El Unicaja se desploma lejos de Málaga
El Unicaja ha perdido sus últimos cuatro partidos lejos del Carpena con cada vez peores sensaciones, cada vez con peores sensaciones y ofreciendo menor nivel que en casa
En casa se ganaron cinco partidos y se perdieron dos, por uno y dos puntos
El Unicaja ha jugado 14 partidos oficiales en esta temporada 2021/22. Ganó siete y perdió siete. 5-2 en casa y 2-5 fuera. Números pobres que le tienen fuera de la zona de Copa/play off, a dos victorias, y líder de su grupo de la BCL, con la opción de liquidar el primer puesto en la próxima jornada. Sólo ha ganado más de un partidos seguido a principios de octubre, en Murcia, en Nizhny Novgorod y ante el Breogán. Después no ha encadenado buenas actuaciones. Sus últimas cuatro salidas se han saldado con derrotas en Manresa, Andorra, Vitoria y Dijon. Con malas sensaciones en todas. En Vitoria fue el único equipo ante el que ganó el Baskonia en la agonía final de Ivanovic, que perdió siete de sus últimos ocho partidos como entrenador del equipo vasco, sólo ganó el del Unicaja. Desperdició una opción franca tras fabricarse con su trabajo una buena opción.
En Manresa y Andorra siendo netamente inferior a los dos equipos, con un guión parecido, siempre detrás. Y en Dijon llegó un partido paupérrimo, atravesando límites pocos permisibles. Recibió en la zona casi 50 de los 78 puntos encajados, los pívots rivales tuvieron el día soñado, un puñado de canastas sencillas, sin oposición. “La defensa ha sido terrible”, admitía Katsikaris en la sala de prensa del Jean-Michel Geoffroy borgoñés, donde su equipo tocó fondo, una vez más.
El Unicaja se diluye lejos de Málaga. No va mucha gente al Carpena, pero hay un ambiente bonito. Sólo se ha perdido por un punto ante el Gran Canaria y por dos ante el Barcelona. Hay mayor competitividad, mayor nivel defensivo.
Pero no habla bien de un equipo que su nivel sea mucho mayor en casa que fuera. Solía decir el maestro Boza Maljkovic que al equipo bueno se le veía fuera, que en Málaga era fácil jugar con la afición. Aquel clásico “toro en mi rodeo y torazo en rodeo ajeno” no va con este equipo. El Unicaja se va engullendo. Aguantó en Tenerife, sacó la mejor victoria de la temporada por contexto y rival en Murcia y ganó bien en Rusia. Desde entonces cuatro derrotas, tres en ACB y una en BCL, con problemas reiterados y patrones similares en el desarrollo de los partidos. Siempre atrás en el marcador, con la excepción de Vitoria aunque entonces se dejara resucitar a un equipo que estaba con la autoestima por los suelos, equipo que deja de ser duro demasiado pronto e incapacidad para cambiar la dinámica de los partidos cuando se ponen muy complicados.
Hay problemas de baloncesto. La defensa del pick and roll rival en Dijon fue un desastre absoluto y sólo al final se cambió algo tácticamente, ya con el partido perdido. El ataque incide en lo que se detecta desde que comenzó la temporada, hay talento individual para desbordar y crear, pero más para sí que para el equipo, desde fuera. Puede entenderse como parte del proceso de crecimiento, pero la actitud con la que se salió a jugar en Francia no fue tolerable por más que fuera un partido que no era muy trascendente. Pero la realidad, lo que más preocupa, es que el Unicaja no es mejor equipo que lo que era hace dos meses cuando empezó la competición. Y ése si es un problema muy gordo.
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