El Unicaja defiende la Copa desde el amor al baloncesto

Kendrick Perry, Tyson Carter y Kameron Taylor, en el Parque del Oeste. / Carlos Guerrero

La cita es en el Parque del Oeste. No tiene el glamour del Rucker Park de Nueva York, pero por sus pistas han pasado no poco jugadores que después hicieron carrera y en Málaga es un lugar de culto en el mundillo del playground. Llegan Tyson Carter, Kendrick Perry y Kameron Taylor, un ejemplo de perímetro completo del que presume este Unicaja imperial que llega a la Copa del Rey con ilusión, consciente de la dificultad de repetir título, pero sin miedos para disfrutar del torneo en el que se coronó el año pasado, pero esta vez en casa. Es la defensa del título, un reto complicadísimo, nadie que no fuera Real Madrid o Barcelona ganó dos Copas seguidas en este formato. Quizá sea un detalle que hable de lo que transmite este equipo en pista. A Tyson Carter, que viene de entrenar un par de horas, se le cambia la cara. Y, sin preguntar, coge el balón que viene de atrezzo para las fotos y empieza a tirar a canasta con una sonrisa. Así está cinco minutos mientras sus compañeros le jalean y encuentra el toque.

Ese amor puro por el balón y este deporte que comparten todos sus jugadores probablemente explica muchas cosas de este Unicaja. "No recuerdo la edad. Era cuestión de que mis padres nos llevaran a mí y a mi hermano a la YMCA local. Y simplemente nos dejaban probar todo. Baloncesto, fútbol, fútbol americano, voleibol... Y, ya sabes, el baloncesto fue algo que me atrajo", relata Kendrick Perry, al que los niños que salen de los colegios cercanos piden autógrafos antes y después del reportaje. "Comencé alrededor de los cuatro años, mi mamá me compró un juguete Fisher Price que era una canasta y comencé con las pequeñas pelotas y estaba disparando todo el tiempo a canasta. Y ella me estaba filmando mientras yo hacía canastas. Y ahí es donde creo que mi primer amor nace, el baloncesto", ahonda Kameron Taylor. Asiente Tyson Carter: "Desde que tengo uso de razón, me mandaron fotografías de bebé cuando sostenía pequeñas pelotas de baloncesto. Mi papá era entrenador de baloncesto. Entonces quería pasar tiempo con él. Así que iba al pabellón con él todo el tiempo".

Kendrick Perry, Tyson Carter y Kameron Taylor, en el Parque del Oeste. / Carlos Guerrero

Tres chicos que soñaban ser jugadores de baloncesto de Florida, Mississippi y Maryland coinciden en el espacio y el tiempo en Málaga un par de décadas después. "Si me preguntas, incluso en la escuela secundaria, si hubiera sabido que mi vida y mi carrera se desarrollarían de esta manera, no creo que te hubiera creído... Pero estoy realmente agradecido por tener la bendición de poder despertarme y hacer algo que amo todos los días, todos los días. No sólo en términos de baloncesto y deporte, sino también poder viajar por el mundo, conocer diferentes personas y experimentar diferentes culturas. Es algo que no doy por sentado, lo aprecio mucho. Y estar en Málaga ahora es maravilloso", confiesa Kendrick Perry, líder espiritual del grupo. "Disfruto de conocer gente diferente, de diferentes culturas, de crear relaciones diferentes que durarán para toda la vida. Viajar a lugares y hacer cosas que si no estuviera jugando baloncesto, especialmente en el extranjero, probablemente nunca lo habría hecho en mi vida. Me siento bendecido por esta experiencia", apostilla Taylor. Entre los dos han jugado en más de una decena de países. El chico joven es Tyson Carter, aún en su cuarta temporada como profesional, que ha pasado por Grecia, unos meses en Rusia y, ya con contrato firme, por España. "Es un ajuste enorme cuando vienes de Estados Unidos y juegas en Europa. Pero es realmente agradable, especialmente los lugares en los que he estado, y especialmente aquí en Málaga, es realmente agradable. Nunca pensé que estaría en un lugar así, esto es realmente impresionante. Todo es agradable, no es sólo por el baloncesto: la comida, el clima... todo".

