El Unicaja se reinicia
Vuelta al trabajo tras 36 horas de descanso y maquinar un partido grandioso en Barcelona
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El Unicaja ya visualiza esa visita del Palau Blaugrana, cita de trascendencia en la ciudad condal (viernes a las 19:00 horas) ante un Barça que tratará de resquebrajar cualquier opción de liderato malagueño. Es el último puerto de montaña antes de un play off al que ya se mira de reojo, pero antes hay que dilucidar si como primero o segundo clasificado. Ganar en el Palau y esperar una derrota del Real Madrid, que visita al Valencia Basket en La Fonteta dos horas después. Será la penúltima bala. Sin obsesión pero con ambición. Si cae el liderato en Los Guindos, seguir adornando una temporada de ensueño en el Unicaja, ya con un título en el bolsillo. Además, el poder sumar 28 victorias en Liga Regular, que supondría la mejor marca histórica del club, la anterior está en 27, alcanzadas en los cursos 00/01 y 01/02 con Boza Maljkovic en el banquillo. Después quedaría batir a un Zunder Palencia ya descendido, pero ya se cruzará ese puente cuando se aproxime ese río. Primero una misión del Palau que parece una oportunidad franca, un Barça que el próximo miércoles se juega su futuro en Euroliga. Debería acusar ese desgaste ante el Unicaja, aunque con la boca pequeña porque está habituado a competir cada dos días.
La plantilla regresó ayer por la tarde al trabajo después de un ligero respiro. “A descansar y dejarnos de ver las caras durante un día y medio”, decía Ibon Navarro tras ganar al UCAM Murcia, que mide ese tipo de detalles. Se necesitaba ese reinicio después de Belgrado y todo lo posterior. Una forma de alejarse de la rutina unas 36 horas y afilar colmillos. Algunos jugadores aprovecharon el lunes para ir a la playa. Perry compartía una foto con Kalinoski y Carter en Torremolinos. Trabajo invisible, y no es la primera vez que da rédito. Es llamativo que los jugadores aprovechen el día libre para hacer planes entre sí, denota esa química sólida. Entrenamiento como primera toma de de contacto de la semana. No son días de cargar y llevar a la fatiga al jugador, sino de mantenimiento. Los meses ya pesan en las piernas, aunque Ibon ya avisaba que el objetivo es dar el máximo una semana más como axioma.
El equipo da señales muy positivas tras ganar la BCL. Se estuvo a un tiro de ganar en Tenerife, bajo un contexto especial, partido que se jugó sin entrenar y aún de resaca emocional. Pero aún así se compitió con las mejores garantías. Ante UCAM Murcia, un Unicaja más estabilizado, se le pudo barrer con una oda al baloncesto, a un cuarto clasificado de una ACB excelsa. Puro disfrute. Y ahora se viaja a Barcelona con la mejor de las sensaciones, en disposición de dar otro golpe ante un Euroliga (ya se ganó previamente en el WiZink, Buesa y Fonteta) y seguir dando argumentos de que este Unicaja da visos de un contender clarísimo hacia el título, pese a que el mensaje de puertas para fuera sea de cautela, donde se recuerda la diferencia insultante con Madrid y Barça. Ambas ideas son compatibles. Y ya avisaba López Nieto al alcalde que a lo mejor no era la última visita esta temporada. Sobre el papel, más plácido, dentro de la dificultad, obtener esa primera plaza porque ya decidiría el Carpena en todos los play offs. Un Palacio que es una trituradora. El último en reconocer la complejidad de competir en Málaga fue Sito Alonso, una intervención, además de ejemplar, realista con lo que es capaz de ofrecer este Unicaja. Se ha cogido una velocidad altísima. Y a ver quién lo para ahora.
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