Una foto que vale mucho
Banco y Fundación reciben un retorno muy positivo tras el título conseguido en Badalona que debe valer para asentar el proyecto y terminar de limpiar el ambiente
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El título de la Copa del Rey ha supuesto un impacto tremendo, ha vuelto a colocar en el mapa al Unicaja. El torneo es el más seguido de Europa y su título ha concitado elogios y ha traspasado fronteras. La decrepitud del club en los últimos años había hecho instalarse la sensación de que el interés del banco había menguado y que el club era una carga, aunque en las declaraciones siempre se fuera contundente. La realidad es que había disminuido la aportación desde aquel pico en torno a los 20 millones en la primera década del siglo hasta algo más de la mitad en la actualidad pero no había dejado de estar ahí. Chirriaron algunos mensajes en las redes sociales tratando de igual a igual un duelo entre el Madrid y el Unicaja. Se entiende que publicitariamente sea una bomba tener sitio en el Bernabéu y el WiZink, pero se traspasó alguna frontera que dolió entre el aficionado cajista.
Will Thomas o Tyson Carter no saben quiénes son Manuel Azuaga y José Manuel Domínguez, pero también suma que el presidente del Banco y el de la Fundación hayan estado en un amplio porcentaje de partidos contemplando las evoluciones del equipo desde el palco del Martín Carpena, es una manera de respaldar el proyecto, no sólo con dinero, sino con presencia. La gratitud del baloncesto malagueño al banco es infinita porque nada hubiera sido posible sin su aportación, pero se podía gestionar bastante mejor lo que había. Sus caras de felicidad en Badalona, en el chárter de vuelta, el aeropuerto o en la celebración denotaban que lo que veían les gustaba, cómo no entusiasmarse. Era el primer título que el club conseguía desde la salida reciente Braulio Medel. Han sido años en los que internamente ha habido mucho desgaste con el proceso de fusión con Liberbank. Como impacto en imagen, esta Copa ha vinculado al Unicaja a muchas noticias positivas, ha multiplicado el valor de esa inversión que se hace religiosamente desde 1977.
En este proceso, la figura de Antonio Jesús López Nieto sufrió mucho desgaste con su nombramiento. “Embarrado”, decía él. Había alguna duda sobre qué sucedería con el cambio en la Fundación. Tras una temporada deportivamente durísimo, en 19 meses se ha conseguido un título nacional, con un mérito enorme, de los cinco que había ganado el club antes. Ganar, reír y alzar títulos engrasa todo, limpia ambientes y Málaga se prepara para vivir una era feliz en el baloncesto tras demasiado tiempo en la intrascendencia. Esa foto en el balcón de Alberto Díaz con el título de Copa flanqueado por Azuaga y Domínguez resulta impagable.
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