El Unicaja hace piña.
El Unicaja hace piña. / Carlos Guerrero

Era un partido de liga regular, con puntos de retorno aún, de una trascendencia quizá más simbólica que real. Hay que remar mucho para llegar a una final de la ACB y pensar ahí en tener el factor cancha, seguramente hubiera sido una carga extra de presión también para el equipo. Pero el partido del Unicaja ante el Real Madrid dejó algunas secuelas y enseñanzas. Alzó la voz tras el partido el presidente, Antonio Jesús López Nieto, como no lo había hecho hasta ahora desde que está en el cargo, para llamar la atención no sobre las decisiones arbitrales, sino el cómo. “Lo único que me molesta es que yo creo que el arbitraje tenía que tener más contundencia con cualquier jugador, técnico o ayudante de cualquier equipo que proteste, al menos tener el mismo rasero”, decía López Nieto, conocedor de sobra de la psicología arbitral. Ibon Navarro estaba muy caliente tras el duelo, también en el vestuario había indignación, se pudo ver en varias imágenes y sonidos de la retransmisión. Alberto Díaz fue contemplativo en Movistar. Bien sabe el capitán cajista que rápido cogen la matrícula.

Desde algunas terminales mediáticas de la capital ya se deslizaba tras la velada y no tan velada protesta malagueña que de qué se quejaba el Unicaja, se hablaba del “kárate” que se practica en el Carpena y que las dos antideportivas fueron para el Madrid. Por lo visto Yabusele practica ballet. Así se funciona y es el aviso que se recibe. Ganar la Copa está bien como anécdota, pero pelear por la Liga es otra cosa. Fríamente, se acerca a lo imposible ganarla en la coyuntura actual. Básicamente, por el nivel de los rivales, en un play off es muy difícil ganar varias veces en poco tiempo a equipos de Euroliga. Pero también está el otro baloncesto, del que no gusta hablar pero que también existe. La mejor noticia es que el Unicaja ya no es tan simpático, los rivales más potentes le ven como una alternativa real. Pero eso también tiene peajes.

Por dentro hay que hacer autocrítica, mejorar las cosas que se hicieron mal en los últimos 90 segundos, que fueron varias. Es también parte del proceso para crecer. Viene ahora un mes en el que pueden perderse partidos en ACB, sin descuidarse, porque el colchón con el tercero es mullido y la BCL debe ser el centro de atención porque esa sí que es una opción real, que no sencilla, de tocar plata. Aunque este equipo no tiene un interruptor para conectarse y desconectarse, posee una constancia admirable. Y, sobre todo, jugar como en el segundo tiempo ante el Madrid al baloncesto. Así se competirá contra cualquier equipo. Ganar ya será otra cosa.

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