Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
Ya se ha visto en otros clubes, tipo Zaragoza, con Jason Thompson y DJ Seeley y no extrañará encontrárselo en más casos, como el de Bilbao con Tyler Haws Hay una mezcla de intereses. Los clubes se ahorran un dinero, algo nada baladí en esta coyuntura, con la retribución de los dos meses que quedan de contrato (más una hipotética extensión si se extiende la competición en julio) y los jugadores americanos se ahorran un viaje transoceánico en un momento en el que hay temor por la salud a nivel mundial. Es por ello que el Unicaja apostó por no dejar a sus jugadores marchar al país de origen. Eso ha generado algún momento de tensión con Adams o cierta desazón en otros como Mekel y Milosavljevic, con hijos recién nacidos.
El Bilbao Basket y Tyler Haws han alcanzado un acuerdo por la que el escolta norteamericano deja de pertenecer a la disciplina del club bilbaíno, uno de los teóricos rivales en el grupo del Unicaja en la fase final de la ACB si ésta se llega a disputar. Haws llegó como temporero al club vizcaíno antes de la Copa del Rey. Precisamente, su debut llegó ante el Unicaja en el último partido de la ACB antes de la cita copera de Málaga. Tras jugar sólo tres partidos después que se detuviera la competición por efectos del coronavirus, el americano rescinde ahora su contrato. El Bilbao ya perdió a Axel Bouteille, que fue fichado por el Unicaja después de la Copa del Rey tras la plaga de lesiones, con un contrato hasta 2022, no sólo para ahora.
Es un hecho que clubes con la temporada ya hecha, tanto aragoneses como vascos han superado todas las expectativas, van a economizar gastos. Se han utilizados los ERTEs o se ha llegado a acuerdos de reducción de contrato con las plantillas, pero los ingresos por taquilla o patrocinadores van a menguar o ser inexistentes. Así que lo deportivo va a quedar supeditado ahora mismo a la supervivencia económica y algunos clubes aparecerán mermados en la fase final de la ACB, para que la que se han presentado 10 ciudades voluntarias para acogerla.
En general, hay una situación en Europa de que vendrá un recorte bastante grande en gastos y ello implicará menos sueldos. El Unicaja trabaja en distintos escenarios para la siguiente temporada y aún no se ha planteado una renegociación de contrato con los jugadores que tienen vínculo actualmente, pero en clubs de toda Europa, también en los de Euroliga, es algo de lo que ya se habla abiertamente. El Unicaja había construido un amplio e interesante núcleo sobre el que crecer y, paradójicamente, ese buen trabajo puede ser ahora una limitación para el futuro. Como todos, el club malagueño sufrirá una merma importante de ingresos. Además, la Fundación no puede recibir dividendos de los beneficios de los bancos hasta octubre, es una imposición del Banco Central Europeo. Así que el panorama es incierto sobre el dinero del que dispondrá la entidad. Pero el respaldo de Unicaja, el patrocinador más constante del baloncesto europeo de élite, tranquiliza.
"Esta crisis ha causado un daño irreparable que aún no ha acabado y nadie sabe cómo acabará. Al menos siete de nuestros doce patrocinadores nos han dicho que no nos ayudarán con el presupuesto. Esta pandemia ha causado un gran daño a la economía. El Maccabi ha perdido millones. ¿Quién pagará el retorno de nuestra plantilla? Los pisos, coches, nóminas, billetes de avión... La caja está completamente vacía”, señala Simon Mizrahi, el eterno presidente del Maccabi de Tel Aviv (cinco décadas en el cargo). Apunta también a lo que viene el veterano dirigente: “Si no hay aficionados será muy difícil iniciar la próxima temporada. Hasta un 25-50% de nuestro presupuesto depende de la venta de entradas, por lo que ahí tenemos un problema de supervivencia”.
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