"Respetamos al coronavirus cuando ya era tarde"
Entrevista a Nemanja Nedovic, jugador del AX Armani Exchange Milán
El serbio atiende a 'Málaga Hoy' desde Belgrado tras vivir de cerca en Milán, cerca de uno de los principales focos mundiales, la pandemia
"La vida en Málaga es increíble, no se puede encontrar en otro sitio en Europa", asegura
Hace algo menos de dos años que Nemanja Nedovic (Nova Varos, Serbia; 1991) abandonó Málaga con dirección Milán. En el Unicaja dejó buena huella y se coló en un lugar en un lugar distinguido en su historia. Sin duda, uno de los jugadores más talentosos de los que vistieron la camiseta verde. En el Olimpia, uno de los clubes históricos del baloncesto europeo, ha vivido en las últimas semanas varios episodios duros por el coronavirus. Ya en Belgrado, al otro lado del teléfono, cuenta con un discurso crítico, con argumentos e impoluto cómo lo pasó. Un tipo igual de interesante dentro que fuera del parqué.
–Ya en Belgrado, ¿qué tal?
–Sí, ya estoy en mi casa de Belgrado con la familia. Mucho mejor.
–¿Cómo está todo por allí?
–Están un poquito preocupados todos ahora. De las ocho a las cinco de la mañana no se puede salir de casa, si te encuentran fuera en ese tramo te pueden meter a la cárcel. Hay algunas reglas que tenemos que respetar porque ya hemos visto lo que ha pasado en Italia.
– ¿Es grande el número de contagiados ya?
–No, creo que hay unos 130 contagiados y hoy [por el viernes] hubo un primer muerto. Los números están bajos, pero así empezó en Italia y en España.
–¿Cómo lo ha pasado en Italia?
–Especialmente en Lombardía donde estamos nosotros ya había mucha preocupación en febrero. Me acuerdo que después de la Copa nos dieron tres o cuatro días libres y algunos de nosotros nos fuimos a casa. En ese momento empezó un poco el pánico y todos estábamos preocupados cuando volvimos. Los doctores del club nos dijeron que estaba todo controlado, que todo estaba normal y blablabla. Después de una semana y media todo cambió. Italia como país dijo que era una situación muy, muy grave y empezaron a poner normas que todos tenían que respetar.
–¿Cómo fueron esas semanas donde tenían que seguir jugando?
–Muy incómodas porque todo pasó en Italia primero. Nosotros vimos hace dos semanas lo que está pasando ahora en España o en Francia. Intentamos decirle a la Euroliga y al resto de equipos que teníamos que parar porque la situación era más grave cada día, pero nadie nos escuchaba mucho porque no tenían esos problemas que teníamos nosotros. Una semana después otros países los tuvieron, el virus se propagó muy rápido y no se podía controlar. Entonces fue cuando decidieron parar la Euroliga. Creo que si no hubiera pasado lo de Gobert [el primer positivo por COVID-19 en la liga estadounidense] en la NBA nosotros no hubiéramos parado, seguro.
–La sensación es que las decisiones se tomaron tarde.
–Sí, creo que ese fue el problema. Nosotros como equipo lo pasamos mal antes que todos, avisamos a ELPA [Asociación de Jugadores de la Euroliga] y al resto de que la situación era muy seria. En Italia al principio tampoco creíamos que era tan grave y no lo tomamos tan en serio, respetamos al coronavirus cuando ya era tarde. Podría haberse hecho algo una semana antes, pero no puedes echar la culpa a nadie porque esto no pasa cada año. Seguro que no pasó en los últimos 100 años. Nadie tenía experiencia con esto y por eso se tomaron las decisiones más tarde.
–¿Qué medidas tomaban de precaución para ir a entrenar?
–En el deporte es difícil tomar precauciones. Cuando estamos parados nos podemos sentar a un metro del otro, nos podemos lavar las manos, pero cuando jugamos estamos muy cerca el uno del otro. Estamos tocando el mismo balón. Es muy, muy difícil tomar precauciones. Creo que también jugar sin gente en el pabellón no era suficiente porque nosotros sí estábamos en riesgo. Por eso creo que se podía parar un poco antes, aunque era una situación nueva para todos.
–¿Tuvo miedo al contagio?
–No porque nos dijeron que la primera vez que alguno tuviera síntomas tenía que decirlo. Todos estábamos bien. Los doctores nos dijeron que todo estaba controlado, que no había razones para preocuparse. Después cuando empezaron a cerrar los pabellones para la gente jugamos dos partidos sin público y era muy raro el ambiente. Todos estaban muy preocupados, pero la mayoría por su familia. Todos tenemos familiares mayores que están en ese grupo donde el virus puede ser fatal para ellos. Lo primero que todos tuvimos en mente fue la familia, por eso tuvimos un poco de miedo. Yo personalmente no tenía miedo de tener el virus, hice todo lo que podía para tomar precauciones: tomar vitaminas, lavarme las manos, higiene personal...
