Zaccharie Risacher, el malagueño de 16 años que ya juega en Euroliga

El hijo del recordado Stéphane tiene un futuro brillante, ya jugó con el Asvel Villeurbanne en la Euroliga y destacó este fin de semana en el Adidas Next Generation

Zaccharie Risacher lanza a canasta. / Euroleague

"El alero Stéphane Risacher ha sido baja en el último entrenamiento. Su mujer, Sandrine, ha dado a luz, en la malagueña Clínica Gálvez, a un niño que ha pesado 4.100 kilos, ha medido 54 centímetros y se va a llamar Zaccarie". Era la comunicación del club para informar de que el histórico alero del Unicaja había sido padre hace el 8 de abril de 2005.

Stéphane fue miembro de legendario equipo que ganó Copa y Liga. De hecho, Zaccharie nació mes y medio después del título en Zaragoza. Risacher jugó 233 partidos con la camiseta del Unicaja, con 7.5 puntos y 2.3 rebotes de media. Un finísimo alero zurdo con una calidad tremenda. De hecho, así era conceptuado en el equipo, como un hombre de talento máximo en la mejor plantilla de la historia del club. Subcampeón olímpico con Francia en Sidney, llegó de la mano de Maljkovic para jugar la Euroliga tras varias temporadas en el Olympiacos y estuvo cuatro temporadas en Málaga. Con 34 años, el club decidió no renovarle dentro del proceso de renovación tras el título de Liga.

El apellido Risacher vuelve a sonar con fuerza en el baloncesto europeo. Zaccharie es un tremendo proyecto de jugador. Fermenta en el Asvel Villeurbanne, el equipo que preside Tony Parker, a la sombra del fenómeno Victor Wembanyama. Es un alero de 2.04 metros, aún con crecimiento físico por delante, que ya jugó el pasado verano con Francia sub 16 y que debería estar el próximo verano en Málaga en el Mundial sub 17. Sería una de las grandes atracciones del torneo. Se da la circunstancia de que junto a Zaccharie Risacher también llama la atención Illan Pietrus, hijo de Florent, otro miembro de aquel equipo campeón del Unicaja. Ya destacó en el Youth Challenger sub 16, juega en el Strasbourg y también debería estar en el combinado francés porque también es nacido en 2005. La semilla de aquella mítica se va reproduciendo dos décadas después.

Stéphane Risacher, en su etapa en el Unicaja.

Con 16 años, Zaccharie ya debutó en la Euroliga. Se estrenó el pasado 18 de enero con 16 años en un partido ante el Mónaco. Después, fue titular ante el Efes en Estambul. En el país vecino sonó con fuerza, es el jugador francés más joven de la historia en haber jugado un partido de la máxima competición europea. También jugó en la LNB, la liga francesa, aunque su equipo habitual es el de la liga de promesas que se juega allí, con partidos entre los filiales. Allí promedia 13.3 puntos y 4.9 rebotes. Este fin de semana estuvo en el Adidas Next Generation de Belgrado con el equipo junior, con el que tuvo actuaciones destacadas.

"Sin duda, es un gran talento. Si juega es porque está haciendo algo que otros no hacen, puede lanzar el balón. Eso siempre ayuda. Solo la mano es diferente a su padre. Es diestro y Stephane era zurdo. En lo demás se parece mucho", decía TJ Parker, hermano de Tony, cuando Zaccharie debutó. En varios artículos publicados en la prensa francesa se habla de chico muy educado y tanquilo dentro de la pista. Dentro, una mano de seda que evolucionará hacia un tres-cuatro en el baloncesto moderno. Delgado aún, con brazos muy largos y buen reboteador a nivel junior, ya se le prepara para el salto a profesionales.

Zaccharie Risacher, en su debut en Euroliga. / Euroleague

"Hablamos de baloncesto todo el tiempo. Pero cuando se vuelve más específico para mi hermana o para mí, obviamente escuchamos. Es importante. Nos gusta compartir estos momentos. A medida que fui creciendo me di cuenta de que mi papá era un gran jugador. Siempre habíamos hablado de baloncesto en casa desde que era muy pequeño. Pero tenía 12 años cuando me di cuenta de esto", decía Zaccharie en una entrevista reciente sobre la relación con su padre y sobre lo que rodea a ser un hijo de un jugador importante: "Lo que sucede a mi alrededor no me concierne. Lo ignoro. Sólo tomo el lado positivo de las cosas. Lo que cuenta, sobre todo, es el trabajo que realizo a diario. Me alegro de que valga la pena. Pero intento dejar de lado los aspectos negativos".

Sueña con la NBA, como todo adolescente. Su nombre ya aparece entre los mejores proyectos de su edad entre los scouts de la mejor liga del mundo. Un malagueño de 16 años, ha venido con su familia varias veces a la ciudad, la última el pasado verano, que ya asoma la cabeza en la élite del baloncesto europeo.

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