El factor Yannick Nzosa
El pívot africano dice que "espero dar lo mejor de mí esta temporada para el club"
Estará de partida en órbita del primer equipo complementando el juego interior
En las previsiones de plantilla del Unicaja para la temporada 2020/21 hay focos más importantes a corto plazo, como decidir quién es el cuatro, renovar o no a Waczynski, si acepta la reducción de contrato. Pero la cantera volverá a ser un punto importante de apoyo. En los dibujos que se hacen está Francis Alonso, que con las bajas iniciales de Jaime Fernández y Dragan Milosavljevic puede tener protagonismo de arranque, aunque parta como número 13 teórico.
Y también Yannick Nzosa, el jugador congoleño que reclutó el Unicaja el pasado verano y por el que tuvo un litigio con el Stella Azzurra italiano que la FIBA dictaminó a favor del club malagueño, previo pago de una indemnización bastante asumible, en torno a los 25.000 euros.
Nzosa sigue entrenándose cada día en Los Guindos a las órdenes de Antonio Herrera, técnico del equipo EBA y responsable técnico de cantera, con otros juniors como Pierre Sene, Pablo Tamba y Rafa Santos. La FIBA ya dio el transfer, la lástima es que justo cuando ya llegaban el Campeonato de Andalucía y el de España la pandemia impidió que jugara. Había evidenciado su gran potencial en el torneo junior de la Euroliga en Valencia. Y en sus entrenamientos con el primer equipo también había gustado bastante a técnicos y compañeros.
Para la próxima temporada, Nzosa, catalogado por las webs especializadas como uno de los mejores proyectos fuera de Estados Unidos de la generación de 2003, aún competirá en categoría junior aunque la idea es que esté entrenando con el primer equipo.
A través de Twitter, el jugador se expresaba por primera vez como jugador cajista. Ha pasado un momento delicado, no hay que olvidar que es un joven de 16 años que vivía sus primeros meses en España (ya había estado un par de años en Italia). Ha estado tutelado por el club en uno de los pisos para los jugadores becados una vez se cerró la residencia de La Térmica, en la que habitualmente están la veintena de jugadores y jugadoras con beca.
"Hola a todos. Primero espero que ustedes y sus familias estén bien. Los últimos meses han sido muy difíciles para todos nosotros... Tuvimos que mantener las distancias sanitarias entre compañeros pero pudimos mantener nuestras mentes en alto preparando el futuro, fue un breve período de turbulencias a nivel personal y profesional. Gracias a quienes me dieron la oportunidad y confiaron en mí aquí en España", decía el jugador, que ha rendido muy bien también académicamente pese a entrar en un nuevo sistema escolar y sin dominar el idioma. Ha obtenido grandes calificaciones.
"También me gustaría agradecer a todos los aficionados que acompañaron al equipo durante el confinamiento, espero poder dar lo mejor de mí esta temporada para el club. Estoy seguro que estos
tiempos difíciles nos permitirán salir más unidos... Somos una familia, Unicaja", cerraba la joven promesa africana.
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