"Está más fino que cuando jugaba"

Ansley, en la comida con sus compañeros, saluda a Romero.
J. M. O.

18 de enero 2014 - 05:02

Gaby Ruiz tiene una tienda de ropa surfera y da clases de baloncesto a través Ayuntamiento de Rincón de la Victoria, donde Dani Romero también ejerce en las escuelas municipales y en Novaschool. A Curro Ávalos se le pudo ver en algún programa de televisión y es empresario especializado en márketing de redes. Ernesto Serrano trabaja en un banco. Junto a ellos, el doctor Diego Montañés, el aún director de cantera Ramón García y el presidente Eduardo García, entonces consejero del club. Todos reunidos en una mesa en el Restaurante Cardamomo con motivo del homenaje a aquel equipo que no ganó títulos pero conquistó tantos corazones. Varias ausencias, pero todos presentes. Se habló de Nacho Rodríguez, el auténtico líder de aquel equipo, de "la bestia" Kenny Miller, de la clase de Babkov y de los atributos de Alfonso Reyes. También de Ricardo Guillén, que no podía pegarse el homenaje porque por la noche tenía el partido con el Clínicas, como Javier Imbroda, de trabajo en Granada.

Han pasado casi dos décadas, pero no se ha perdido la sintonía. Llegan uno a uno. Ansley da la bienvenida como si fuera el anfitrión. Abrazos varios. "My man, my man" repite a todos, a los que abraza y besa. Sorprende el estado físico de Ansley a sus 46 años. Cuando jugaba estaba menos fuerte. "Está igual. Que una figura como él, el buque insignia de ese equipo, esté aquí a todos nos llena de alegría", cuenta Dani Romero: "Él disfruta aquí, está con la sonrisa por todo, las 24 horas del día. Siempre ha sido transparente. Rendía como el mejor en todos los sitios, fuera y dentro de la pista. Está en forma, fino, tiene la misma cara de niño de siempre".

"Estoy muy contento por ver antiguos jugadores, compañeros a los que le tengo un gran aprecio", relata Gaby Ruiz: "Vivíamos todo con mucha intensidad, había mucha unión dentro y fuera del campo. Cada vez que pisábamos Ciudad Jardín salíamos a ganar, no contemplábamos la derrota. A Mike era espectacular verlo jugar. Con el físico que tenía y su desparpajo destacaba en todas las facetas ofensivas. Él siempre pensaba que era el mejor. Se le ve bien físicamente".

"Para mí era estar en una nube. Estaba en el filial, surgió la oportunidad y pasé en meses a jugar la final de la ACB. Era algo que nunca pensabas que te podía pasar", rememora Ernesto Serrano, base malagueño de aquel equipo.

"Hay que quitarse el sombrero con el club por esta iniciativa", intercede Curro Ávalos: "Era un concepto de club, de equipo distinto. Luchábamos por profesionalizarnos. Casi todo salíamos de la cantera. Llevábamos años mamando Unicaja, lo llevábamos tatuado en el pecho. Aquel equipo nació y explotó porque la mayoría veníamos del club, con Nacho Rodríguez como líder y como persona clave, siempre como ejemplo y guía. Y también con un genio como Mike. Podía tomarse algo por la noche y al día siguiente meter 30 puntos. 'Si no sales ayer metes 40', le decíamos. Nos educó con el ejemplo, de que se podía estar a las duras y las maduras. Cuando jugaba se le olvidaba todo lo de antes y después".

El presidente, Eduardo García, recuerda una anéctora: "Acabó un comité de inversiones de la Caja y cogimos un coche para Sevilla, jugábamos contra el Caja San Fernando. Ansley ganó aquel partido y se fue para el banquillo rival señalándose la camiseta".

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