comparar con la temporada pasada es lógica, pero no fue normal tampoco esa ausencia de momentos críticos en un año entero. Ahora este mismo grupo está experimentándolo. Y ello debe valerle para crecer.

Pese a las tres derrotas, en los tres duelos hubo opciones reales de victoria, en todos se fue por delante en el marcador en algún punto de los 12 últimos minutos de partido. La falta de piernas en demasiados jugadores conecta con la ansiedad, con malas decisiones en los dos lados de la pista que no se suelen ver en este equipo. Las derrotas llegaron por ocho puntos en Zaragoza, por seis ante el Valencia y por siete en Gran Canaria. Estando mal, no fueron partidos en los que el rival pasara por encima y sí se observa una línea en la que se van haciendo algunas cosas mejor. En la búsqueda de Ibon por remendar los boquetes también se ha visto algún quinteto forzado y sin mucho equilibrio, parte también del proceso en el que se ven a jugadores en situaciones incómodos.

Cuesta digerir las derrotas para un equipo que se había acostumbrado a ganar muchísimo, a vencer de manera precisa y matemática tres de cada cuatro partidos que jugaba durante una temporada completa. Es el momento ahora de persistir en la idea y recuperar progresivamente a jugadores que están fuera de foco. Ser más equipo, ser mejores partiendo desde la defensa, desde un aumento de la actividad y la intensidad para poder hacer el juego en el que se siente más cómodo el Unicaja, que no es un equipo para jugar 5x5 de manera permanente, donde ahora se le ven más aún las costuras. Otra semana más de trabajo completo permitirá trabajar en profundidad para preparar el duelo del sábado ante el Joventut (3-1 de salida). Tiempo de retos.

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