Charles Thomas y 'Temps Mort', cuando la realidad supera a la ficción
La impactante historia del jugador estadounidense que revolucionó el baloncesto en España a finales de los 60 y principios de los 70 se recoge en el documental estrenado en Málaga
Carmen Machi, premio del Festival de Málaga

A finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo pasado, el baloncesto aún no era un deporte de masas en España, aunque el Real Madrid ya ganaba alguna Copa de Europa y la selección hacía algo de ruido internacional. Empezaban a llegar jugadores americanos que elevaban el nivel de la competición. Uno de ellos fue Charles Ray Thomas (1946), que hizo su carrera en Cataluña, en Sant Josep, Barcelona y Manresa, en la élite del baloncesto nacional, siendo el máximo anotador de la Liga Nacional que era la precuela de la actual ACB. Un pívot de 2.01 metros y grandísimas cualidades físicas que entonces parecían marcianas en este país. Su historia y el baloncesto son el hilo conductor de Temps Mort, el documental que este fin de semana se presentó en el Festival de Cine de Málaga. La historia de Thomas conmueve, tiene giros argumentales difícilmente creíbles, en los que la realidad rebasa a la ficción. Félix Colomer (director) y Carlos Jiménez (ideador) hablan con Málaga hoy sobre cómo fue el parto de cuatro de años de esta cinta que despertó elogios con su estreno y que ahora se emitirá en TV3 y se negocia con diversas plataformas de streaming para que llegue a más público.
Un mensaje hace cuatro años de Norman Carmichael, compañero de Thomas en el Barcelona, en 2021 es el origen de este documental, que Carlos Jiménez, periodista deportivo con una dilatada experiencia de más de dos décadas en el baloncesto, con un portal que fue pionero como Solobasket, idea y cuenta con Félix Colomer como director. "Yo ya tenía un buen trabajo de investigación porque había hecho un artículo, en el libro Historia del baloncesto en España que escribí, con una parte dedicada a Charles Thomas. A partir de que Félix aceptó, pues ya para adelante a convencer a Terrat a través de Tian Riba, y tardamos cuatro años en parirlo, pero eso ya era imparable", relata Carlos Jiménez, satisfecho por la acogida: "Era mi primer documental y a mí me he impacientado, pero Félix, que tiene mucha más experiencia que yo, tranquilizaba. Antes del estreno me relajé, lo vi realmente y me impactó, se me escapó la lagrimilla. Al final este tiempo nos ha servido para encajar mejor las piezas, para hacer unos giros porque en esos cuatro años han pasado muchas cosas, y que sea mucho más interesante y más trepidante".
"Para mí lo más especial es que la historia es flipante", relata Félix Colomer: "Tiene unos giros de guión increíbles y lo que le va pasando a Charles Thomas, que es un tío que es un crack, que llega a España y se convierte en una estrella del baloncesto increíble, que todo el mundo lo admira y que de repente desaparece. Y este giro que hay tan bestia, después de saber que la desaparición no fue lo último que pasó en la historia de Charles Thomas, yo tengo contabilizado hasta seis giros de guión que tiene la peli. Eso de que la realidad supera la ficción aquí sucede. Y a veces en una ficción tú pones eso y parece increíble y aquí realmente es lo que le ha pasado. La vida de Charles ha tenido muchas subidas y bajadas y tú como espectador, aunque al principio no sepas quién es este tío, pasas a amarlo, pasas a odiarlo. En la presentación nos lo decía una espectadora, pasas a sentir lástima por él, a compadecerle, o sea, por muchos estados, porque la vida de Charles también ha hecho cosas muy buenas y cosas muy malas. El documental está tramado entre las entrevistas y todas unas recreaciones que hemos hecho para ambientar ese momento. Había un archivo real de Charles que descubrimos durante el proceso, archivo personal y archivo de jugando a baloncesto también, pero era muy poquito. Entonces hicimos unas recreaciones como para ampliar todo ese mundo y eso le da un toque al documental también muy cinematográfico, que se aleja mucho del reportaje periodístico y le da este toque cinematográfico".
"Aquel era otro baloncesto", acota Jiménez sobre la llegada en 1968 a España de Charles Thomas: "Estaba a años luz Estados Unidos y además vino a parar un tío que era un fenómeno. Una de las cosas que mola mucho de este documental es que hay muchas leyendas alrededor, como que el tío era capaz de coger un billete encima del tablero, que había sido fichado por el Sant José Irpen de Badalona tras su paso por la universidad por un millón de las antiguas pesetas tras descartar ese verano el fichaje de Kareem Abdul-Jabbar, que estaba pasando por un momento muy complicado en USA, tras convertirse al islamismo. Eran los finales de los 60, Martin Luther King había sido asesinado, era muy convulso. Bueno, al final le trajeron y era un jugador no solamente que tenía su talento, que tenía su técnica, sino que era un físico impresionante. Él saltaba por encima de todo el mundo. La gente le daba igual en el equipo que fuera, iba a verlo a él por hacer mates, rebotes, tapones.... Además, tenía talento. Y bueno, también era un chuponcete. Lo que dice Aíto, que jugó con él en el Barça, es que le costaba jugar en el equipo. Iba sobradísimo".
Hay decenas de testimonios en el documental, que tiene al baloncesto como hilo conductor, pero que cuenta una historia personal muy potente. "Las personas ni son muy malas ni son muy buenas, al final tienen muchas circunstancias en muchos momentos", coinciden los dos autores del documental, que se estrenó el sábado en Málaga: "Fue muy bonito y muy emocionante y parece como un tópico del éxito y tal, pero lo fue en el sentido de que la gente se quedaba loca. Y verlo en una sala de cine y escuchar el silencio, por raro que parezca, de cuando estos giros que van apareciendo o cuando se sabe algo de la historia, cuando tiene la gran lesión, escuchar el 'oooh' de todo el mundo... Porque fue muy heavy, una lesión que se le abrió la rodilla, se veía como una locura. Y después, al terminar, nos vinieron casi uno a uno, los espectadores, llorando... Y para nosotros, claro, que llevamos tanto tiempo que ya nos cuesta como poder separarnos de la película, de repente... Lo importante era ver a gente de Málaga que no sabe nada del tema, se mete en una sala de cine, empieza una peli y su opinión es la más importante. Y estaban como abrumados, porque es una película donde no paran de pasar cosas y cada una es más intensa emocionalmente que la anterior".
Sobre el baloncesto y su adaptación al cine, Carlos Jiménez, que trabaja ahora en otro documental con el baloncesto como dinamo, dice que "el básket es muy plástico, creo que es un deporte de bestias, pero jugado como señores. Creo que es un deporte muy cinematográfico. Se juega en el aire. Jugadores que pesan 20 kilos más, que miden 30 centímetros más, y además hay un equilibrio en el juego, me parece algo espectacular. En el aspecto documental me pusieron unos deberes muy difíciles. Nos hemos vuelto locos buscando mates suyos. Todo el mundo decía que hacía los mates bestiales y lo que obtuvimos no era gran cosa, eran una rueda de prensa y él hacía su matecito. Estuvimos en el archivo de TVE, pero había muy poco, la impresión es que estaba mal documentado. De ahí, esa necesidad imperiosa de hacer una ficción era algo muy complicado. La recreación con los actores, el vestuario, el utilizar un formato Super 8 parecido, espectacular... Al espectador le diría que es una historia que te va a hacer estar pegado a la silla con los ojos abiertos, cambiando de opinión y sintiendo cosas diferentes constantemente", cerraba el receptor de aquel mensaje de Normal Carmichael que originó Temps Mort.
Temas relacionados
No hay comentarios