De Dylan Osetkowski a Chimezie Metu

Desarrolló el Barça un verano con varios giros de timón, saldado con cinco caras nuevas y un bloque más completo con su antecesor, bajo la filosofía de Joan Peñarroya. De Mario Hezonja a Dylan Osetkowski, el fichaje del californiano estaba a punto y el Unicaja listo para recibir casi un millón de euros por su salida, pero el riesgo de sanción, incluso el Barça se movió para agilizar su caso, terminó descartando una incorporación que se dio por hecha por momentos. Influyó ese punto de prestigio, entendible, más en el caso del Barça, sin la protección de haber ganado títulos la temporada anterior y un concepto de Juan Carlos Navarro tocado, mánager de la sección. Cuatro meses después, el viento no ha variado un ápice. Aún aguarda el Unicaja noticias de Osetkowski, y hasta se habla tímidamente del Real Madrid, por necesidad y dar un golpe a su rival. Al Barça se le escapó el tren y abrió la cartera de opciones. Aparecieron nombres potentes de Euroliga, pero amplió el radar. Chimezie Chukwudum Metu (Los Ángeles, 1997) era el elegido, repitiendo pesca en la NBA y la referencia de Jabari Parker, fichaje con un impacto importante.

De origen nigeriano e internacional, Metu cuenta con 260 partidos en NBA a sus 27 años. No encontró ofertas este verano tras unas cifras notables en los Pistons (10.9 puntos y 6 rebotes en 29 minutos de media). Formado en la Universidad del Sur de California y drafteado por los Spurs en 2018, en el puesto 49. Un contrato two way para permancer tres temporadas en los Sacramento Kings, donde coincidió con Domantas Sabonis. En la 22/23, con los Kings cuartos del Oeste, Metu jugó 60 partidos. Varios movimientos la temporada pasada: empezó en Phoenix, cortado en los Grizzlies en febrero tras un traspaso a tres bandas con los Nets. Llegó a Detroit poco después con un contrato de diez días, que rentabilizó hasta final de año. Y la llamada del Barça, tomada para despegar, verano de trasvase de NBA a Euroliga: Yurtseven, Osman, Fournier o Vezenkov. El movimiento de Metu no alcanza ese ruido, tampoco el contrato, pero tiene poco que perder el Barça, más por las puertas que se cerraron.

Un 2.11 (también le apuntan como un 2.08) con una calidad fácilmente perceptible. Ese pívot versátil que pueda abrir la pista, el arquetipo de Osetkowski pero algo más cercano a los aros. 11.5 puntos, 2.8 rebotes, un 68% en tiros de dos y 13.5 de valoración en ACB, baja en Euroliga (5.8 puntos y 4 rebotes en 18 minutos). Un perfil guadianesco, de seleccionar sus partidos. Tuvo un inicio brillante con el Covirán Granada (17 puntos y 26 de valoración). En proceso de adaptación, es su primera experiencia europea, con unos espacios distintos. Tendrá ese emparejamiento con Osetkowski en el Unicaja-Barcelona, de los grandes duelos que pueden ofrecer ambas plantillas.