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Los nueve equipos de Mario Saint-Supéry

El Unicaja da un descanso al canterano más joven en debutar con el primer equipo tras una temporada agotadora en la que jugó una gran cantidad de partidos con casi una decena de conjuntos diferentes

Quinto jugador más joven en debutar en la ACB

Mario Saint-Supéry lanza a canasta contra el Baskonia. / Acb Photo / M. Pozo

La vertiginosa progresión de Mario Saint-Supéry en esta temporada 2021/22 le hizo quemar etapas con extrema rapidez. En menos de un año pasó de estar en el Novaschool, club de Rincón de la Victoria al que eligió marcharse en el verano de 2020 y que realiza un buen trabajo de cantera, a debutar con el primer equipo del Unicaja tanto en la Basketball Champions League como en la ACB, superando a Pablo Sánchez como el canterano más joven en vestir la camiseta verde. En ese proceso ha jugado nada menos que con nueve equipos distintos en menos de un año, unos 70 compañeros diferentes y varios entrenadores. Sirva el dato para dimensionar que no es sencillo entre tanto trasiego mantener el foco siendo un niño de 15 años (cumplió 16 hace unas semanas). El club decidió darle un descanso y no ha estado trabajando con el grupo de entrenamiento que se formó con canteranos actuales y pasados que están haciendo tecnificación a las órdenes de Paco Aurioles, Ángel Sánchez-Cañete y Alberto Miranda entre Los Guindos y el Carpena. La abundancia de talento exterior en la generación 2005 hizo que no entrara en la lista de España sub 17 para el Mundial de Málaga, pero debe ser el referente de la sub 16 en el Europeo con los jugadores de su edad (2006), que se celebrará del 12 al 20 de agosto en Skopje (Macedonia del Norte).

Tras volver al Unicaja desde el Novaschool, Saint-Supéry realizó parte de la pretemporada a las órdenes de Fotis Katsikaris en el primer equipo. Antes, había estado una semana en una concentración con España sub 15 en Azuqueca de Henares a mediados de julio. Después se marcharía con la selección andaluza cadete al Campeonato de España a San Fernando. Allí lideró la medalla de oro de la comunidad con una actuación estelar siendo aún de primer año (aunque ya se estaba en la temporada 2021/22, se contaban las edades de la 2020/21 porque el torneo se aplazó por la pandemia). El hilo conductor de su temporada ha sido el Unicaja de Liga EBA, el equipo junior (dos años menor que el tope de su edad) dirigido por Antonio Herrera. Allí ha dado pasos cada vez más grandes, convirtiéndose en pieza clave para una gran temporada que desembocó en la presencia en la fase de ascenso a LEB Plata. Promedió 9.3 puntos y 3.7 rebotes en los 25 partidos que jugó. En el puente de diciembre estuvo con España sub 16 en el Torneo de Íscar (Valladolid). Tuvo actuaciones destacadas ante Italia y Rusia, liderando a la selección a ganar el torneo.

En Navidades, tras la cesión de Pablo Sánchez a Melilla, Saint-Supéry empezó a aumentar su presencia en los entrenamientos con Fotis Katsikaris en el primer equipo. El griego se refirió en términos elogiosos al rinconero: "Va a ser un gran jugador, tiene un gran un físico natural, unas patas impresionantes, increíble. Y es muy, muy inteligente, pilla todo muy rápido, tiene un buen feeling para el juego, es talento suyo natural. Y eso le puede ayudar a explotar como jugador".

En marzo, ya con Ibon Navarro en el banquillo, llegó el momento del debut con el primer equipo. Fue en un partido en Oostende de la segunda fase de grupos de la Basketball Champions League. Fue convocado en varios encuentros más y llegó después el estreno en la ACB, con actuaciones ante el Obradoiro y el Baskonia, en su primera vez en el Carpena. Entonces había estado frecuentemente entrenando arriba mientras jugaba con el equipo de EBA, que terminaba segundo de su grupo y jugaría una eliminatoria para la fase de ascenso. Tendría en el partido de vuelta en Cáceres un encuentro sensacional en el que fue el máximo anotador en una derrota por cinco puntos que valió el pase para pelear por la LEB Plata.

En abril, Saint-Supéry fue invitado junto a Álvaro Folgueiras para jugar el Adidas Next Generation en Ljubljana con una selección de jugadores en edad junior (él cadete aún) que procedían de equipos no invitados al torneo. Jugando como base puro, sin ofrecer su mejor nivel, tuvo destellos de mucha calidad ante jugadores dos años mayores que eran élite europea junior. Una experiencia más al zurrón.

En mayo llegaría la traca final, con 15 partidos en apenas tres semanas. Primero, el Campeonato de España junior, en el que el Unicaja se quedó en los cuartos de final tras perder contra el Joventut, a la postre campeón tras ganar al Madrid. La semana siguiente, también en Huelva, la fase de ascenso a la LEB Plata, con los mismos compañeros en otra competición. No pudo ganar ningún partido ahí el equipo de Antonio Herrera, que había conseguido de manera sorprendente plantarse en esa altura, pero compitió bien en los dos últimos duelos ante los filiales (reforzados con jugadores senior) de UCAM Murcia y Barcelona. Para Saint-Supéry quedaba una última función, el Campeonato de España cadete en San Fernando, el equipo en el que por edad debería haber estado. Dejó una memorable semifinal ante el Barça, en la que anotó 39 puntos, para guiar al equipo a la final, donde el Unicaja estuvo a centímetros de ganar la medalla de oro ante el intratable Real Madrid. Vencía por 13 puntos en el último cuarto. Se notó ahí la falta de gasolina y la tralla que llevaba Saint-Supéry.

Novaschool, España sub 15, selección andaluza cadete, Unicaja de Liga EBA, Unicaja junior, España sub 16, Unicaja senior, Adidas Next Generation y Unicaja cadete. Son los nueve equipos distintos en los que Mario Saint-Supéry ha jugado en el periodo de un año. Casi 70 partidos, mucha caña para un joven de 16 años. Es por ello que se decidió frenar, para que descansara física y mentalmente, aunque en breve volverá a la actividad pensando en un verano en el que competirá con España (el club pidió que no estuviera en la primera toma de contacto de la sub 16, para el que estaba citado) y también está planeado que realice la pretemporada a las órdenes de Ibon Navarro, al que le gustó mucho su potencial.

La progresión de Saint-Supéry ha sido notoria. Sus conjunción de talento técnico y físico es poco habitual. En los habituales modelos a imitar que le ponen los entrenadores de la cantera a los jóvenes para que se fijen en ellos se le remite a Sergio Llull. Ha jugado en diferentes contextos como base, escolta y alero según el equipo y la situación. Desborde en el 1x1, grandes muelles para atacar el aro y definir con soluciones creativas y un tiro de tres (35% en EBA) que se puede decir sólido para su edad. Además, aplicación defensiva. De momento, hay que ser prudentes como con cualquier joven que destaca. Y también protegerlo, pero es evidente que es un proyecto muy estimulante y con posibilidades que ilusionan.

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