Inevitablemente, la conversación deriva hacia lo que ocurrió en Badalona un año atrás. Es difícilmente reproducible aquella sensación de magia que se vivió en el Palau Olímpic, como recuerda Perry: "Recuerdo que miré nuestro calendario de antemano y nuestro camino para llegar a la final y pensé: 'tenemos mucho trabajo por delante'. Teníamos que enfrentarnos a un oponente, un partido y ya está. Y si ganas, el siguiente. Y creo que este año se trata de lo mismo. Podría ser tentador para nosotros asumir que volveremos a la final porque tuvimos cierto éxito aquí el año pasado. Y ahora estamos aquí en Málaga, lo que nos da cierta ventaja de jugar en casa. Pero al mismo tiempo es una cuestión de vida o muerte desde el momento en que todo comienza, no podemos dar nada por sentado. No podemos dar por sentado ninguna situación sólo porque tuvimos éxito el año pasado. Cada año hay equipos diferentes o mejores. Nosotros también somos mejores. Pero entendemos que en un torneo como la Copa todos darán su mejor versión. Entonces tenemos que seguir tomando las cosas como si fuera sólo un partido y tratar de disfrutarlo tanto como podamos".

Kendrick Perry, Tyson Carter y Kameron Taylor, en un momento de la entrevista. / Carlos Guerrero

El MVP en Badalona fue Tyson Carter. Estaba cortando una de las redes del Olímpic cuando le nombraron por la megafonía como mejor jugador del torneo. "Ni me di cuenta, tuvieron que venirme a buscar. Estaba tan feliz por lo que habíamos hechos, estaba celebrando el título. Y eso fue lo más importante, obviamente. Mira los equipos a los que tuvimos que ganar antes. Ese fue el día más importante. Y en cada partido hubo diferentes compañeros que dieron un paso al frente para llevarnos a ganar. En el último partido fui yo y supongo que por eso me nombraron. Pero en los otros partidos fueron otros. Y estaba tremendamente feliz simplemente ganando la copa. Que España y la ACB sean una de las ligas más duras y conquistar la Copa del Rey es algo muy importante en Europa. Y, sin duda, fue uno de los momentos más felices de mi carrera", relata con humildad el benjamín, ya con la salida de Saint-Supéry, del equipo.

El único jugador que debuta en la plantilla en una Copa es Kameron Taylor, que no estuvo en Badalona. "No vi los partidos en directo, sí seguí los resultados. Veías el calendario que tenían: Barcelona, Madrid, también Tenerife, y fue como decir... maldita sea. Era una ruta casi imposible de pasar mirando desde fuera. La pelea de los chicos fue muy encomiable para ellos, salir y ganar ese campeonato. Y la forma en que lo hicieron fue un placer verlo. Desde fuera veía que jugaban con mucha emoción, parecía que Ibon les daba a los muchachos mucha libertad para ser ellos mismos. Todo el mundo jugaba en defensa. Todos muy rápidos. Era un equipo bien formado desde el principio", dice el único debutante cajista en la competición del KO.

Perry practica con la bola en el Parque del Oeste. / Carlos Guerrero

La Final Four de la BCL fue un aviso para todos, jugadores y afición, de que no es lo mismo el Carpena habitual que el que se transforma completamente para este tipo de torneos. "Absolutamente, fue una gran experiencia", admite Perry: "Siendo, entre comillas, favoritos por tener la ventaja de jugar en casa. Creo que nos presionamos demasiado a nosotros mismos, empezando conmigo individualmente, y sé que esa no es la mejor manera de jugar para mí. Entonces, mirando hacia el futuro, casi un año después, estamos en otra situación en la que podemos ganar un trofeo frente a nuestros fans. Tenemos que aprender de nuestros errores del año pasado, tenemos que poder salir adelante y, simplemente, ser quienes somos naturalmente y dejar que los resultados hablen por sí solos, ya sea una victoria o una derrota. Tenemos que asegurarnos de que, al final del día, como identidad, seamos el mismo equipo que hemos sido durante toda esta temporada". El base de Florida se refiere al éxito de este torneo y a su aplicación a la NBA, donde el In Season Tournament ha funcionado. "Los fans de la NBA originalmente estaban un poco confundidos, lo que supuse que sucedería solo porque es algo nuevo y es algo a lo que la gente no estaba acostumbrada en Estados Unidos. Entonces supe que iba a haber algún tipo de curva de aprendizaje, pero creo que los resultados hablan por sí solos, los ratings de audiencias fueron extremadamente altos, durante ese período de tiempo el nivel del baloncesto estuvo en su punto más alto en términos de los estándares de la NBA durante la temporada regular, estuvo en su punto más alto. Es una oportunidad para ganar y vi a algunos chicos con el dinero del bono poder cuidar de sus familias y hacer cosas para ellos. Felicito a la NBA por arriesgarse y traer algo nuevo a la mesa. Y creo que tiene el potencial de demostrar lo competitivas y emocionantes que son las copas en todas las ligas nacionales de Europa. Creo que lo mismo podría decirse de la NBA".

