Una final con tintes malagueños

El partido por el título es arbitrado por Dani Hierrezuelo y Barça y Baskonia cuentan con ex cajistas en sus filas

Nacho Rodríguez, en la grada

Dani Hierrezuelo, de fondo.
Dani Hierrezuelo, de fondo. / Acb Photo
Jesús María Noguera

30 de junio 2020 - 19:11

La ACB llega a su conclusión después de ser una de las pocas ligas en Europa que decidieron reanudarse después de la crisis del coronavirus. Una decisión valiente y, a la postre, acertada. Las condiciones para los protagonistas han sido seguras y el formato, muy atractivo para los espectadores. La sensación es diferente sin público, pero que no hubiera era una condición indispensable para su celebración. Y en el partido por el título, que se disputarán entre el Barça y el Baskonia, habrá tintes malagueños. Casualmente, el campeón será uno de los dos equipos que pasaron la primera criba del Grupo A del Unicaja. Las dos derrotas del equipo malagueño en Valencia fueron contra los azulgranas.

Dani Hierrezuelo fue uno de los tres árbitros encargados de impartir justicia, junto a Carlos Peruga y Antonio Conde. Un nuevo éxito para el colegiado malagueño, que sigue engrosando un currículum extraordinario. "El ruido de un partido es totalmente diferente, pero es un partido de baloncesto donde la calidad y los jugadores se va a poder disfrutar de igual manera. Hay que adaptarse al momento y al tiempo y buscar una solución que es lo mejor para todos", contaba durante la cuarentena a este periódico, mientras se preparaba para este torneo, donde volvió a tener un papel protagonista y a engordar su vasta trayectoria en partidos importantes.

Luego estuvo también Nacho Rodríguez, el arquitecto de este Barça, que muchos catalogan con la mejor plantilla de su historia. Detrás de todo ello está el malagueño, que ya lleva varias temporadas en los despachos del conjunto catalán. Y en ese plantel, Álex Abrines. Formado durante algunos años en Los Guindos, ahora está de vuelta tras un paso por la NBA. Aún le quedan lazos en Málaga. Y en el Baskonia, Jayson Granger y Zoran Dragic. El esloveno llegó a mitad de temporada y en las semifinales fue uno de los artífices de la victoria de los de Dusko Ivanovic. Poco a poco recupera su mejor nivel, esa explosividad física. Y el uruguayo disfruta después de muchos meses de trabajo en la oscuridad para recuperarse de una rotura del Aquiles. Sus lágrimas tras un susto frente al Joventut daban fe de ese sufrimiento. Sus palabras tras meterse en la final, también. "Quién me iba a decir a mí que esto no es un sueño. Cuando todo está perdido ten fe y trabaja que esos momentos buenos tarde o temprano van a volver a brillar", publicaba en redes sociales.

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