¿Se volverá a jugar?
–Ni idea, es una situación nueva. Veo que hay muchas soluciones, pero también muchos problemas. Los números de contagiados están creciendo día a día. El virus, ahora mismo, no se puede parar porque está aquí ya. Ni idea. Puede desaparecer, puede durar algunos meses. Una cosa que va a suceder es que todos van a mirar a la NBA para tomar decisiones como ellos. Ya sabes, aquí todo no es igual.
–Allí se piensa incluso cambiar el calendario, ¿lo ve posible en Europa?
–Es más difícil. Vi que en fútbol movieron la Eurocopa al año siguiente, pero en baloncesto no es así. Hay dos partes [en referencia a la Euroliga y a la FIBA] y cada parte está empujando para su lado. Vamos a ver. Están los Preolímpicos, después los Juegos Olímpicos. Va a ser muy duro. Si mueven los Juegos puede haber más espacio para terminar la temporada, pero no lo sé. Ahora mismo la prioridad número uno tiene que ser la salud y tenemos que resolver ese problema que tenemos ahora.
–La prioridad está clara, ¿no?
–El deporte es importante, especialmente para nosotros. Estamos acostumbrados a entrenar, a jugar partidos... no podemos vivir sin eso. Pero nuestro trabajo ahora no es lo principal. Ahora todos tenemos que hacer cosas para ayudar a los médicos, a la gente que está intentando resolver esta situación. Veo que en cada país hay normas que hay que respetar. No hay que salir de la casa, es muy importante para que el virus se pare un poquito. Eso es lo más importante ahora mismo.
–Hay preocupación por los contratos de los jugadores. ¿Cómo lo vive usted?
–Nosotros tenemos la suerte de que tenemos un dueño increíble, el señor Armani, creo que no vamos a tener problemas con eso. El problema son los equipos más pequeños, si se puede decir así, ellos si se para la temporada totalmente seguro que alguno tiene problemas.
–¿Os transmitieron seguridad?
–No hemos hablado directamente sobre eso, pero hablando con mis compañeros y con el entrenador tenemos esa seguridad. Armani es un señor y va a respetar todos los contratos [interrumpe la llamada el aplauso sanitario]. Tenemos la suerte de tener un gran dueño y no tenemos que estar preocupados.
–Toca hablar de la temporada, ¿qué balance hace hasta ahora?
–Como el año pasado. Empezamos bien con siete victorias en Euroliga y después tuvimos una caída que no se puede explicar muy bien. Otra vez es un equipo nuevo, con muchos jugadores nuevos y seguro que sería más fácil si nos quedamos juntos un par de años. Ya sabemos como es el baloncesto europeo, no hay paciencia. Especialmente en Milán porque hace mucho que no hacemos una gran temporada. Si se acaba la temporada ahora mismo queda un sabor agridulce y especialmente en mi temporada. Después de la operación de la rodilla empecé bien, pero tuve otra lesión. Con el coach Messina es un poquito difícil porque una semana puedes ser el mejor jugador de Europa y en la otra puedes no jugar. Con muchos altibajos. Una temporada muy rara y con esta situación aún más rara. Esperemos que todo pueda cambiar muy rápido.
–¿Cómo ha llevado mentalmente el tema de las lesiones?
–No es sencillo, es muy duro cuando no puedes mostrar lo que puedes hacer. Es muy raro lo que me está pasando. Antes en mi carrera no tenía esos problemas musculares. Desde que estoy en Milán empezaron y con 28 años trato de controlar lo que puedo controlar. Hacer las cosas que puedo hacer para evitar las lesiones. Es un trabajo diario, no puedo pararme ni un día. Para mí especialmente esta situación no me viene bien porque no nos entrenamos y tengo que trabajar sólo para mantener de alguna manera la forma. Si volvemos a jugar va a ser muy duro y tengo que estar preparado.
–¿Qué tal con Messina?
–Empezamos muy bien, pero después de la lesión en diciembre perdió un poquito de confianza en mí. Quizá piensa que no puede contar conmigo siempre. El último mes fue un poquito complicado, es así y no puedo cambiar mucho. Sólo puedo entrenar duro, bien como hice el último mes, y esperar mi oportunidad. Tengo que aprovechar todos los minutos que tengo.
–¿Cómo es jugar al lado del Chacho?
–Bien, me gusta mucho jugar con él, pero la realidad es que no jugamos mucho juntos. Cuando empieza él en el quinteto, salgo yo después, o viceversa. Creo que podemos hacer mucho daño juntos. Juego mucho más con Sykes y Cincarini y él con Roll. Cuando he jugado es muy fácil jugar con él porque es un base de altísimo nivel.
– Comparte vestuario con Scola, ¿le sorprende el hambre que sigue teniendo?
–Sí, 39 años y siempre con una sonrisa y trabajando duro. Es un honor, de verdad, entrenar con él y tener un compañero así. No es suerte, trabaja muy duro. Come bien, una dieta que respeta mucho. Todo lo que está haciendo con 39 años no es suerte, es resultado del duro trabajo.
