El Unicaja tocó madera
La versión de los malagueños en el WiZink, faltos de energía, explica el temor de sufrir algún contratiempo para la Final Four de BCL
Ibon Navarro se quedó con el regreso de Alberto y Brizuela
Es fácil digerir la derrota del Unicaja en el WiZink Center, por las pocas consecuencias que acarrea, con los malagueños aún en disposición de pelear con Lenovo la cuarta plaza, además el sobrentender que la cabeza del conjunto cajista está en el próximo viernes con el Bonn. Ya aseguraba Ibon Navarro ese control de cargas ante el Real Madrid, por lo que se podía presagiar un partido de esas características. En ese gusto, la amargura de dejar escapar una oportunidad única de ganar a los blancos en su pista, esas bajas en la previa que podían aumentar las aspiraciones, pero el Madrid, en un estado de soltura, demostró un poderío abrumador pese a tener media plantilla fuera. Es una lectura extraña, al menos la satisfacción de ya poder contar con Alberto Díaz y Darío Brizuela, al margen de competir, el gran objetivo de la cita.
"Vamos a quedarnos con la parte buena, a Darío y Alberto lo hemos metido en rotación y no se ha lesionado nadie", abreviaba Ibon Navarro ese sentir generalizado, que lo que viene es más sugerente que el exprimirte ante un Real Madrid, interesante por supuesto, pero algún tipo de contratiempo, por leve que fuera, a cinco días del Bonn, solo por forzar de más en un partido de Liga, habría sido desastroso. Eso sí, el traspié en Madrid obliga al Unicaja a no fallar en Miribilla y batir a Tenerife (rival de los malagueños hasta en la sopa) en el Carpena y poder alcanzar ese cuarto lugar, con el average frente a los aurinegros presente. Para esa película queda un mundo aún.
Como decía el técnico del Unicaja, volvieron los tocados, a un ritmo todavía lejos del nivel que pueden dar ambos, pero el ya contar con Alberto Díaz y Darío Brizuela es una bendición, se habría firmado con sangre este transcurso de los acontecimientos, con una rodilla del donostiarra además que no terminaba de sanarse. El base tuvo trece minutos, no le acompañó ese ritmo de partido descarado y sin intensidad, contexto más propicio para el vasco, que anotó seis puntos en acciones donde se le vio con esa chispa, tuvo alguna acción destacada en la segunda mitad.
Se autoinculpaba Ibon Navarro de no haber podido transmitir el mensaje a una plantilla que también tiene tonos grises, no todo va a ser paz y concordia. No obstante, el Unicaja estuvo en el partido a falta de cinco minutos, a remolque y pegajoso; días donde no existe el colmillo, pero el equipo no renuncia a competir, en un escenario tan imponente, al margen del contexto del Madrid, como el WiZink Center. Se tocó madera y no hubo contratiempos. A por la BCL.
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