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A través de su canal de YouTube, el Unicaja repuso el domingo pasado el tercer partido de la final de la Liga ACB 2005/06, el que supuso el ansiado título que se había negado 11 años antes con el triple que no entró de Ansley. Esta vez fue uno de Garbajosa el que, a 38 segundos del final, sí entró, lanzando en la cara de Kornel David. Volteó el marcador (72-74) y el crack de Torrejón de Ardoz remataría con dos tiros libres antes del posterior enfado baskonista por un procedente tiempo de Sergio Scariolo para planear una última jugada a falta de cuatro segundos después de unos pasos de Vidal (72-76).
En la euforia, como relataba Daniel Santiago en la entrevista con este periódico ayer, rescató un balón que lanzó Jorge Garbajosa después de que se lo quedara tras el bocinazo final. Santiago rezó con Marcus Brown, rodilla en el parqué del Buesa Arena, con ese balón envuelto en una toalla a sus pies. Y ese bola histórica, la del partido que dio el título más importante de la historia de la entidad, reposa 14 años después en Florida, muy cerca de Tampa, en la casa de Daniel Santiago, en una vitrina cerrada y con las firmas de compañeros y técnicos que participaron en esa gesta.
El pívot puertorriqueño tiene en su casa en las cercancías de Tampa de un pequeño museo baloncestístico con imágenes y trofeos de toda su trayectoria. Allí están, además del balón, encuadradas las camisetas verde y blanca, firmadas por sus compañeros, del Unicaja, el MVP del mes de marzo de 2007 de la Euroliga que consiguió, gracias a su portentoso Top 16, pocas semanas antes de que se perdiera la eliminatoria ante el Barcelona previa a la Final Four por un problema en la vista y también una ilustración que le hizo Jesús Roldan,artista malagueño, que colabora todavía con el club.
“Recuerdo que Jorge [Garbajosa] tiró la pelota por el aire. Me fui como un loco para coger esa pelota y la cogí y empecé a celebrar con los demás. Ahí, Marcus llegó y me dijo que teníamos que rezar, fue Marcus quien se acordó de eso y en ese momento le dimos gracias al Señor. Es muy difícil jugar contra Prigioni, Scola, Splitter... Y les ganamos. No todo el mundo tiene una oportunidad así, ganar en su cancha a un rival muy fuerte. Tuvimos que dar toda la gloria al Señor, tuvimos el talento, el deseo para hacerlo y estábamos muy agradecidos. Y sí, este balón me lo quedé siempre conmigo y está aquí en mi casa”, relata emocionado Daniel Santiago, muy agradecido por su etapa en el Unicaja.
Sin duda, el puertorriqueño fue uno de los mejores pívots que vistió la camiseta verde, impacto amplificado por formar parte de las plantillas de la Liga ACB y de la Final Four, picos históricos de la entidad de Los Guindos. En un rincón de Florida hay un pedazo grande de la historia del Unicaja, con un balón legendario que es propiedad de Daniel Gregg Santiago.
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