El dedo en la llaga de Thompson

Con un bagaje de seis rebotes en los cuatro envites ACB, el jugador con más ficha está en el punto de mira

Su reconversión a pívot no cuaja

Deon Thompson, en una jugada contra el Manresa. / Marilú Báez

04 de octubre 2020 - 19:41

Nueve puntos, un rebote y dos de valoración contra el Joventut; cinco puntos, cero rebotes y dos de valoración contra el Barcelona; dos puntos, cuatro rebotes y uno de valoración contra Andorra; y dos puntos, un rebote y uno de valoración frente al Manresa. En medio, números de pívot titular –12 puntos, tres rebotes y 11 de valoración– contra el raquítico Metropolitans de Eurocup. Son los números de Deon Thompson en el arranque del curso. Cada choque juega menos, cada semana el entrenador parece más lejano a aceptar que puede ser el que necesita. Con la mejor ficha del plantel, su particular herida en el juego del Unicaja es golpeada por los rivales con frecuencia.

Después de un verano en el que no viajó a su país, se entrenó en Los Guindos con el cometido de ser el cinco titular del equipo y, mientras diversos sectores del club y la afición esperaban un cambio en la posición que lo sacase de la plantilla, Casimiro confirmaba que la confección del equipo estaba compensada. El choque contra Manresa, en el que apenas pasó de los diez minutos de juego, enseñó una actitud de brazos bajados que no presagia nada bueno. Como otros efectivos, su punto de entrega moral y la aportación al equipo están lejos de lo deseable para un equipo profesional y muy lejos para alguien con una empresa tan grande como cambiar de rol, posición y repercusión. Si en el verano todo parecía ir por el buen camino, el arranque de la temporada pone en cuarentena lo cacareado antes.

Después de una campaña como la pasada en la que se pudo ver el potencial y rendimiento del jugador y obligado a renunciar a lo mejor de su juego por su nueva posición, la solución puede estar en replantear lo proyectado por el club, que se pensó bastante este verano si era una decisión idónea. Ahora, aprovechar a Thompson como ala-pívot con Abromaitis, Suárez y Nzosa ahí puede ser un derroche. Cortarle también, y encontrarle un acomodo en otro conjunto es difícil por su caché. En este callejón, esperar que su vagar en la pista vaya transformándose en lo que espera de él el entrenador puede ser aún más caro que lo anterior. Mala racha o mala elección. Vaya dilema.

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