El bendito síndrome pos-Copa

El objetivo más cortoplacista de los malagueños es mantener la línea tras el parón

"Creo que vamos a tener un bajón porque es normal, pero también digo que este equipo no es normal", intuía Ibon Navarro

El Unicaja celebrando la Copa / Acb Photo
Jorge Cabrera

26 de febrero 2023 - 06:33

El Unicaja volverá al trabajo el próximo lunes después de las merecidas vacaciones de estos días, a excepción de Perry y Alberto, con compromisos internacionales hasta este domingo. Es la gran incógnita que gira en torno al club de Los Guindos: el cómo va a responder el equipo tras el parón, y el cúmulo de sensaciones vividas en las fechas recientes, aún latentes. Se suele tender al bajón, humano, por cómo ha sido la Copa a nivel físico y las consecuencias que deja el haber ganado el título. El estrés ha sido enorme. La intención es que los jugadores hayan hecho reseteo durante esta semana, un calendario a la vuelta que se endurece, con cuatro partidos en ocho días, y la obligación que tiene la plantilla de dar un paso al frente con la ausencia de Djedovic y otros efectivos que aún se mantienen entre algodones. El síndrome post-Copa amenaza al conjunto malagueño.

Son semanas difíciles de gestionar para los equipos que han tenido buen papel en la Copa, por lo complicado que resulta hacer ese cambio de chip, es otra temporada la que arranca hasta mayo. La hoja de ruta marca que hay que llegar en un buen tono a esa semana, a partir de ahí un ligero impasse, y seguro que se producen cambios de tendencia en muchos equipos de la competición. Es lo que va a procurar evitar el Unicaja, mantener un listón alto, cierto es que desde principio de temporada la línea ha sido recta, sin giros bruscos, salvo esas dos derrotas en Liga antes de Badalona, pero que tampoco generaron dudas. En el horizonte, certificar la clasificación para los cuartos de final de la BCL y continuar haciendo méritos en Liga Endesa, con esa quinta posición que es oro para unos hipotéticos play offs, también a largo plazo el optar a un doblete de títulos, la oportunidad se vislumbra como única.

Como hay pocos precedentes recientes, ya que Madrid y Barça han acaparado los títulos desde el 2009, no se puede contextualizar a estos equipos por su poderío, traducido en una rotación de quince jugadores, así cualquiera puede lidiar con este asunto. En la final que llega el Unicaja en 2020, con una plantilla que quedó también con la lengua fuera, se perdieron los dos partidos siguientes: ante el Real Madrid en el Carpena y frente al Joventut en Eurocup. El Morabanc Andorra de Ibon Navarro, que llegó a las semifinales, también cayó en sus dos compromisos posteriores a la Copa.

"Creo que vamos a tener un bajón a la vuelta porque es normal, pero también te digo que este equipo no es normal. Veo a la gente con muchas ganas, creo que la gente tiene mucha ilusión con la BCL, pero lo que te da de comer es la ACB, entonces tendremos que encontrar el punto de que la gente no vea a la BCL como una competición accesible, porque al final eres tan malo o bueno como tu último resultado, y ese va a ser en la Liga. Hay que saber cómo llegamos a esa última derrota. Le doy mucho valor a cómo el equipo va a competir después del parón: con el Girona, los dos partidos contra Galatasaray, ir a Estambul el jueves, y luego uno de los campos más complicados de la ACB como es el de UCAM Murcia. Vamos a ver cómo está el equipo, es un reto que depende de nosotros, de mostrar carácter y competir, no digo ganar. Y luego no decir 'es que venimos de ganar la Copa'; nada de excusas", explicaba Ibon Navarro en Málaga Hoy. Se le notaba alerta por cómo van a responder los malagueños tras la fiesta del próximo sábado, minutos antes de disputar un partido trampa ante los de Aíto.

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