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Habrá un antes y un después obvio tras la irrupción del coronavirus. Y es evidente que el baloncesto se verá muy afectado por ello. Se contaba en estas páginas que el Unicaja ya trabaja en varios escenarios distintos para la próxima temporada. Javier Tebas aseguraba que la normalidad en el fútbol no se recuperará hasta, por lo menos, la temporada 2022/23. Habrá un mercado muy distinto en el baloncesto continental, en las competiciones nacionales también. Y en el Unicaja, club vinculado a un banco, cuenta con la ventaja de percibir por dónde va el flujo económico.
Hay un debate en los clubes de la Euroliga, que marcan la tendencia. Se pronunciaba en una entrevista interesante en Sportcb uno de los dirigentes con más peso específico del continente, Andrey Vatutin, presidente del CSKA Moscú, uno de los equipos más ricos y poderosos. Marca las líneas de hacia dónde se va a ir en los próximos ejercicios. “Con tal caída en los ingresos, es difícil esperar algo bueno. Supongo que los recortes presupuestarios serán del 30%. Espero que la crisis actual, como la anterior, reduzca el costo de los jugadores. Con el debido respeto a las estrellas del baloncesto europeo, sus salarios no están determinados por los ingresos de clubes y ligas, como en la NBA, sino por una carrera peculiar armamentística, una competencia de las ambiciones de los propietarios. No es cuestión de negocio. Un vuelo chárter para un equipo cuesta tres veces más de l que reporta una victoria”, decía con crudeza. Fue habitual en la década pasada (fichajes tipo Childress en el Olympiacos) dispendios que la crisis se llevó por delante. Y vaticina Vatutin algo similar. Cuenta que ha ordenado paralizar operaciones: “Si el CSKA no tiene fondos suficientes para asegurar grandes salarios para los mejores, nadie en Europa podrá pagar dinero comparable, ya que la crisis ha afectado a todos. Nos preocupa ahora el calendario, cómo serán las competiciones, los salarios de los nuevos y los viejos contratos. Debemos aprovechar el verano para presentar nuevas ideas, para comprender cómo actuar en la realidad posterior a la crisis. Lo más probable es que la próxima temporada tenga que comenzar con partidos sin espectadores, es decir, sin parte importante de ingresos”.
El mandatario ruso destacaba que “es ridículo jugar sin aficionados. Los clubes reciben una parte importante de sus presupuestos de las entradas. En los Estados Unidos, el baloncesto tiene ingresos reales de las transmisiones de televisión y entiendo a Donald Trump, que insta a retomar la competición sin aficionados porque estos partidos pueden ayudar a impulsar la industria. En Europa los derechos de televisión no llegan a eso. Yo considero que es más importante prepararse mejor para la próxima temporada en lugar de revivir a los muertos”, decía abogando por finiquitar esta campaña: “No hay claridad con respecto al tráfico aéreo internacional. Según las regulaciones existentes, es necesario permanecer en cuarentena durante dos semanas. Los equipos que no son de la zona Schengen no pueden cruzar las fronteras de la UE. Para el 24 de mayo, 18 equipos estarán en diferentes situaciones, quedarán muchas dificultades. En ese momento, puede que las cosas no estén claras con respecto al tráfico aéreo, la frontera, las medidas de cuarentena...”.
Preguntas que se hace Vatutin y cualquier aficionado al baloncesto. Los propios jugadores y preparadores físicos destacan que no se puede volver a las bravas sin un acondicionamiento previo. “Estaremos muy lejos de lo que es habitual ver en las etapas decisivas de la temporada. Los jugadores están tratando de mantenerse en buena forma mientras están encerrados en apartamentos en casas de campo. ¿Qué tipo de baloncesto conseguiremos? Es ridículo no entrenar durante meses y luego determinar al campeón en dos o tres semanas. Además, condenamos a los jugadores a las lesiones”, afirma el ruso, que también iba más allá en el análisis: "Otro punto importante es la inmersión a gran escala de la población en la realidad virtual. ¿Cuántos niños regresarán a los pabellones? Sí, la gente de nuestra generación nunca cambiará la atmósfera de un pabellón por una imagen en la pantalla. Pero no tengo la misma confianza en la generación más joven".
Son las palabras de Vatutin, que podrían firmar los dirigentes de todos los clubes de baloncesto de élite de Europa. El coronavirus marcará un escenario y un mercado totalmente distinto para que el Unicaja ya se mentaliza.
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