Francis Alonso y 'La parte chunga'
Una lesión y la falta de protagonismo en el Fuenlabrada mantienen su rendimiento en una incógnita
Málaga/Es seguro que su niñez sigue jugando en su playa, y que se fastidie Serrat porque juventud también lo hace si encuentra el momento. Sus redes sociales lo atestiguan. También dan fe de las jornadas de trabajo en solitario y la frustración de una lesión a destiempo. El escenario en el que se ha presentado Francis Alonso al baloncesto europeo después de su periodo de formación en Estados Unidos tiene un forillo que no da pistas sobre la obra que el malagueño representará en la historia del baloncesto. La función recién comienza.
Dos partidos en lo que va de campaña en un Fuenlabrada de capa caída que sigue el segundo por la cola –con una victoria más que el Betis que es colista y empatado con Movistar Estudiantes y UCAM Murcia– y que no sólo ha sufrido la lesión del malagueño. “No es normal lo que nos pasa con las lesiones”, confesaba su entrenador, Cuspinera la semana pasada, cuando Álex Urtasun también se pasaba a la lista de bajas.
A finales de octubre, el navarro fichó por el Fuenlabrada después de que Bo McCalebb no superó las pruebas físicas y el club madrileño eligió a Urtasun para tratar de capear la cantidad de bajas en los puestos de base y escolta. Por entonces, junto a Alonso, también estaba en el dique seco EJ Rowland y Tomás Bellas. En ése mismo mes de octubre, como informó Málaga Hoy, Alonso realizó parte de su recuperación en la capital de la Costa del Sol.
En la última derrota de los madrileños en la casa del Obradoiro (78-77), el exterior navarro no fue la única baja de Cuspinera, el escolta estadounidense Karvel Anderson también estaba lesionado. En la estadística, Alonso no tiene ningún minuto como tampoco el joven alero bosnio Sikiras. La rotación por fuera se centra en pocos jugadores, Alonso sin ritmo de competición no entra de momento en ella. Está por ver que la visita del Unicaja suponga un guiño a su aportación en el equipo .
Rowland, Richotti, Bellas y Marc García tienen los minutos y los galones como para que Cuspinera sólo le dé algo así como cinco minutos a Wood en el puesto de escolta –el americano también se desenvuelve como alero–, pero ni rastro de Alonso.
El jugador se ha mostrado en las redes felicitando las fiestas desde Málaga con atención a la afición fuenlabreña, pero sobre todo a la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro que sigue recordándole y se mantiene pendiente de su evolución en la ACB. Su pasado más reciente tiene en cuenta los cuatro años allí, sus buenas actuaciones y tal vez les cueste comprender cómo –al margen del periodo en el que la lesión le ha impedido estar con el resto de sus compañeros– se mantiene con los únicos registros estadísticos de los dos partidos que abrieron la temporada ACB.
La visita del Burgos al Fernando Martín –11 minutos en los que anotó una canasta de dos intentos, falló un triple, recibió e hizo tres faltas y perdió dos balones– y la derrota de los madrileños en Andorra –seis minutos, un triple anotado de tres intentos, una asistencia y un par de faltas a favor y otro en contra– son sus únicos partidos en ACB. Poco para convencer o ser descartado.
Está por ver el protagonismo que Cuspinera le tiene reservado al malagueño. Si la segunda parte de la temporada servirá para que demuestre que tiene el nivel necesario para ser importante en los esquemas del preparador o si la elección de destino no fue la que más ajustaba las características del jugador con las necesidades del equipo. En su primer año de profesional, Alonso pasea por “La parte chunga” del baloncesto entre lesiones y falta de protagonismo. Como en la canción de Tabletom, en ella está también lo bueno del juego de la canasta, que tiene caminos insospechados.
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