Coviran Granada - Unicaja: La nave espacial (68-84)

El equipo malagueño vuelve a dominar con bastante holgura el derbi andaluz en Granada y ofrece una mejor versión que en anteriores partidos para seguir invicto en duelos oficiales

Las fotos del partido

El Coviran Granada - Unicaja, en fotos
Tyson Carter realiza un mate. / aCB Photo

Málaga/“Del Veleta a Sacromonte sin mirar/Podría viajar/ A Graná’ con mi nave espacial”, cantaba Supersubmarina, grupo icónico del indie español. Transita el equipo malagueño en su particular nave, un bólido que vuelve a coger velocidad de crucero tras, sin dejar de ganar, jugar algún partido con un nivel más bajo. También este Unicaja es capaz de alegrar el Paseo de los Tristes, otro verso del tema. Se siente poderoso el equipo malagueño ante el equipo granadino, al que había derrotado por una media de 27 puntos en los cuatro encuentros oficiales anteriores desde su regreso a la élite. Esta vez la distancia en el marcador no fue tan grande (68-84), pero la sensación fue que el hueco era gigantesco. Es cierto que son equipos de distinta dimensión, que los granadinos tienen siete jugadores nuevos y que deben fraguar aún, pero también que su equipo tiene limitaciones importantes y que deberán sudar para conseguir el objetivo de salvar la categoría y estabilizarse en la ACB.

El Unicaja impuso ritmo de rodillo, fue como Pogacar en Zúrich, desde el principio del partido y el Granada simplemente no pudo aguantar esa exigencia. Hay pocos equipos que en la actualidad puedan hacerlo, sin aires de alardear. Los equipos trabajan el scouting para impedirlo, pero no es sencillo. La filosofía está asentada y los nuevos la van captando bien. Velocidad con cabeza. Es cierto que con el paso de los minutos se fue perdiendo control de la bola y fue creciendo de manera inusual el número de pérdidas hasta irritar en algún momento a Ibon. También seguramente sea parte de ese aumento de carga previsto en el trabajo que el entrenador temía que podía salir a flote en Granada. Cuando las piernas no van fluídas la cabeza no riega tan bien. 

El nivel defensivo malagueño fue alto, mejor que en los dos últimos partidos, y por ahí se cimentó el triunfo. Empezó Dylan Osetkowski en modo MVP con siete puntos consecutivos, repelió el Granada, pero ya al final del primer cuarto la distancia estaba cercana a los 10 puntos. El equipo granadino superó por poco el 20% de tiros de campo en la primera mitad, un síntoma de que no tenía su idea pero que tampoco encontraba rendijas en el muro malagueño. Kendrick Perry lleva la manija y va también encontrando soluciones para no abusar del bote y evitar que los rivales le detengan, que lo acaban haciendo en ocasiones. El balance defensivo granadino, incluso tras canasta o pérdida con saque de banda, era pobre y el Unicaja iba a la yugular. Una buena secuencia de Tillie, siete puntos casi consecutivos, llevaba la renta por encima de los 15 puntos (29-45 al descanso).

Se veían detalles interesantes del Unicaja, como el buen juego de pase entre pívots, de poste alto a poste bajo, también puertas atrás y continuaciones de exteriores con Balcerowski y Tillie, también el propio Sima, como generadores desde el poste bajo. Es un punto de enriquicimiento en estático del equipo, también esa capacidad de Tyson Pérez de jugar la línea de fondo. Pasados los 20 puntos de renta, el partido se movía ya en esa franja de diferencia y estaba sentenciado con el color verde. Tiempo también para algún movimiento de Balcerowski en el poste bajo para alguna canasta espectacular, para gotas de Tyson Carter rajando la defensa y para disfrutar de una victoria en el derbi, como es costumbre en las últimas temporadas. El Unicaja sigue carburando pese a no estar en su mejor nivel y va llenando el granero para intentar asegurar la Copa del Rey. Una bendita rutina.

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