"Mi mente ya no estaba al 100% en el baloncesto"

Entrevista James Augustine, ex jugador del Unicaja Baloncesto

Augustine habla por primera vez abiertamente de su retirada y de sus nuevas ocupaciones

"Estoy disfrutando de la vida con mi familia", explica el pívot desde Valencia

Augustine, en un partido con el Unicaja.
Augustine, en un partido con el Unicaja. / M. H.
Jesús María Noguera

06 de abril 2020 - 05:45

Hace un par de años que se sabe poco de James Augustine. El estadounidense realizó una sobresaliente temporada en el Unicaja, aunque hasta él mismo desconocía que sería su última como profesional. En Málaga puso punto final a una gran carrera, en la que conoció la NBA y se hizo un nombre en Europa. Del Granca al CSKA de Moscú pasando por Valencia, Murcia o Khimki. Un profesional reconocido por donde pasó que ahora en Málaga Hoy comunica de manera oficial su retirada (dio unas declaraciones la temporada pasada y luego las matizó). Palabras honestas de un hombre que a los 36 años disfruta más allá de la canasta.

–¿Qué es de usted?

–Vivo cerca de Valencia con mi familia y estoy disfrutando la vida. Descansando, llevando las niñas al cole y disfrutando las cosas que no pude hacer en mucho tiempo.

–¿Lo necesitaba?

–Cuando estaba jugando tenía mi familia en Málaga, pero en Rusia no podía tenerla mucho tiempo. Ahora puedo disfrutarlo todo. Jugar al golf, ir a atletismo con mi hija, hacer todas las cosas de Navidad, ir a las cenas... Todo eso no podía antes.

–¿Cómo lleva la cuarentena?

–Tenemos muchas personas en casa. La madre de mi mujer está en el hospital. Estamos esperando que todos los que trabajen estén bien, personalmente estamos bien. Es la vida ahora y cuando entendamos y aceptemos que es lo que tenemos que hacer para proteger será más fácil. Jugamos muchos Legos y tonterías en casa, estamos bien.

–Ahora hará también un poco de profesor con sus hijas.

–Las niñas tienen los ordenadores y los iPads todo el día. La mayor tiene tres o cuatro horas de clase, la pequeña también. Todos están probando para cambiar y qués es lo mejor para los niños. Probamos para hacer lo mejor que podemos y hasta aprendemos cosas nuevas.

–¿Cómo está su familia en Illinois?

–Mis padres y mi hermana están ahí y todos mis amigos. Ahora están empezando. Están empezando ahora y en algunas semanas van a conocer el extremo. En Illinois están confinados, sólo pueden salir para ir al supermercado. En otros estados la gente todavía se está moviendo normal.

–¿Conocen la situación de España?

–Es algo muy serio, poco a poco cada semana decían que sólo era una gripe y una semana después todos los coles estaban cerrados y todos en casa y ahora todos llevando máscaras. Ahora tenemos que unirnos los países y el mundo y entender más y ayudar todos para acabar con el virus. Es tener paciencia y cuidarnos.

–El deporte parece secundario.

–Todos están todavía aprendiendo qué es la enfermedad y sabiendo más cosas todos los días. Entiendo que el deporte quiera volver pronto, pero hay cosas más grandes ahora. Tenemos que cuidar de la gente. No sé si estamos en el medio o en el final. Tenemos que estar preocupados y pensar más en la salud que en las otras cosas.

–Hablando de baloncesto, toca ir a sus inicios. En la universidad con Illionis jugó la final de la NCAA. ¿Cómo lo recuerda?

–Fue un momento muy bueno, un año muy bueno, teníamos muy buenos jugadores. Perdimos en la final [contra North Carolina], pero pude jugar delante de 50.000 personas. Fue una oportunidad muy grande crecer en mi carrera.

–¿Eran tan buen equipo?

–Toda la atención que teníamos era increíble. Todos los días tenías presión por jugar lo mejor que podías, casi todo el año fuimos números uno del país y todos querían ganarnos. Es una experiencia muy buena para conocer la presión.

–Coincidió con Deron Williams.

–Ahora está jubilado con su familia y disfrutando. Es muy buen jugador de golf. A veces hablamos y tenemos amigos en común. Está muy bien, tiene niños y niñas. Vive en Texas y está disfrutando la vida y todo lo que ha trabajado.

–Fue una estrella NBA.

–Su carrera fue muy buena, era un tipo de jugador que juega muy fuerte y siempre empujaba para hacer mejor a los demás. Todo lo que tiene se lo ha trabajado. Tenía una gran motivación y podías verlo cuando jugabas con él.

–También compartió vestuario en Illinois con Archibald. ¿Cómo se quedó con su muerte?

–Fue muy fuerte, éramos buenos amigos. Fuimos a la universidad juntos, entrenamos juntos y después estuvimos los dos en España jugando. Estaba muy tirste.

–Todos hablan bien de él.

