El base primero
Al Unicaja le quedan, al menos, dos movimientos por hacer en el mercado, aunque ahora hay prioridad por el director de juego
No deja de ser paradójico que en unos días donde el mercado está en plena ebullición el Unicaja sigue en el mismo punto. Nunca se sabe qué es mejor y es cierto que el equipo malagueño va a terminar haciendo menos movimientos que la media, pero causa cierta sorpresa la parálisis que existe en la operación para fichar a Marco Spissu. En Los Guindos aún se espera una aprobación de la Fundación Unicaja para presentar la oferta y entrar de lleno en la negociación para incorporar al italiano. Sorprende aún más cuando no es un fichaje que en términos económicos esté por encima del actual contexto. Seguramente más al contrario, ya que se ajusta a los parámetros económicos en los que se mueven este verano los cajistas.
No deja de entenderse todo por el verano especial que vive el club malagueño en lo institucional. Hay dos figuras muy importantes en el organigrama como el presidente y el director deportivo que tendrán nombres diferentes en las próximas semanas o meses. Y estos cambios siempre ralentizan todos los procesos, por supuesto los que afectan al primer equipo. De ahí la pausa con la que se están llevando las maniobras para traer a Spissu a Málaga. Lo que está claro es que es el elegido y que el transalpino quiere jugar en el Unicaja, mientras aguarda noticias en Tokio. Esas dos circunstancias ofrecen algo de tranquilidad, aunque la incertidumbre siempre existe en el mercado.
Y, salvo giro de guion inesperado, hasta que no se fiche a un base no se irá a por un pívot. Es una consigna clara. Al final es pura lógica. Si no llegó la luz verde para un refuerzo, para dos... Paciencia. Lo que parece seguro es que, antes o después, se acometerán esos fichajes. Otro cantar será que aparezca alguna oportunidad de mercado muy valiosa. Fue el caso de Pustovyi, por el que el Unicaja entró en la puja. Quizá no era el perfil que más se pedía, pero era un caramelo accesible. Se terminó decidiendo por el Gran Canaria, que hizo una apuesta mayor por el ucraniano. Al final el conjunto cajista estaba limitado por los contratos, muchos altos y por encima de la nueva realidad, que están ya firmados. Y los que aún no hubo posibilidad de renegociar. También lo fue la de Barreiro, que sí salió cara.
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