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El giro de Francis Alonso
El malagueño vuelve al WiZink Center, donde hizo el mejor partido de su carrera, con un rol distinto
Cuando el Unicaja Unicajacomparezca en el WiZink Center faltará un día para que se cumpla justo un año de su última visita. Perdió en el 2020, pero aquel partido tiene un motivo de recuerdo. Imborrable para su protagonista, recordado a buen seguro por muchos aficionados cajistas. La mejor actuación de la carrera de Francis Alonso, que destapó el tarro de las esencias en la capital madrileña con 27 puntos a los que le faltó la guinda de la victoria. Era un momento excepcional para el malagueño, que llevaba unos meses a un nivel sublime y que días antes había debutado con la absoluta de España de la mano de Sergio Scariolo.
Hizo mucho ruido ese día el escolta, en una puesta en escena alabada a nivel nacional. Se habló mucho entonces de su explosión y de su renovación. Acaba contrato en junio el canterano, con el que siempre hubo intención de ampliar la vinculación pero nunca se llego a poner negro sobre blanco. Las circunstancias han cambiado y la fuerza en la negociación de ambas partes también. Es una de las tareas de Juanma Rodríguez y Antonio Jesús López Nieto, donde ya se ha avanzado. En la misma coyuntura, aunque tiene asterisco este asunto, está Rubén Guerrero.
Cambió mucho el panorama para el joven. Ahora tiene un nuevo entrenador y más competencia, con Jaime Fernández a pleno rendimiento (acababa de volver tras estar varios meses lesionado), Brizuela con más galones y Norris Cole. Llegó Fotis Katsikaris, que le puso más caros los minutos. Hasta el punto de cambiar de rol para poder rascar tiempo en pista. De ese tirador con una muñeca privilegiada, aquel día metió cinco triples, a un especialista defensivo en el perímetro. Una metamorfosis en 12 meses, aunque el jugador intenta mantener esa esencia de anotador.
Sobre ello reflexionaba Francis Alonso en una entrevista reciente con este periódico. "Este año estoy madurando como jugador en ese aspecto, sabía las circunstancias, mi rol cuál iba a ser. Me comprometí con Fotis sabiendo que quería quedarme en casa, me dijo cuáles iban a ser las circunstancias, que los minutos iban a ser complicados. He tenido que encontrar otra manera de tener mis minutos", explicaba el exterior: "Todo el mundo sabe que puedo anotar, que puedo ser una amenaza de tres. Si el equipo necesita ahora un plus defensivo, pues lo voy a dar. Durante varios años ha sido mi debilidad y he estado trabajando para mejorarlo y ha dado la casualidad de que este año la clave para tener minutos es ésa. Para mí ha sido un test muy grande".
Un proceso mental también para el malagueño, no sólo baloncestístico. "Es muy duro, pero es ser un profesional, así lo veo. No todas las veces vas a tener el rol que quieres, no todas las veces el equipo necesita que hagas 20 tiros, habrá veces que el equipo necesite otras cosas. Intento ser flexible para ser un profesional completo. Me baso en ganar. Si yo sé que saliendo los minutos que sea, siendo sólido en defensa y moviendo el balón e intentando dar esa alegría, o ir duro contra un tío y hacer dos o tres faltas duras para que salga del partido, lo voy a hacer, aunque ese no sea el jugador que he sido durante mucho tiempo. Eso es un ser profesional y es el rol que tengo ahora", decía. Es el nuevo Francis Alonso, una versión más completa y que regresa al WiZink Center.
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