La fe en el estilo
Con campos de mejora evidenciados con las dos últimas derrotas, el Unicaja no pierde las huellas de la idea con la que salió de la penumbra
El Unicaja afronta otra pretemporada
El calendario había preparado un inicio de temporada duro para el Unicaja. Sin duelos ante Madrid o Barça, pero sí con equipos de zona alta en años anteriores, salvo el Casademont Zaragoza. Los tres siguientes son ante un vigente campeón de Eurocup (Gran Canaria), un semifinalista de la misma competición, Liga ACB y Copa (Joventut) y un equipo Euroliga (Baskonia), dos de ellos fuera. “La pretemporada ha sido irreal y engañosa”, advertía de manera profética Ibon Navarro antes del comienzo de la competición: “Si ahora recuperamos los cincos, ahora todo se va a mover, y esto no es bueno. El nivel del equipo va bajar cuando vuelvan, los tenemos que meter porque los necesitamos”.
La realidad es que tras las dos derrotas seguidas no se pueden hacer conclusiones sumarias, igual que tampoco después de una Supercopa en la que se ganó en casa del UCAM Murcia (3-0 de arranque en la ACB) y se tuteó a un Real Madrid (arriba en el último cuarto) que parece intratable en este arranque de la temporada, ya se comprobó en el Clásico de este domingo. Más el inicio ante el Tenerife.
El nivel está y se trata de recuperarlo. Uno de los aspectos en los que Ibon insistía en que había campo de mejora era el 5x5. Fue evidente cuando un Valencia con una versión mucho más física que el año anterior puso problemas atrás y tampoco dejó correr al Unicaja porque encontró el aro rival se le vio algo falto de ideas, con Perry como único generador. Carter jugó poco y lo que estuvo no lo hizo bien. El hueco dejado por Brizuela le deja un margen de crecimiento mayor en esta faceta de microondas, aunque su mejora se espera integral. Ha vuelto más fuerte del tren superior y aguantando mejor contactos, pero debe ser más regular. Alberto Díaz hizo también un partido flojo en ataque, perdiendo algunos balones que es rarísimo verlo extraviar.
Faltaban los cincos con Valencia a buen nivel, el rebote se perdió y son los problemas aparejados. Hay que reactivar y avanzar en mecanismos. El factor sorpresa que era el año pasado el Unicaja se pierde. El scouting es implacable y también hay que metamorfosearse para progresar. Pero el estilo se ha encontrado y la fe en la idea debe persistir. No es un equipo confeccionado para ser especulativo, sino para jugar a todo tren e imponer un ritmo alto, con un plantel profundo y con esfuerzos constantes a nivel alto. Pese a ello, durante casi 30 minutos se fue por delante, aunque la sensación fue siempre de que los taronjas tenían una marcha más que acabaron sacando y llevándose el partido. Tras la primera derrota contra Girona había quien en Valencia se hacía cruces. Después ganaron en La Laguna y Málaga. El baloncesto se mueve más que la bolsa. Y ahora toca subir el valor de nuevo, pero sin perder la ruta que hace disfrutar muchísimo. Después de años tenebrosos se encontró un camino y una idea. Puede haber algún desvarío, pero el plan es el que es.
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