El ‘flow’ de Perry
El base de Florida aumenta su ascendencia sobre el equipo en las últimas semanas a la vez que mejora sus números
El equipo va respondiendo a los estímulos de Ibon Navarro
Navarro: "Me gusta la pareja Díaz-Perry"
Así lo ve Ibon
Una de las claves fundamentales de la temporada que está completando el Unicaja es la asunción de los jugadores del reparto de roles entre los jugadores. La idea de Ibon Navarro caló desde el inicio y, de momento, no ha dado muestras de desgasta. Todos los jugadores son importantes, aunque en ocasiones no sean vistosos. Hasta 10 jugadores distintos han sido MVP del equipo en alguna ocasión. Cuatro veces Perry, Kravish y Osetkowski, tres Carter y Djedovic, dos Brizuela, Ejim y Kalinoski y una Will Thomas y Barreiro. O sea, que los únicos que no han obtenido el galardón simbólico son Alberto y Augusto Lima. Huelga referir la importancia del capitán (máximo asistente del equipo, con cuatro por duelo) y del brasileño, hasta su lesión, defensivamente y en otros aspectos del juego menos evidentes y que no recoge la estadística más simple. Sima también ya fue importante en su tercer partido desde que aterrizó en la victoria el AEK, con minutos de mucha calidad en momentos delicados del partido en ataque. Le cuesta algo más ubicarse aún atrás.
Es por ello que los altibajos numéricos son bastante lógicos. El botín estadístico es el que es. Hay algún partido en el que el equipo se dispara más allá de los 100 puntos y se pueden alimentar de números más jugadores, pero no pueden promediar todos 10 puntos. Los técnicos valoran otros parámetros distintos y hay satisfacción en cómo responden. Por ejemplo, Ibon Navarro reseñaba tras ganar al AEK el buen trabajo de Will Thomas (cero puntos) y Kalinoski (cuatro).
De alguna manera, el protagonismo de los jugadores va como un acordeón, unos suben y otros bajan, pero el reto es que el equipo se mantenga. En las últimas semanas pega un salto adelante Kendrick Perry. Desde el vestuario cajista señalan la importancia que tiene el en el ensamblaje del equipo el de Florida, no sólo dentro de la pista. Pero aquí se va haciendo más evidente. Es un jugador que en la toma de decisiones no siempre es brillante, pero no es tóxico a la hora de ser individualista. Fichado en un principio como combo, la evolución de la construcción de la plantilla le llevó más a jugar de base, como hizo también en el Eurobásket con Montenegro.
“Me gusta especialmente la pareja Díaz-Perry”, decía a principios de semana Juan Carlos Navarro, director deportivo del Barcelona, al analizar al Unicaja. Es algo que han reiterado varios entrenadores, la complementariedad de los dos bases cajistas, sobre todo porque mantienen un nivel defensivo alto siempre. Metiendo manos y siendo agresivos, capaces de presionar a toda cancha. En Perry ha habido una evolución en las últimas semanas en el tiro, con lo cual se le abre el horizonte bastante en ataque. Ya está por encima del 30% en triples, hace menos de un mes estaba en el 21%. Alberto Díaz está en el 25%, también con campo de mejora, aunque es cierto que el malagueño está tomando más tiros en situaciones difíciles, tras bote o sin los pies parados.
Perry ya tuvo buenos minutos en Tenerife para equilibrar, los aumentó en Manresa para decantar el partido incluso y ante el AEK mantuvo ese listón alto, aumentando los minutos de calidad y de consistencia. Además, regala mates y canastas plásticas, que siempre se agradece porque este deporte es un espectáculo para disfrutar. 10.3 puntos, 3.8 asistencias y 1.3 robos (misma cantidad de pérdidas, algo que firmaría cualquier base y cualquier entrenador) son sus cifras de promedio esta temporada, que han ido mejorando. Pero más aún en el control del juego, la actividad defensiva y la ascendencia sobre sus compañeros.
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