El Unicaja, fenómeno de masas
La asistencia, el ambiente y la fiesta posterior al Costa del Sol dejó sorpresa en el propio club
Gestionar la alegría y las expectativas, tarea para la temporada que comienza
La fiesta de Osetkowski
Y Will Thomas se ríe
Los responsables del Unicaja y los jugadores alucinaban en la trastienda de la fiesta de Dylan Osetkowski. Había miles de personas en la explanada de la zona de la entrada principal del Martín Carpena. Colas para hacerse con algo de comer y beber, como había prometido el californiano con el título de Copa, también por capturar alguna foto o un autógrafo. Muchísimos niños, el fenómeno fan desarrollado como no se veía quizá desde los booms del subcampeonato del 95 y el trienio dorado con Scariolo. Así lo decían empleados con varias décadas de antigüedad. Jugadores con carisma, que tienden a acercarse, que les gusta involucrarse y que se sienten cómodos en un lugar acogedor. La fina frontera entre acomodarse y dejarse ir, lo que mucho tiempo se reprochó a quien venía a Málaga, o identificarse y dar un plus.
El propio Chus Mateo, entrenador del Real Madrid, bastante buen conocedor de la casa, decía tras el partido que no había visto nada igual antes en un partido de pretemporada. Los nuevos, Taylor y Diop, también el chaval Del Pino, estaban con los ojos como platos. Osetkowski era el centro de la fiesta y se emocionaba en algún momento. Ibon Navarro le ayudaba, el flow de Kendrick Perry, la ovación a Alberto tras su renovación hasta 2028... Se percibe una comunión difícil de definir. Y vuelve a estar de moda ir al Carpena.
Existe, no obstante, algo de fondo más profundo que ese inolvidable título de Copa o una gran temporada con casi un 75% de victorias y presencia en las semifinales de todas las competiciones. El club ha activado mecanismos para tocar teclas que estaban oxidadas y parecían que nunca volverían a sonar. Hay que darle el su crédito al presidente, Antonio Jesús López Nieto, y al director deportivo, Juanma Rodríguez. Tras una primera temporada en el que los tiempos del verano parecieron diseñado por el enemigo, se hizo un proyecto deportivo casi desde cero que se ha encarrilado con una velocidad inusual. Pero también se ha trabajado mucho y bien a nivel institucional y social para conseguir este momento como entidad para que quienes han vivido muchos tiempos de desdicha se pellizquen.
El presidente tiró de contactos para conseguir más ingresos y tuvo claro que debía abrir el club a la ciudad y a la provincia. Al resto de las canteras de la tercera provincia de España con más licencias de baloncesto tras Madrid y Barcelona. Detalles que pueden parecer banales. El autobús del club, que no sólo transporta al primer equipo, también recoge en distintos colegios a chavales que acuden semanalmente a un entrenamiento del primer equipo para conocer a sus ídolos. Una camiseta verde y morada vintage, antigua reclamación, que ha sido, con mucha diferencia, la más vendida de la historia de la entidad. Ese guiño al Málaga CF con la camiseta blanquiazul. La creación de varios equipos de veteranos, como el +35, que esta semana atrás ganó el título del Mundial de veteranos con Carlos Cabezas y Walter Hermann como líderes y que sirve para expandir marca. Una política de abonos bastante barata el año pasado, de las que más de la ACB, que ha habido que elevar esta temporada, lo que no obstó para que se alcanzaran a la velocidad de la luz los 9.000... Todo, con los mismos profesionales en el club que anteriormente, sin ningún cambio drástico.
Sin lo que ha sucedido en la pista nada sería igual de mágico, pero el huracán que sopla detrás del equipo no es sólo por lo que ha ocurrido en la pista. Ahora llega una temporada que no es sencilla. Gestionar esa alegría e ilusión es bonito, pero también hay una alta carga de responsabilidad. Ya Ibon Navarro intentaba dimensionar las cinco victorias en pretemporada, dos de ellas ante rivales de Euroliga. Cuando vayan llegando los lesionados más Ejim habrá que reajustar los roles. Está la Supercopa, a una victoria ante el UCAM de jugar otra final, pero el inicio de la Liga Endesa es de una dificultad bastante alta, con duelos contra equipos de play off. Lidiar con expectativas después de una temporada tan exitosa no es sencillo, pero mucho mejor verse en esta situación que en el último tercio de la tabla.
Las imágenes de la fiesta de Osetkowski volaban por las redes sociales. Desde otros clubes mostraba la envidia sana por esas imágenes. Los jugadores recibieron un mensaje implícito de la afición, el "vamos a estar con vosotros". No es normal meter en el Carpena a más de 10.500 espectadores en un partido de pretemporada, pero el Unicaja es, a día de hoy, un imán atractivo.
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