Así cuida el Unicaja la salud mental

Ibon Navarro explica cómo se lleva a cabo ese trabajo invisible, asunto que ya no se estigmatiza y que está a la orden del día en el deporte de élite

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El Unicaja, en un entrenamiento reciente / UNICAJABFOTOPRESS
Jorge Cabrera

12 de enero 2024 - 06:33

La retirada reciente de Ricky Rubio de la NBA, como consecuencia de sus problemas de salud mental, vuelve a manifestar su trascendencia en el deporte de élite. Del estigma a una aceptación generalizada, ya lejos de ser tabú. Y hay otros ejemplos sonoros, fue impactante en su día el de Simone Biles en los Juegos Olímpicos de Tokio, que resultó un fenómeno social. Lleva un proceso el saber manejar la presión y el ruido externo, y estos deportistas han servido de altavoz para concienciar. Ese trabajo psicológico está muy presente en el Unicaja, el tocar las teclas adecuadas para que el equipo malagueño llegue a su máximo rendimiento, y para ello la cabeza debe estar ligera. Ibon Navarro explicaba algunos detalles de ese trabajo invisible. Ha sido recurrente ver al equipo hacer actividades grupales, como una forma de hacer terapia, para construir química y relaciones personales, actualmente viendo sus efectos. Desde organizar una pool de pádel conjunta hasta aprovechar un día de descanso para ir a Caminito del Rey, entre otras actividades que forman parte de la rutina. Formas de evadirse y a la vez fortalecer las conexiones entre un grupo que actualmente es fortísima; factor que también se controla al detalle.

"Los jugadores, muchos de ellos, no quiero decir la mayoría, pero sí muchos de ellos, ya están trabajando con personas que les ayudan, bien personas que se dedican al coaching, o psicólogos deportivos. A mí lo que no me gusta es 'hacer de'. Yo no puedo ejercer de psicólogo porque no lo soy. Cada uno tiene que hacer lo que sabe hacer e intentar estar rodeado de la mejor gente posible. Tener el mejor preparador físico posible, los mejores asistentes posibles, y la figura del psicólogo deportivo es complicada porque si la metes en un equipo, a nivel global, ya hay jugadores que tienen el suyo, entonces no conviene doblar ese trabajo. Hay jugadores que tienen su persona de confianza, que ayudan y guía. Pero sí hay que ofrecer, a los que no lo tienen, la posibilidad desde el club de poder acceder a una persona así. Es algo que hacemos. Y además, nosotros sí que hemos hecho, al menos desde que llegué aquí, sesiones de coaching grupales, que ayudan a la cohesión. Y algo que es muy importante, al menos para mí, y es que el equipo tenga objetivos comunes. Cuando se habla del alma de un equipo o que no la tiene, es una cuestión muy amplia. Seguro que todos los jugadores de un equipo quieren ganar, pero es difícil que los jugadores de un mismo equipo quieran ganar por el mismo motivo. Cada uno quiere ganar por un motivo distinto: por su carrera, ego y sus cosas. Pero que todos los jugadores de un equipo quieran ganar por lo mismo, ese sí es un secreto de este equipo", detallaba el entrenador del Unicaja en Canal Sur Radio.

"Creo que el tema de la presión ha existido siempre, lo que pasa es que siempre ha habido el tabú, de que cuando alguien expresa que no lleva bien la presión, eso le convierte en una persona débil. Y los deportistas tienen que aparentar el no ser débiles; entonces nunca nadie se ha atrevido a expresar miedos, fobias, no se capaces de gestionar ciertas emociones, y afortunadamente el hecho de que muchos deportistas hayan empezado a hacerlo, han derribado ese muro. Pero ha existido siempre el tabú de no poder hablar de esto, y ahora se ha acabado. El aspecto mental en los deportistas es casi tan importante como el físico. Y hemos cuidado el físico hasta el extremo, ya a estas alturas no hay muchas mejoras en eso porque todo el mundo lo trabaja lo hace muy bien, y el siguiente paso es cuidar lo otro y trabajar lo otro", explicaba el preparador vitoriano.

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