Kendrick Perry, durante la entrevista. / Carlos Guerrero

¿Es este Unicaja mejor que el del año pasado? Es una pregunta que se hace el aficionado cajista. "Bueno, la experiencia siempre ayuda", concede Perry: "Es fácil mirar y decir, está bien, el año pasado antes de la Copa estábamos en este lugar. Y este año estamos en segundo lugar, por lo que el equipo está mejor. No necesariamente sé si el equipo es mejor, pero estamos jugando muy buen baloncesto en este momento. Y estamos encontrando maneras de ganar. Tenemos partidos buenos o malos, hemos tenido lesiones, pero simplemente estamos encontrando formas de ganar. Y creo que eso dice mucho del equipo que formamos, la confianza que la organización pone en cada uno de nosotros, la confianza que tenemos unos en otros como equipo, la responsabilidad que tenemos unos en otros como equipo. Dice mucho en ese sentido. Entonces, ¿somos un mejor equipo que el año pasado? No sé si es realmente es justo que lo diga, pero solo sé que estamos trabajando para lograr algo realmente bueno en este momento. Y estamos en el camino correcto para tratar de hacer algo especial y continuar fabricando alegría no sólo para el Unicaja sino también para Málaga".

Kameron Taylor, en el Parque del Oeste. / Carlos Guerrero

La calidad humana de este grupo es algo que constata Kameron Taylor, el último en llegar pero plenamente integrado en pocos meses. "Desde el primer día que entré los chicos se abrieron y me recibieron con los brazos abiertos. Desde el día que Dylan hizo su fiesta para Málaga y los fans estaban animando a todos sentí algo especial. Lo sé, yo no fui parte de su éxito el año pasado, pero ellos me aceptaron como si fuera uno de los chicos del año pasado. Ibon ha confiado en mí como si fuera uno de sus muchachos. Sentí cuando visité Málaga que, al venir aquí, tenían un nivel de comodidad que no tenía en muchos otros lugares. Y este equipo es realmente bueno", confiesa el alero, algo que refrenda Carter: "Hay buena química con nosotros. Pero todavía podemos hacerlo mejor. No somos sólo un equipo, creo que todos hacemos un buen trabajo al llevarnos bien dentro y fuera de la cancha con esa química, nos reímos y bromeamos mucho. Y se nota que todos nos caemos bien por la forma en que jugamos. Movemos la pelota, la compartimos, todos aplaudimos y estamos felices por todos y cada uno de nosotros. Como si realmente no importara si mete uno u otro".

Kendrick Perry, Tyson Carter y Kameron Taylor, en el Parque del Oeste. / Carlos Guerrero

Jugar en el Carpena es una sensación especial para los jugadores del Unicaja. Las familias de los jugadores extranjeros que vienen suelen resaltar la experiencia que es un partido en Málaga. "Nos dan fuerzas cuando las necesitamos. Nos dan ¿sabes cuál es la palabra que busco? Nos dan vida cuando más la necesitamos. Ha habido muchos partidos en los que es posible que hayamos comenzado lentos o tenemos los altibajos, lógicos porque enfrente hay otros equipos. Estamos en un momento estancados y la multitud simplemente nos da esa energía para recuperarnos y asegurarnos de que no estamos solos y nos ocupemos de nuestro negocio. Fuera de la cancha, simplemente me dan una tranquilidad diferente. Intentan que parezca que todos hacen todo lo posible para asegurarse de que nos sintamos cómodos. Y eso dice mucho de la cultura de la ciudad, la cultura de los aficionados de Málaga. Es realmente algo especial de lo que ser parte. Así que estoy agradecido de estar en una posición en la que tengo confianza no solo en los compañeros de equipo, sino también de la organización, tengo confianza de la ciudad. Y sabes que es divertido ser parte de esta familia", se emociona Perry hablando de su experiencia en Málaga. Eso sí, sobre esa promesa de cortarse el pelo si hay título precisa bromeando: "No me voy a cortar todo el pelo. Quiero reiterar, reiterar, otra vez, no me voy a cortar todo el cabello. No me voy a cortar todo el pelo, pero sí me recortaré una parte. Recortaré una buena cantidad si tuviéramos el trofeo".

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