Volvió el infierno verde... y de qué manera

El llamamiento a vestir con los colores del equipo funcionó en un día que puede invitar al optimismo

Waczynski celebra una canasta y el público con él.
Waczynski celebra una canasta y el público con él. / Marilú Báez
V. Miralles

13 de febrero 2017 - 02:25

Málaga/Hay maneras y maneras de poner un alto en el camino. El Unicaja lo hizo a lo grande, ganando a un Real Madrid lanzado. No se ocurre mejor modo de irse a la Copa del Rey, donde espera el Barcelona. El triunfo permite ver al menos un nivel competitivoalto cuando las circunstancias acompañan. Y también ver que el Carpena, cuando su equipo lo pide, es fundamental.

La iniciativa Ven de verde funcionó y permitió ver ese infierno verde que se anunció a bombo y platillo desde el inicio. 10.473 personas acudieron al Palacio de los Deportes José María Martín Carpena, la máxima asistencia de la temporada, para contemplar un encuentro de mucha enjundia. Pudo afear que, al aumentar especialmente la venta en provincias limítrofes, hubiera también algunos aplausos para los puntos del Real Madrid. Pero en minoría, se vieron apropiadamente silenciados por una grada enardecida.

Tienen mucho que ver actuaciones individuales. Nombres que acostumbran a levantar a los suyos cada jornada, pero que ayer, por lo espectacular, hicieron aún más efecto y provocaron un efecto de retroalimentación. Alberto Díaz siguió con su lección defensiva habitual y atinó con el tiro para hacer diez buenos puntos con un 2/3 en triples, 1/3 de dos y 2/2 en tiros libres. El icónico pelirrojo es el ojito derecho de una afición que lo entiende como lo que es: un ejemplo para los más pequeños de sacrificio y esfuerzo. También hizo lo suyo Nemanja Nedovic, si por lo suyo entendemos otra exhibición más de calidad e intensidad. No necesitan ser tribuneros, sólo ganarse en la cancha un aplauso que les ayuda a seguir dentro.

Como con el Barcelona y como en las grandes noches, el Carpena lució. Se echa de menos esa presencia en otras circunstancias, pero puede ser un buen punto de partida para enganchar a más público de cara al futuro. La pérdida de masa social detrás tiene como única solución la mejora en lo deportivo, y actuaciones como la de ayer son de grata ayuda para aquellos que, con sus motivos, decidieron dejar de acudir a ver a su equipo.

El Unicaja no tendrá un infierno verde al completo en Vitoria, pero sí a una pieza importante de los más fieles. Soñar es gratis, aunque Plaza pide un ejercicio de contención y responsabilidad. Es lógico, viendo que algunos síntomas de debilidad siguen estando ahí. Lo difícil, no obstante, es apuntar a ellos tras un día así. La Copa está ahí y llegar, tras el duro golpe de la temporada pasada, ya es un factor que permite apreciar el valor que esta tiene.

stats