Zunder Palencia - Unicaja: Respeto y seriedad (72-86)
El Unicaja sale concentrado ante el colista y completa un partido de buen nivel para fortificar la segunda plaza y completar una primera vuelta sensacional que hace soñar
Así te contamos el partido
Gran triunfo del Unicaja Mijas
Todo empieza por la seriedad y el respeto. A sí mismo y a los rivales. El Unicaja juega con intensidad y concentración parecidas contra el líder que contra el colista. Y por ahí se explica mucho bueno de lo que le ocurre al equipo malagueño, que disfruta de cualquier partido. No es un engorro jugar una fría noche de Reyes en un lugar sin mucho glamour, es una oportunidad más de vencer. Sólo había ganado dos partidos, en casa, el Zunder Palencia, pero sólo el Valencia le había vencido por más de 10 puntos, siempre había competido y exigido. El Unicaja fue un ciclón desde el segundo cuarto y sólo en los minutos finales vio recortada la diferencia con el empuje local (72-86), un equipo con una afición admirable que disfruta con ese sabor especial que sólo posee la primera vez y que aprieta se gane o se pierda por 20. Y un bloque que no está muerto aunque pueda acabar a cuatro victorias de la salvación esta jornada. No ofrece esas sensaciones. Sí corrobora lo que dice la tabla el Unicaja, que completa una primera vuelta de ACB de ensueño, en la que no pierde desde octubre (14-3) y en la que ha enlazado nada menos que 13 victorias, en una racha que sigue abierta.
Aunque el Zunder Palencia comenzó arriba en el marcador en los primeros compases (8-2 de arranque), el Unicaja rápidamente cogió las riendas. Fue encontrando situaciones progresivas para anotar. Advertía Ibon en la víspera que había sido una semana de trabajado duro y que las piernas podían pesar. Varios tiros abiertos fallados por Osetkowski, Perry y Kalinoski podían ir en esa dirección, pero el ritmo constante y la confianza adquirida con la tremenda racha de victorias hace que el equipo no se ponga nervioso ni cometa errores más allá de lo fisiológico aunque el baloncesto no fluya. Pero lo acaba haciendo tarde o temprano, como Ejim ejecutando siete puntos seguidos. Igualdad al final del primer cuarto (21-21) y poco a poco, más candela para el fuego. La segunda unidad dio un plus más. Hay mucha profundidad y eso permite distintas combinaciones manteniendo el pie en el acelerador. Y los rivales lo tienen difícil. El Zunder comenzaba a ir con la lengua fuera. El nivel defensivo era muy serio, cada vez más. Luis Guil ponía en marcha distintas defensas zonales y el Unicaja las atacaba bien, aunque no siempre con buen resultado en forma de canasta. Pero Kalinoski aparecía con dos triples, ahora Carter, Djedovic sumaba, Perry acababa el primer tiempo con un dos más uno (31-41). Perdía algún balón más de lo habitual el cuadro de Ibon, que tenía algunos campos pendientes para subir el nivel.
La línea continuó tras el descanso. Tres triples de Alberto Díaz fortificaban la distancia por encima de los 10 puntos. El Unicaja encontraba soluciones a la defensa palentina con muy buenas circulaciones. Un robo de Perry acababa con un alley hoop para Kameron Taylor que marcaba una renta de 16 (46-62) y que llevaba a Guil a pedir un tiempo muerto. La seriedad con la que se emplea el Unicaja acaba desesperando a los rivales, que lógicamente tienen momentos de acierto. Pero cuando el tío Will Thomas, con sus 37 años, es el primero que llega al aro rival para meter dos canastas sencillas, una a pase de Sima, es que hay algo en esas cabezas insertado, un instinto asesino, una idea y una filosofía. La jugada con la que acabó el tercer cuarto fue lapidaria. Un triple tras un vertiginoso ataque de Perry, que parecía entrar pero tuvo vista para doblarla al triple y allí, sobre la bocina, la metió Taylor (49-71).
El Zunder no le perdió la cara al duelo, no se lo permite un ambiente espectacular que no deja de animar. Llegó a bajar a la frontera de los 10 puntos, con más pasión en esos momentos en los que el Unicaja seguía dando unos mínimos. Un triple de Alberto, el quinto, sentenciaba a dos minutos del final (67-81). Todo empieza desde el respeto y la seriedad. Y así se sigue soñando con gestas más grandes aún.
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