–Era muy buena persona,. Jugaba muy fuerte, pero de corazón era muy bueno. Siempre ayudaba a los jóvenes y a todas las personas. Muy buen chico, me encantaba. Teníamos el mismo entrenador de pesas y disfrutábamos del verano y entrenábamos juntos.

Archibald y Augustine, en un Gran Canaria-Unicaja en el CID.
Archibald y Augustine, en un Gran Canaria-Unicaja en el CID. / efe

–Después llegó a Orlando Magic, donde pasó dos años. ¿Qué balance hace?

–Para mí fue muy difícil porque no tenía la confianza para jugar en ese nivel y cuando llegué estaba sólo. Era entrenar y todavía no tenía la confianza para jugar en ese nivel. Cuando vi que podía hacerlo era demasiado tarde. Jugaba poco y tenía que ir a otro sitio en Europa y llegó mi oportunidad de venir a España.

–Orlando fue subcampeón poco después de irse usted.

–Estuvimos en el play off los dos años. Teníamos muy buenos jugadores en todas las posiciones. Era muy difícil para jugar, pero también estaba mal porque no jugaba mucho. Una experiencia para aprender y tener confianza en mí y saber lo que tengo que hacer.

–¿Qué tal Dwight Howard?

–Era enorme y muy buen jugador. Fue en esos años cuando mejor jugó en la NBA, era All Star. El mejor center en la NBA. Aprendí mucho para jugar en defensa y también diferentes aspectos que me ayudaron al final de mi carrera en Europa.

–En su primer año también estaba Darko Milicic.

–Era muy buen chico, muy buen jugador y con mucho talento. Era muy joven para tener ese talento y para jugar tan bien. Era increíble, hacía de todo. Tiraba, botaba, podía hacer todas las cosas... Es del estilo de europeos que era diferente a los chicos de Estados Unicos de hace 10 ó 12 años.

–Entró en la franquicia a la misma vez que JJ Redick.

–Fuimos al equipo juntos [elegidos en el mismo Draft] y era una buena oportunidad porque creo que era el mejor jugador de la universidad. Tenía amistad con él y de él aprendí a saber cómo vive un profesional.

–¿Cómo surge la opción de venir a España?

–Estaba de vacaciones y Orlando dice que no quiere que vuelva. Ahí tenía que elegir dónde voy. Escuché algo de España y pensé que no quería porque no sabía nada. Vine y fue una buena oportunidad. En Gran Canaria teníamos un buen equipo. Muchos americanos, ingleses y australianos y fue muy fácil porque todos hablaban inglés.

–Tras varios años en la ACB se marcha a Rusia. ¿Tiene la sensación de que da un gran salto?

–En Valencia me rompí el pie dos veces y estaba mal, casi me quedo sin jugar. Fui a Murcia y lo puse todo en ese año. Practicaba todos los días, empujaba todos los días. Por las mañanas y por las noches sólo. Sólo para mejorar. Tuve suerte porque había buenos jugadores en ese equipo para llevar mi carrera donde quería. Tuve dudas para ir ahí otra vez, pero quería y cinco años después todavía estaba en Rusia.

–¿Qué le mantuvo allí?

–Tenían jugadores muy buenos. Estaba en un equipo muy bueno, el nivel de expectativas estaba muy alto. Querían ganar todo, hay mucha presión, pero tienen los jugadores para ganar. Hay competición todos los días en los entrenamientos, el nivel siempre está muy alto. Como en España tenía a compañeros y un vestuario muy bueno. Todos hablaban inglés y había buena amistad.

–En el Khimki ganó la Eurocup.

–Es la primera vez que he ganado algo en Europa. Teníamos un muy buen equipo y el año antes perdimos en Valencia y al siguiente ganamos contra ellos y a Gran Canaria. Tengo los recuerdos de llegar a la final y ganarla. Había amistad entre los entrenadores y el vestuario y eso es muy bueno, trabajamos muy fuerte.

–¿Fue el mejor momento de su carrera cuando llegó al CSKA?

–Otro nivel, estaba como para ir a la NBA otra vez. Siempre hay presión, estaba bien. Tienes profesionalidad en los entrenadores y jugadores. Todos los días sabes que tienes expectativas como persona y jugador. No hay días de descanso, cuando estás en el vestuario estás dando el 100% siempre. Como todos los equipos en realidad, pero las expectativas están muy altas.

Augustine, en la Final Four con el CSKA, frente a Luka Doncic.
Augustine, en la Final Four con el CSKA, frente a Luka Doncic. / efe

–¿Existe tanta presión por ganar allí?

–Tienen un nombre de equipo. Es lo mismo que si juegas para Madrid y Barça, tienes un nombre con mucha historia. Es un equipo con mucha historia en Europa y Rusia, tienes que llegar y jugar lo mejor que puedes todos días.

–Allí estaban De Colo, Chacho, Clyburn, Higgins, Hines...

