La Unicajamanía en su esencia: 10.642 locos en pretemporada
Ambiente sin parangón en el Carpena por estas fechas, como si se tratase de un partido de play off; hubo colas eternas para conseguir el mejor asiento
La crónica del Unicaja-Real Madrid
Que el Carpena llegue al aforo completo dejó de ser noticia hace meses, pero que lo registre un 10 de septiembre supone un hecho nunca visto, que contextualiza el inmejorable momento que vive el Unicaja a nivel social. Luego la pelota tiene que entrar, pero el corazón del club palpita con más fuerza que nunca. Hubo colas eternas en los aledaños del Palacio, de más de hora y media; que las localidades no fuesen enumeradas obligó a más de un aficionado a aligerar la rutina, por una buena causa: ver al Unicaja por primera vez desde junio en el Carpena. Estaban caros los mejores asientos frente al Real Madrid, seguramente el ambiente habría sido parecido ante otro rival, como ya constató la temporada pasada. Un rato antes de que arrancara el último partido del Torneo Costa del Sol, ya estaba lleno el anillo inferior y parte del superior. El club ya adelantó por la mañana que no quedaban entradas, una locura acentuada viendo que centenares de aficionados tuvieron que esperar un rato para entrar. 10.642 espectadores en un partido intrascendente. Demencial.
¿La primera vez por estas fechas? Ya es difícil encontrar alguna similitud en cualquier cancha, que un pabellón tenga una atmósfera de play off en septiembre. Sí los ha habido con la selección, en el Torneo Centenario FEB hace unas semanas o cada estancia de España en Málaga, pero con el Unicaja en liza la carpeta esta vacía. Y con una mayoría de aficionados cajistas, si se hacía una panorámica visual. Infinidad de camisetas verdes y moradas, decenas de la nueva equipación por cierto, que parece que ha tenido buena acogida, aunque hay que darle su tiempo. Los Mihitas en su espacio, innegociable, y un Carpena que durante los cuarenta minutos fue el de siempre. El mejor refuerzo que se pueden encontrar los de Ibon Navarro antes de la Supercopa, equipo que además respondió de maravillas. Himno que se cantó a capela en varias ocasiones y una ola prominente. La Unicajamanía todavía crece.
Eso dentro, fuera esperaba la fiesta de Dylan Osetkowski, el mayor atractivo de una tarde donde lo baloncestístico aún queda en un segundo plano. La cuenta real empieza en Murcia. Alla irá el Unicaja, encendido después de un Torneo Costa del Sol antológico teniendo en cuenta las circunstancias más los rivales, y con su pabellón lleno en septiembre. Qué bien se están calculando los pasos en Los Guindos.
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