Will Thomas, cuidados necesarios
El Unicaja trata de refrigerar al pívot de Baltimore después de su exigente inicio de temporada, esfuerzos que ahora toca controlar
Osetkowski da señales
Mrsic habló del Unicaja
Sin pívots y bases, pero con un Will Thomas rejuvenecidoWill Thomas , abarcando más campo del que tocaba gracias a que el físico aguantaba. El Unicaja tuvo que exprimir en pretemporada al pívot de Baltimore, esfuerzos que no corresponden a un jugador de 37 años, más por estas fechas, pero la coyuntura no permitía elegir a Ibon Navarro. Minutadas durante el verano, también en la Supercopa, todo controlado, aunque dando por hecho que se iba a producir una pájara más pronto que tarde. Ahora se pretende dosificar más al pívot y que puede mantener esa frescura, trabajo que será posible mientras la salud de la plantilla responda. Con todos los interiores ya en condiciones, el abanico de Ibon Navarro es extenso para dar mimos a Thomas; proceso que fue contrario a la temporada pasada, donde su rendimiento fue ascendente. Se pretende aplicar la fórmula de la 22/23, en esa pretemporada que llevó a cabo una plantilla ya inmersa en octubre. Esas cargas para que el tío Will pueda alcanzar ese pico de forma en los momentos importantes.
Está Ibon aún en una fase de encajar piezas, de homogeneizar la preparación física de sus jugadores; últimas semanas que han permitido ese equilibrio. En el caso de Thomas, en una línea de minutos que rondaba los 25 en septiembre, ahora su papel en el Unicaja ha disminuido. 12 minutos en Vitoria y 9 el pasado martes en el Carpena frente a Le Mans. Números que son cambiantes, paradójicamente en una plantilla con las responsabilidades bien repartidas, pero está el cuerpo técnico en ese trabajo de dosificar, refrigerar un cuerpo que no es el de antaño y que se ha visto muy exigido. Cariño que es necesario para ver a ese Will con rapidez, ágil y capaz de subir la pelota y culminar una acción con un mate, entre otras acciones que mantiene en el catálogo cuando el físico responde. Que ahora aparezca en un segundo plano, mientras el Unicaja siga encadenando victorias, refrenda que es el camino correcto. Había la necesidad de que fueran emergiendo otros actores. Ya volverá a aparecer el de Baltimore cuando toque.
Siempre tendrá un papel importante en el engranaje. Ese rostro habitual cuando recibió la camiseta de los 200 partidos con el Unicaja. Serenidad y silencio que le proporcionan carisma, aunque es un tipo, como ha trascendido anteriormente, bromista en el vestuario, donde ejerce un gran peso. Siempre suma, aunque sea con trabajo fuera de la pista. Es el momento de Kravish, quien ha tenido un regreso que se habría firmado con sangre, o un Dylan Osetkowski que va dando señales de ese superclase que hay que desarrollar. Va recuperando el Unicaja esa normalidad ganadora, equipo que tiene un amplio margen de mejora aún.
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