–¿Cómo le va a Brooks por Milán?
–Bien, Jeff está bien. La familia suya está bien porque la mujer es italiana y él tiene pasaporte italiano y le gusta mucho el país. Él tampoco se siente muy cómodo jugando. Hablamos mucho, tenemos que estar juntos en esto y ayudarnos el uno al otro. Sólo así podemos sobrevivir aquí.
–Ambos coincidieron ya en el Unicaja, ¿qué le está pareciendo la temporada?
–Málaga siempre es un tema en mi familia, me gusta mirar algún partido cuando puedo. También por Dragan Milosavljevic y ahora por Simonovic. Como todos saben, he pasado tres años increíbles allí y es una cosa normal seguir al ex equipo y ser aficionado de ellos.
–Estuvo especialmente pendiente de la Copa.
–Nosotros jugamos también la Copa y no podía ver los partidos, pero hicieron unos grandes cuartos y una gran semifinal. Después contra el Real Madrid es siempre duro jugar y en ese momento el Madrid llegó en la mejor forma de la temporada. Me gustó que la Copa fuera en Málaga porque la gente disfrutó de un gran baloncesto. Lo siento porque no pudieron alzar la Copa, pero seguro que volverán a una final y a ganar .
–Perdieron precisamente en la Copa con el Umana Reyer Venezia, rival del Unicaja en la Eurocup si se retoma y no se cambia el formato. ¿Qué puede decir de ellos?
–Es un equipo que está bien cubierto en cada posición. Hay una gran diferencia entre equipos españoles e italianos. En España se juega mucho más como equipo y aquí más individual. Ellos son muy fuertes individualmente. Si dejas jugar sin presión o defensa especial a alguno de ellos, tienen mucho talento y te pueden hacer daño en ataque. El Unicaja, como veo que juega buena defensa, creo que va a hacer buen trabajo y estoy seguro que lo van a preparar bien.
–Una temporada dura para Milosavljevic.
–Sí, él también tuvo situaciones duras antes en su carrera cuando tuvo esa lesión. Lo veo muy tranquilo, hablo con él mucho, está disfrutando en Málaga ahora mismo. Espero que esta temporada que no juega le venga bien para recuperar también la otra rodilla y otros problemas que tenía antes. Puede jugar su mejor baloncesto el año que viene porque creo que lo puede hacer. Está en sus mejores años, es un chico increíble, con mucho talento y que puede ayudar mucho al equipo.
–Ahora ha llegado Simonovic. Otro que conoce bien.
–Él también es un profesional increíble, está cuidando su cuerpo mucho. La edad es sólo un número para él. Creo que puede jugar en un nivel alto muchos, muchos años. El Unicaja ha hecho un buen trabajo fichándolo. Es una lástima que no pueda jugar por esta situación, pero puede ayudar mucho.
–¿Echa mucho de menos Málaga?
–Sí, sí, sí. Cómo no. Estoy hablando cada día con mi novia que en Málaga lo pasamos muy bien. La vida en Málaga es increíble y creo que no se puede encontrar en otro sitio en Europa. Estoy ahora en Milán muy centrado en acabar la temporada bien y ya veremos. Después de este año soy agente libre y ya veremos que pasa en el futuro.
–¿Qué encontró en la ciudad para que todo fluyera?
–Cariño, mucho cariño. Gente que conoce el baloncesto, un apoyo increíble en cada partido. Daba igual si era la final de la Eurocup o un partido de la fase regular de la Liga Endesa. El apoyo siempre fue increíble. De la vida en Málaga no quiero ni hablar porque no se puede encontrar eso en Europa. Especialmente la gente que nos recibía y la gente en el club, fuimos muy felices en esos tres años.
–No cierra la puerta a volver.
–Nunca se sabe qué puede pasar mañana.
–Quería terminar con Kobe Bryant. Se le ha visto realmente afectado.
–Era el jugador que vi por primera vez y por él me enamoré del baloncesto. Fue un día muy, muy raro. Era el cumpleaños de mi novia y ese día también me dijeron que no iba a jugar contra el Trieste. Estaba enfadado y después del partido nos dijeron que Kobe estaba muerto. Fue un día con emociones increíbles. Muy triste, muy triste. Era la razón más importante para mí para jugar al baloncesto. Todo este 2020 es increíble, después de eso ya no me sorprende nada.
–¿Se enfrentó a él en la NBA?
–Sí, recuerdo un partido contra los Lakers en Los Ángeles. Jugué mucho, creo que 18 minutos y él 15 o algo así. Me acuerdo de ese día. También de la primera vez lo que vi. Fuimos a China de Tour los Golden State Warriors y Los Ángeles Lakers y una pena que no quisiera hacerme una foto con él. Cuando pienso que me podría haber echado una foto con él me pongo muy triste, pero es así.
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