–Todos siguen en un buen equipo ahora. Son jugadores que siempre juegan fuerte. Son los jugadores que siempre van a los entrenamientos muy profesionales, nunca tuve jugadores que van a buscar problemas al equipo. Tuve suerte en mi carrera en ese sentido. No sé cuantas personas tienen esta suerte.

–¿Cómo surge la opción del Unicaja?

–Sabía que quería volver a España y escuchaba Málaga y era perfecto para mí. Buen tiempo y amigos que jugaron antes como Freeland o Archibald y siempre escuchaba cosas buenas de este equipo. Vi a Jeff Brooks y Nedovic y el equipo de antes [el que ganó la Eurocup], sabía que era bueno para jugar Euroliga.

–¿Qué tal esa temporada?

–Buen vestuario, los chicos eran muy buenos. Todavía tenemos tenemos contacto con Jeff y Ray McCallum y siempre hablamos. Sasu Salin, Dani Díez y Gio Shermadini están en Tenerife. Recuerdo mucho a los jugadores y entrenadores. No acabó como queremos, creo que podíamos haber tenido mejor resultados, pero luchamos fuerte.

–Se apreciaba mucho su labor en el rebote. ¿Es algo innato o que se trabaja?

–Sabía que es algo que tenía que hacer para estar en un equipo. No soy un jugador que siempre hace los tiros, defensa y rebote es una cosa que podía hacer. En la universidad tenía que aprender cómo llegar a ese punto. Siempre tienes que estar corriendo cuando están todos cansados para llegar a un rebote. Siempre puse mucho en eso, pensé que podía ayudar ahí.

–Disfrutaba con ello.

–Estaba siempre cerca de la canasta. Teníamos muchas personas que pueden anotar y si estoy siempre mirando es algo que podía hacer para ayudar. Me gusta eso, si tienes un rebote también es fácil porque tiras cerca. Durante mi carrera tenía que buscar cosas para ayudar. Es algo que trabajaba mucho, es algo difícil para practicar porque siempre los tiros van a diferentes sitios, pero siempre intenté a donde van y donde tiran los chicos y dar la energía y la lucha para llegar a la pelota.

–¿Le gustó el club?

–Es una de las razones por lo que fui. Muchos jugadores me dijeron que era muy profesional, sabes que vas a llegar al vestuario y tener tus cosas, vas a tener lucha en los entrenamientos, vas a poder ganar partidos... Me encantaba, mi familia y yo disfrutamos mucho en Málaga. El año fue muy fácil para nosotros.

–¿Y Málaga?

–El tiempo es increíble, los restaurantes cerca de la playa. Vivíamos en Benalmádena, estaba bien para tener una buena casa cerca de la playa e ir a la ciudad y tener una buena comida. Las niñas tenían buen colegio. Eran cosas fáciles para vivir la vida, estaba increíble. Siempre hablamos y tenemos muchos recuerdos de los sitios donde íbamos en Málaga.

–¿Vino después?

–Estamos hablando de eso siempre. Seguro que vamos para volver. Ahora juego mucho golf y sé que hay muchas pistas cerca, todavía tenemos amigos y queremos ir.

Augustine, en su etapa en Orlando Magic.
Augustine, en su etapa en Orlando Magic.

–¿Se puede decir que está ya retirado?

–Estaba en el aire ese verano después de Málaga y quería jugar un más en un sitio, estaba 50-50. Un poco para jugar y otro para acabar y jugar la vida. Estaba disfrutando y mi mente ya no estaba 100% dentro del baloncesto y si no estoy 100% no voy a hacerlo y he llegado a ese punto para disfrutar.

–¿Echa de menos el baloncesto?

–No mucho, me gusta verlo. Vas al vestuario y tienes tonterías, pero esa es la única cosa que he perdido. Me gusta ver la Euroliga y la ACB. Me gusta mirarlo de fuera sin presión.

–¿Qué le parece el Unicaja?

–Muy diferente. No sé si es por mí, pero todos han cambiado. Quedan tres jugadores de mi época. Está bien, siempre hablamos en casa del pabellón y siempre recordamos cómo cantaban el himno antes de los partidos. Tenemos grandes recuerdos del pabellón. Fue muy buen año.

–¿Sabe qué quiere hacer en el futuro?

–Me gustaría seguir en el baloncesto, pero ahora estoy pensando. No sé si quiero ser agente, creo que no quiero ser entrenador. Estoy disfrutando de la vida con la familia y sólo lo veo de fuera.

–¿Qué dudas tiene?

–Algún día creo que iré a algún sitio, pero ahora está difícil con las niñas y el cole para viajar cada semana.

–¿Qué le dio el baloncesto?

–Los jugadores y amigos que conozco, la experiencia de todos los aficionados y pabellones, vivir en diferentes sitios en el mundo y tener la cultura de un chico de Estados Unidos y es algo que no pensaba que iba a tener en mi vida. No quería vivir en España, tenía una mente muy cerrada y años después estoy viviendo aquí y me encanta.

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